Por Gloria Chávez Vásquez.
Conocimiento es poder, si se comparte y se utiliza sabiamente
en beneficio de todas las criaturas vivientes.
Lobsang Rampa.
La filosofía de oriente reconoce en el ser humano una especie fracasada. Su deseo destructivo de hacer cualquier cosa, sin importar las consecuencias, no solo perjudica al individuo y sus comunidades, sino también, a las demás criaturas y al planeta.
Un hombre nacido en Inglaterra (1910) escribió sobre este problema y explicó el por qué, se destruyen las civilizaciones. De paso, sus lecciones ayudaron a millones de sus lectores a encontrar el verdadero ser, a entender por qué están aquí, qué deben y qué no deben hacer y, finalmente, cómo progresar espiritualmente.
- Lobsang Rampa, (seudónimo literario de C. Henry Hoskin) escribió 19 libros sobre el aura, el cordón de plata, los viajes astrales, la telepatía y otros fenómenos paranormales. Su obra causó polémica debido a que declaró ser la encarnación de un lama y médico tibetano en el cuerpo de un plomero inglés. Pero el tiempo le ha cedido la razón en muchos aspectos, dado que, su literatura significó toda una revolución en el campo de la metafísica.
Espiritualidad vs Nueva Era
Tras su muerte (Calgary, Canadá, 1981), sus libros inspiraron a muchos otros autores. Pero es obvio que Rampa no era de esa «Nueva Era» que revistió la verdad con “muchos adornos y fantasías”, confundiendo así a los hippies con teorías vagas, muchas de las cuales abrieron portales al satanismo. Ese movimiento mezcló elementos de antiguas tradiciones espirituales y religiosas, desde el monoteísmo hasta el panteísmo combinados con la ciencia, particularmente la astronomía, la ecología y el ambientalismo.
Rampa escribió sobre civilizaciones antiguas como las de los caldeos, los egipcios, los griegos y los hebreos. Según Rampa, somos el tercer ciclo de seres pensantes colocado en este planeta. Las dos civilizaciones anteriores (Atlantis y Lemuria) se autodestruyeron, a pesar de que eran mucho más avanzados que nosotros.

Conocimiento universal
Lo que escribió Rampa en libros como La caverna de los antepasados, Usted y la eternidad es sabiduría universal, disponible para todo aquel que esté dispuesto a abrir su mente y aprender. Cada persona lleva todo el conocimiento y las experiencias que ha adquirido en esta vida a la próxima vida, y ese es el propósito de por qué las personas están aquí en la Tierra: ¡aprender! Entonces, como cuestiona el lama, ¿vas a llevar el conocimiento que vale la pena al otro lado o simplemente un desorden inútil de pensamientos no relacionados? ¡Este es un asunto en el que deberían ocupar su más sincera atención, ya que afectará a sus futuras encarnaciones!
El Tercer Ojo cuenta la historia en primera persona, de un príncipe nacido en el seno de una familia de alto rango en el Tíbet, centro de espiritualidad e inaccesible para el resto del mundo. En su séptimo cumpleaños, el astrologo mayor leyó su horóscopo y predijo su misión: se uniría al monasterio de Chakpori donde se entrenaría como médico en preparación para los difíciles tiempos por venir. Se convertiría en Lama y posteriormente Abad de su orden.
En El cordón de plata narra su viaje a Chunking, donde estudia medicina en la Universidad y se gradúa de médico cirujano. Aprende aviación, y se desempeña como oficial médico de guerra durante la invasión japonesa derivada de la Segunda Guerra Mundial. Capturado, llevado a Japón, interrogado y torturado por las tropas japonesas, escapa durante el bombardeo atómico de Hiroshima. Llega a Moscú, donde es detenido por los rusos, internado en la Lubyanka, donde es torturado e interrogado. Por fin escapa y llega al Reino Unido, donde se embarca a América y se establece en Canadá.
En 1950 el Tíbet fue invadido por 35.000 soldados chinos que violaron, torturaron y asesinaron sistemáticamente a más de un millón de tibetanos, una quinta parte de la población del país. Desde entonces, más de 6000 monasterios han sido destruidos y miles de tibetanos han sido encarcelados. Se estima que unas 260.000 personas murieron en prisiones y campos de trabajo entre 1950 y 1984.
