Por Santiago Carranza-Vélez/La Gaceta de la Iberosfera.
Grecia ha lanzado un mensaje inequívoco a las mafias y a quienes pretenden quedarse ilegalmente en su territorio: no habrá refugio fuera de la ley.
El Gobierno de Kyriakos Mitsotakis, a través del ministro de Migración, Thanos Plevris, ha anunciado que todos los inmigrantes cuya solicitud de asilo haya sido rechazada deberán llevar pulseras electrónicas de control durante los 30 días previos a su deportación.
Este sistema permitirá localizar a los infractores en tiempo real y garantizar que la orden de salida se cumple sin retrasos ni evasiones. Se acabó la práctica habitual de «desaparecer» antes de la expulsión.
En paralelo, el plan incluye hasta 2.000 euros para quienes opten por regresar voluntariamente a su país de origen en un plazo acordado. Con ello, Atenas busca reducir la presión en los centros de detención y ahorrar recursos que podrán destinarse al control de fronteras…