Por Sonia Yáñez Calvo.
El escritor y periodista gallego Ramón Loureiro Calvo publicaba en 2021 su libro Las máscaras del fin del mundo, publicado por Medulia editorial. La pandemia retrasó las presentaciones presenciales de este último libro hasta este año, que coincidía además con el aniversario de los 25 años de literatura y 35 años de periodismo.
La portada es una fotografía de Daniel Díaz Trigo de los alabastros de la catedral de mondoñedo, que revela el alma de este libro, llamando a su lectura.
Dice la poeta Julia Úlceda de Las máscaras del fin del mundo « lo que acabas de confesar se llama creación están vivos de nuevo los que se hundieron en la muerte la sombra son los hombres los que crean a los dioses no habría dioses y no hubieran sido nombrados por los pequeños seres no tan pequeños que tienen las palabras saladas de la escritura grecolatina las personas de tu pasado viven gracias a ti a tu palabra y el papel».
Explica Ramón Loureiro en una entrevista que se puede ver en Youtube «Este libro foise facendo un poco así mesmo. Non foi un libro que nacese para súa publicación, non foi un libro para que se publicase en vida miña, pero por circunstancias que estaban a pasar varias das persoas que aparecen en este libro, tomei a decisión de publicalo».
Cuando le preguntan sobre el género de este libro dice «es un pouco poesía. A poesía e ese camiño segredo que nos conecta co inmenso misterio que nos rodea.»
Xulio Valcarcel nos ofrece un retrato muy certero de la esencia de Las máscaras del fin del mundo: «en un espacio en concreto entre la Última de todas las Bretañas y El lejano reino de la Vía Láctea se desenvuelven estas máscaras de Ramón Loureiro. En ese territorio umbrío, bretemoso, en el que ensancha sus dominios el Lobo y vigilan son el Hombre de los Ojos de Alabastro en realidad se confunde con la fantasía y la vida con la muerte los muertos viven en la misma medida en que los vivos estamos muertos por ello vida y muerte no son de realidades antagónicas y una realidad común entre la vigilia y el sueño nos llega a las voces y sentimos las manos de nuestros antepasados.»
El libro tiene la estructura de un dietario, es decir, está compuesto por fragmentos pequeños que no están fechados, pero que se pueden situar en el tiempo mediante acontecimientos sociales que comenta. Dice Ramón Loureiro que el dietario no es un diario en el que habla de sí mismo, pero sí que descubrimos a través de este dietario sus reflexiones y su mirada crítica a la sociedad, pues por algo dice que su profesión es observar con los ojos abiertos. También habla de su condición de gallego, de cristiano, de sus pasiones como el atletismo y la fotografía, que son profesiones que ya no ejerce, y de los libros que son importantes para él. Y como él decía, es un poco poesía. Poesía que como decía el poeta Gabriel Celaya: «Es un arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho».
Mientras vivimos en una sociedad que reclama visibilizar y normalizar, pero que no hace lo propio con la muerte, Loureiro hace una peregrinación a las sombras y nos ofrece unos diálogos con sus muertos que nos lleva a dialogar con los nuestros. Loureiro nos recuerda que algo existe cuando es nombrado y nos muestra la importancia de escribirlo, pues las palabras no se las lleva el viento cuando están impresas, y menos si se trata de una obra creativa y transformadora como Las máscaras del fin del mundo. Decía Jostein Gaarder hablando de la vida y la muerte, que no se puede entender un lado de la moneda si no se acepta que existe el otro. Y esa aceptación la manifiesta Loureiro en una obra, que espera que le sobreviva. No es para menos. En Las máscaras del fin del mundo, no solo devuelve la vida a sus muertos, hasta nos hace viajar a través de su memoria a un tiempo que ha quedado encapsulado en Tierras de Escandoi.
La contraportada del libro no es la habitual con una sinopsis, sino que es un fragmento más, que seguro, animará a los lectores todavía indecisos a leer Las máscaras del fin del mundo:
«El sol de la primavera iluminando la llegada del Tiempo de difuntos y renegando —a la vista está— de los más abolidos calendarios
Ya florecen de nuevo los frutales.
(Ahora sí que no entiendo nada tengo que confesarlo).
Mi Leica ha vuelto a acompañarme cada vez que salgo de casa
A todas horas cantan los gallos y el Barco de Vela, que atraviesa la noche y la niebla, ha sido visto en el prado, de madrugada.
Dios nuestro señor lee lo más hondo de las almas.
En la lejanía, alguien, imagino que a caballo, hace sonar una caracola, quizás convocando los espíritus del aire».
Ramón Loureiro (Sillobre, Fene, 1965)
Premio Julio Camba de periodismo, es autor de una extensa obra narrativa, tanto en gallego como en castellano, que abarca desde novelas hasta cuentos y diarios, además de un ensayo sobre la vida y la obra de Carlos Casares, e incluso varios relatos pensados para el público infantil.
Una obra narrativa de la que forma parte su trilogía del Norte, ciclo integrado por las novelas Las galeras de Normandía (Edad,2007), León de Bretaña Edaf, 2009) y Ellejano reino de la Vía Láctea (Edaf, 2013), cuyas páginas recibieron los máximos reconocimientos de la crítica literaria lengua española, y llegaron a ser calificadas de obra maestra por autores como Miguel García-Posada.
Sonia Yáñez Calvo es escritora y bloguera.