Por Zoé Valdés/La Gaceta de la Iberosfera.
El actor, director, guionista y productor de cine, ampliamente reconocido y galardonado, Clint Eastwood, de 94 años, todavía en activo en el medio del cine, en Hollywood, tiene nueve hijos; de ellos se sabe bien poco, cada uno ha hecho una vida a su manera, discreta, ninguno ha provocado escándalo alguno hasta ahora.
De quien más se ha sabido, aunque no muchas personas lo relacionan con el padre, es de Scott Eastwood, que es quien descolló también como un gran actor; algunos alegan que el gran parecido físico con su padre le dio ventaja indirecta en su carrera. Lo cierto es que el chico es sumamente atractivo, ha interpretado ya grandes roles, y como era de suponer lleva una vida discreta.
No es difícil imaginar que, conociendo como se conoce el carácter disciplinado del señor Clint Eastwood, haya deseado educar a sus hijos de una manera correcta, quizás estricta, y que lo haya convenido así con sus madres, o tal vez hayan sido las madres las que tomaron la iniciativa, siempre considerando los criterios del padre. O sea, siguiendo una idea convencional y apropiada de la familia, en resumen.
Clint Eastwood, de otro lado, manifestó su apoyo a Donald Trump en las dos ocasiones en las que este ha salido electo presidente, sin tanta alharaca, sólo soltó algunas frases, y punto. Sin embargo, eso ha incidido en que la gente lo considere un protrumpista fanático, lo que no es ni mucho menos el caso.
En cambio, el actor, productor ejecutivo en ocasiones, y personaje popular y controversial dentro de la política demócrata, antitrumpista rabioso de hueso colorao, tanto que inclusive se filmó en un vídeo admitiendo que golpearía a Donald Trump si se le pusiera delante (no fue el único que lo advirtió), Robert de Niro, quien también amenazó con largarse del país si Trump era relecto, lo que no ha hecho hasta ahora, también tiene hijos, siete en total, hasta ahora se sabía poco de ellos. Resulta que recién nos hemos enterado de que uno de los hijos ha devenido hija, o «hije», y de llamarse Aaron, ahora se nombra Ayrin. Por supuesto, el actor ha salido a declarar que si en el pasado apoyó a Aaron como hijo, ahora también apoyaba a Ayrin como hija, o «hije». Pues, faltaría más.
Conozco bastante a Robert de Niro de cuando viajaba a Cuba a los Festivales de Cine habaneros, allá por los ochenta y los noventa; allí se solazaba buscando mulatas jóvenes y se contaba que las invitaba luego a las lujosas habitaciones del Hotel Nacional. Recuerdo que se enamoriscó de una soprano mulata a la que tenía ya medio gira, pero a ella no le gustaba, además estaba comprometida. La muchacha le dio calabazas; si entonces ya la admiraba la admiré todavía más, no conozco a nadie, salvo a ella, que le diera el bate a De Niro.
Al poco tiempo de vivir exiliada en Francia, me enteré por la prensa de que Robert de Niro había sido apresado, investigado, y si mal no recuerdo también expulsado de Francia debido a que se había probado que pertenecía a una red de prostitución europea con sede en ese país. Estuvo a punto de devolver la Orden francesa de Caballero de las Artes y las Letras, si no es que lo hizo, porque a partir de ahí detestó la nación a donde viajaba para presuntamente gozar de prostitutas europeas.
Desde hace un tiempo la educación no la brindan los padres en los hogares, sino más bien resulta al revés, son los hijos, infantes o adolescentes los que han tomado la batuta equivocada de la reeducación de sus padres; aquellos que jamás supieron educar porque no crecieron como padres, porque no crecieron tout court y que entraron en la era woke cómodamente, se plegaron a que sus hijos dirigieran sin saber nada de la vida. El punto de inflexión les convenía. Ha sido de tal modo que han salido de jorobadas las cosas…