EDITO

LGI. Guerra 2030

Por Zoé Valdés/La Gaceta de la Iberosfera.

Dejó de ser agenda para transformarse en guerra, estamos ya en un estado de preguerra, la guerra 2030 que empezó con la pandemia del PCCH y que anotó puntos en la escalada brutal de la agenda con su adorno, el Pacto Verde de la corrupta en jefe Úrsula von der Leyen. 

La guerra está aquí, somos sus peones, pronto nuestros hijos serán sus soldados. Esa guerra interminable que paralizará a la sociedad europea, que empobrecerá a la población, matará a sus ciudadanos y culminará por su reemplazo, el reemplazo por gente (islamismo) que odia a Europa y a Occidente. Todo salió de la mente de Jacques Attali, exministro del vichysta devenido socialista François Mitterrand, libro mediante; pero nadie lee, nadie se entera, y los que menos se enteran son los políticos.

Sánchez jamás ha sido un presidente, no ganó absolutamente en nada, es un fraudulento buscapleitos comunista que no sólo fue tolerado por la Unión Europea, además lo siguen manteniendo en el poder, a pesar de los numerosos casos de corrupción que le rodean y cada vez lo cercan más y le apuntan directamente. Pero también la UE puede darse con un canto en los dientes por los numerosos casos de corrupción que la abruman.

En Gran Bretaña, además del alcalde de Londres, y de otros alcaldes en diversas regiones, han entregado la educación de los niños y adolescentes británicos en manos de un islamista que dará el cante del adoctrinamiento en las escuelas, tal como tienen previsto. ¿Alguien en el barco que lleve el timón? No, para nada, de momento. Keir Starmer ha rendido el país a los islamistas. La tranquilidad de las niñas peligran, nadie las defenderá frente a los estragos de la pedofilia, mucho menos en manos de este ministro de la vergüenza.

En Francia, día a día nos agobian con las noticias: puñados de violaciones y asesinatos de adolescentes, quema de iglesias, edificación de mezquitas, siempre los mismos, los de la exigencia halal. Se celebra a todo trapo el ramadán y se ocultan los festejos religiosos occidentales. Pululan en las redes las imágenes en vídeo de jóvenes conduciendo ovejas para encerrarlas en las plazas de los parkings de los inmuebles, con la intención de revender los animalitos, para luego sacrificarlas en apartamentos; esas fotos y vídeos son ya rutinarios. Cuando una ciudad deja de oler a perfume para oler a sangre inocente, dadla por perdida, mejor largarse…

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