Sus enseñanzas
El ser humano teme a lo que no entiende. La metafísica es tan natural como respirar o caminar. Lamentablemente, gran parte del conocimiento que está disponible actualmente se ha disfrazado hasta el punto de que hoy se califica de ficción o fantasía. Cuando se menciona la palabra Metafísica, la mayoría de las personas la relacionan con en el Ocultismo, o con la Magia Negra. La metafísica ha quedado sepultada en el polvo de la superstición y la charlatanería. Sin embargo, la metafísica se refiere a la comprensión y a los fundamentos de la naturaleza en todas sus realidades, ya sean visibles o invisibles.
La metafísica no puede ser medida por métodos concretos porque se ocupa de asuntos que están más allá de los sentidos ordinarios y cotidianos del cuerpo, y del conocimiento de las cosas que están más allá de los sentidos, tanto el mal como el bien, ya que uno no puede existir sin el otro. Los extremos nos dan la capacidad para entender y aprender. El Bien no puede existir sin el Mal, la Luz no puede existir sin las Tinieblas y la Pobreza no puede existir sin la Riqueza.
La ciencia moderna cree que solo sus leyes son reales o que solo sus puntos de vista cuentan. Fueron los hindúes quienes descubrieron lo que se conoce como la precesión de los equinoccios, y en sus cálculos, tal ocurrencia tiene lugar cada 25.827 años. La ciencia moderna tardó muchos años en confirmar y reconocer su exactitud. No se puede esperar a que la ciencia occidental demuestre algo que solo se puede experimentar personalmente.
Una de las tareas de Rampa fue construir una cámara que detectara el aura, lo que inspiró a Semyon y Valentina Kirlian un matrimonio armenio, a inventar una técnica fotográfica con capacidad para capturar la energía sutil que emana de los objetos y seres vivos.
Las técnicas curativas del lama, basadas en la tradición tibetana, han sido confirmadas a través de los años. En su libro El médico de Lhasa, Rampa revela que el uso de sonidos, luces de colores, piedras preciosas, etc., introducen correcciones antes de que el cuerpo físico experimente los efectos de cualquier órgano defectuoso o dolencias.
La Era de Kali
Estamos en la Era de Kali, la era de la destrucción y el cuadrante final de los cuatro ciclos provocados con toda su fuerza, por la Primera Guerra Mundial. La Tierra sigue en una fase negativa. Durante la Era del Cambio, la humanidad se encuentra en una encrucijada decidiendo evolucionar o involucionar. Rampa vino a dar conocimiento y a sopesar la decisión del hombre y la mujer occidentales de que es mejor estudiar y escalar hacia arriba que quedarse quieto y hundirse en el lodazal del desaliento. Sin embargo, ese ciclo terminará pronto, cuando el péndulo de la vida alcance su cenit. Una vez que la humanidad cambie sus costumbres, el mundo entrara en una Era Dorada a través de la Era de Acuario.
Para no haber viajado nunca como alegaban sus críticos, la narrativa y conocimientos del supuesto plomero inglés, estaban muy versados en los temas que abordó. Rampa presentó con lujo de detalles, la historia y filosofía de una civilización milenaria. Describió además la crueldad de la china comunista y su invasión del Tíbet con lujo de detalles.
Su misión fue aclarar por qué la humanidad se equivoca continuamente. La razón por la que mucha gente se queja de que la naturaleza es cruel e injusta es que nadan contra la corriente viviendo contra las fuerzas naturales. Su vida es una lucha constante para abrirse camino. Lógicamente, si esas personas trataran de vivir en armonía con la naturaleza, acatando sus leyes, serían más felices, más sanos y más exitosos.
El escultor moscovita Dmitri Vladímirovich Kukkolos erigió un monumento a Lobsang Rampa con su gato “Fifi, bigotes grises”, en la ciudad rusa de Kemerovo, al final de la céntrica plaza ‘Орбита’
Gloria Chávez Vásquez escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos.