Por Félix Antonio Rojas.
Que el monarca Azteca intentase boicotear, y saliese en defensa de los 3 jefes problemáticos de las otras tribus de la región, que llevan décadas explotando y reprimiendo a sus pueblos, no es una extrañeza, ni una excepción, todo lo contrario, es una tradición endémica de los monarcas de la Pachamama que adoraban y veneran a Lenin… y a Stalin también. Recuerden que desde esas costas bañadas por la sangre y los ritos a Koatlikweh, zarpó sin ninguna oposición la embarcación más maléfica y destructiva de la historia de Cuba, y posiblemente de la humanidad, el fucking y fantasmagórico yate Granma.
Por otra parte el lobby político de Washington en la línea de los últimos 60 años y en total armonía con el lobby político de Miami, y manteniendo la agenda 2030 para seguir oxigenando al jefe de la tribu de los Taínos, han movido e impuesto como siempre, a los muñecones de carnaval, a los supuestos patriotas tardíos, los patria y vida del 2017 para acá, a la hippie, gay e industrial California Dream… Y por supuesto para seguir manteniendo el bizness y la vendedera de humo por YouTube, han suprimido y excluido a los verdaderos opositores que llevan décadas luchando por restaurar la república que existía antes del 59, y que lógicamente por mantener una actitud frontal y sin titubeos contra el régimen, están fuera del circo de la Oquedad de las Américas, con sus oposiciones a las políticas procaces y extemporáneas que se aplican para no derrocar a la tiranía castrista y a sus jefes lechosos, rubios y peste a grajos de la FSB.
Allá se fue volando el cleptómano con los blúmer rojos de Wellintong, y el otro mulato radiactivo que se cree que Farah María fue una presa política.
Félix Antonio Rojas es friki freelancer.
Pues claro que nuestros “hermanos” tienen una idea muy particular y curiosa de la solidaridad, o sea, que como de costumbre, siguen en complicidad y contubernio con la dictadura totalitaria que sufre Cuba y que la ha arruinado. Por eso yo rechazo por completo la etiqueta de “latino,” pues los así llamados me resultan tan ajenos como si fueran marcianos y me provocan una mezcla de desprecio y asco.