Por Pedro de Tena/Libertad Digital.
Voy a empezar por donde algunos no quieren. El PP de Feijóo. En 2011, no había ni una sola propuesta del PP de Rajoy que tuviera que ver con la homosexualidad, con la transexualidad ni con nada que se refiriera al sexo como tal. En sus 100 Propuestas para ese año solo constaba, en el apartado “La Familia, primera sociedad del bienestar”, en la oferta número 50, lo que sigue: “Reduciremos la exposición de los niños a contenidos sexuales o violentos.” Tres años después, Juan Manuel Moreno, recién designado presidente del PP andaluz, ordenaba apoyar (por unanimidad) la primera ley Trans autonómica de España. Aunque limitaba las operaciones quirúrgicas de cambio de sexo a los mayores de edad (18 años), no se oponía a la hormonación de los menores sin concretar edades e incluso subrayaba que el interés de los menores debía prevalecer sobre “cualquier otro interés legítimo”(artículo 19.2).
Digamos de paso que entonces no existía como fuerza política Podemos ni aún había cristalizado el potencial electoral de Vox. En Andalucía había sólo tres partidos decisivos, el PP (50 escaños), el PSOE de Susana Díaz (47), e Izquierda Unida (12). Nadie más. Fue durante el gobierno de coalición del PSOE e IU que se aprobó por todos los grupos el Proyecto de Ley para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía dando origen a la Ley 2/2014, de 8 de julio.
Digo esto porque no logro entender ni saber qué es lo que piensa de verdad el PP sobre esta cuestión si bien tengo la sensación de que va a rastras de los dictados de la izquierda socialcomunista desde los tiempos de Zapatero, que fue el que abrió el melón. Debatí privadamente el otro día con mi amiga, la profesora Mar Gijón, impulsora de Cincinatos.org acerca de cuál era la realidad del pensamiento y la postura política del PP en este delicado asunto, un lobo cuyas orejas ya se han visto en Escocia y se verán más claramente en toda España cada día que pase…