Por Armando de Armas.
Edel Álvarez Galbán, Lelo Galbán, La Habana, Cuba, 1967. Galeno a la antigua, es decir, de las manos como primera terapia, medicine-man dedicado, obsesionado con la manipulación mediática, política, de la medicina moderna. Pintor anárquico y provocativo de un mundo entre el surrealismo y la sobrerealidad. Lo que este articulista aventuraría a definir como un artista del realismo metafísico.
¿Qué ciencia y creación se contraponen?
Lo cierto es que no, lo cierto es que ciencia y creación tienen un origen común en la magia, que sólo se contraponen en la medida que degeneran, que se alejan de la fuente, sobre todo después de la Reforma Protestante y la Paz de Paz de Westfalia del decimosexto siglo en que el mundo comienza a ser regido por la cultura de los plagiarios y usureros para culminar en el aberrante absolutismo del presente en que no sólo la medicina y el arte son meras mercancías sino que se llega al punto de crear primero la enfermedad, física y psíquica, para después vendernos la medicina y el arte; lo que llaman medicina y arte.
Su obra la burila en multimedia, acrílico, carbón, aceite, tinta en tela y papel. Pintor prolífico, ha realizado varias series: Personas (2001), Lucías (2001-2012), El bufón (2007), Eva y Mariela Castro (2008), Caracol Erótica (2009), Mi Divina Comedia (2009), Cancionero (2011), Cuba se Va (2012-20014), Seaevolve (2013), El Monte (2014), Los Feos y Deshojando Margaritas (2014).
Lelo, junto a Rebecca Lauren, es además fundador del Proyecto Art Is Everywhere.
Su obra se agrupa así en series temáticas donde se aborda la trama humana. El amor, la enfermedad, el exilio, las añoranzas, el anticastrismo, la mujer, la sensualidad. Lelo comienza a pintar joven desde sus años de estudiante allá en La Habana de los 80’s.
El desnudo femenino como expresión sensual, sacra a veces, viene desde sus inicios habaneros, inicio en las habaneras, en cuerpos curvilíneos que originaron, evolucionaron a series donde se reconocen rostros definidos por la madurez, las vivencias y las emociones del autor.
Sus inicios en el exilio están marcados por obras oscuras donde se refleja el dolor del desarraigo personal y el dolor del pueblo cubano a través del simbolismo de las cruces. El mar tenebroso y enrojecido por la sangre de los balseros devorados por las bestias del inframundo, pero también la emanada del presidio, la oposición pacífica y la lucha armada. Sobre este simbolismo siempre la figura demoniaca de Castro como culpable mayor de la pérdida, la perfidia y el sufrimiento de los cubanos.
Recrea además su arte la arquitectura habanera y sus influencias españolas y moriscas. Ofrece así obras que recuerdan los vitrales de La Habana colonial con temas actuales.
Lelo pinta cada día al llegar a casa refugiándose en el proceso creativo de los avatares médicos del día, dejando fluir sus vivencias. Lelo, como artista auténtico, alejado del usurerismo al uso, está en todas sus obras en tanto ente pesante y actuante en un mundo de manipulación que pretende suplantar la belleza y la verdad, una y la misma cosa, como bien sabían los antiguos griegos.
Series temáticas llenas de colores que destacan la alegría de los pueblos caribeños y su cultura pero también el sufrimiento subyacente y la incultura inducida.
Galbán mezcla texturas, materiales y superficies donde se descubren formas y siluetas que desafían al mundo interior de quien las observa. Lelo logra así desenterrar emociones con un arte fresco y colorido sin dejar de ser profundo y reflexivo, sin llegar nunca al aburrido conceptualismo.
El Covid-19 es la epidemia de la que no esquiva el bulto el arte Lelo Galbán, plandemia que desde el punto de vista profesional y artístico marcó su mundo, como al de todos. Grises oscuros definieron su visión del peligro, grito inaudible. Peligro no sólo por la enfermedad sino por la manipulación política de la enfermedad. Como si Lelo intuyera al fin que aquellos aparentes opuestos del arte y la medicina que la magia unió al inició, allá in illo tempore, han de volver a unirse o desaparecer para siempre luego de la larga agonía que va de la Paz de Westfalia a la Paz de los Sepulcros Blanqueados del presente.
Armando de Armas. Escritor cubano exiliado, autor en los géneros de periodismo investigativo, ensayo, narraciones y novelas. Entre sus libros destacan La tabla, una abarcadora novela sobre la sociedad isleña, y Los naipes en el espejo, un ensayo sobre la historia de los partidos políticos estadounidenses que augura además el triunfo electoral de Donald Trump en 2016 y un profundo cambio de época en el mundo occidental. Editor Educación/Cultura ZoePost.
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¡Qué excelente descripción del trabajo de A. Galban! Cada pintura de Lelo es un reflejo de su pasión u obsesión por un tema, que nos envuelve y nos hace pensar. Su forma de jugar con los colores al pintar es algo que adoro.