Lamentable final de camionero cubano sentenciado en Colorado

Por Carlos Carballido.

Estado de  Colorado sentenció al joven trailero de origen cubano, Roger Aguilera a 110 años de prisión por el accidente  causado en la Interestatal 70 de ese estado montañoso en el 2019.

La sentencia ha causado malestar en la comunidad exiliada cubana, sobre todo en sus colegas de la carretera. Más de un siglo en prisión para ese joven es lo mismo que aplicarle cadena perpetua por haber causado cuatro muertos y varios heridos en el accidente vehicular. El juez dijo que no lo condena por el accidente sino por  sus decisiones fatales que al final provocaron el lamentable suceso.

Más allá de ser víctima del sistema, Roger es más bien víctima de su propio destino.  A veces los emigrados cubanos tienden a creer que las leyes son iguales en todo  Estados Unidos y aplican por igual para todos los que conducen vehículos. Roger quizás no comprendió que en esta nación  un chófer de Semitrailer (rastra) es considerado, aunque no lo parezca, un profesional del volante.

Desde que ocurrió el accidente, la comunidad cubana ha desbordado pasiones solidarias sin ver que desde el primer momento las cosas sucedieron de manera equivocada. Desde la irresponsabilidad de otorgar una carga a un chófer inexperto para un territorio geográficamente difícil por sus montañas inclinadas, hasta el pésimo manejo del caso que hicieron sus abogados defensores.

Un chófer de rastra no se hace en un día. Deben pasar años para adquirir  experiencia y sobre todo para entender que la prudencia es lo único que evita tragedias como la ocurrida en Colorado. La prudencia  es lo único que te obliga a extremar precauciones en un terreno desconocido o te obliga a preguntar ante cualquier duda. Quizás Roger no tuvo tiempo de descubrirlo y hoy todos lamentamos las consecuencias.

Todo aquel que aspire a ganarse la vida como camionero debe responderse algunas dudas:

-Si no eres capaz de hablar un mínimo de inglés, no te aventures. En el caso de este muchacho entender el significado del cartel “Runaway” (rampas de frenaje para camiones fuera de control) le hubiese salvado del problema. En el trayecto donde perdió los frenos hubo al menos uno que pudo utilizar para evitar el desastre.
– Si no te sientes seguro no creas que encomendarse a tu religión o a la virtud de nacer en una isla te evitarán los accidentes. En la carretera profunda la suerte NO existe. Por desgracia los camioneros cubanos creen que es diferente y la mayor parte del tiempo se lanzan a una aventura sin saber pros y contras.
-Si no eres capaz de pasar el examen  de la CDL de modo consciente y aprendiendo al dedillo lo que dice el Manual, no te subas a un camión… Con solo entender y actuar que si subes una pendiente  peligrosa como las del I 70 en la 6ta,  5ta, 4ta o cualquier  velocidad (gear), dependiendo  del peso que remolques, debes descender en una velocidad inferior a la que subiste,  tomándote todo el tiempo del mundo,  separándote lo más que puedas del auto de enfrente, sin prisas, sin adelantar, todo el tiempo por la derecha y usando el sentido común para evitar utilizar en exceso los frenos de aire…. muchos accidentes no tendrán que ver contigo. Evita manejar un  semirremolque si no cumples estos requisitos. Evítalo.

En un camión los frenos “no se van” , solo se dañan con la inexperiencia  de manejar en geografías adversas hasta que los vuelves inservibles. Al parecer, según el diagnóstico de los peritos está fue la causa principal. Los frenos de vehículos comerciales están diseñados para en caso de pérdida de aire bloquear el movimiento.  En bajadas, si un chófer abusa de presionar el pedal de freno lo único que conseguirá es derretir los cojines de frenado y volver inservible el sistema por completo. La física y el peso del vehículo se encargarán de llevar el hecho al punto de la fatalidad.

En EE.UU. todas las carreteras estatales y federales en lomas o montañas tienen señales de tránsito para indicarle a un chófer comercial los grados de inclinación de la bajada, recordatorios para usar los Runaways en caso de fallas de freno y la obligatoriedad de bajarse del vehículo y revisar los frenos antes de iniciar una bajada. Toda esta señalización esta en inglés y es por ellos que a cada chófer se le exige que sean capaces de leer el idioma y poder  comunicarse con un oficial de tránsito.

Hay quien cree que una licencia comercial o CDL, como se conoce en EE.UU.  es una profesión  para la cual no se necesita una universidad.  Es cierto. No se necesita. Pero es una  de las profesiones más peligrosas  por lo cual sus requerimientos físicos y psicológicos van más allá de lo que se ocupa para llamarlo un simple oficio.

En este juicio, el camionero cubano no será favorecido por ideologías ni por etnias minoritarias, sino que será juzgado por el hecho en sí. Otros casos  de homicidios vehiculares han sido llevados a su mínima expresión  debido a ideologías raciales. En el caso de Roger esto no ha funcionado y es lamentable porque si vamos a buscar culpables hay muchos más en esta ecuación. Empezando por  lo fácil y expedito que en algunos estados es obtener la licencia hasta enviar a un chófer inexperto a un viaje en una geografía tan abrupta.

Igual creo que la sentencia pudo haber tenido un poco más de clemencia. Pero la justicia a veces funciona, a veces no. Para este caso ha sido implacable.  El chófer está devastado y arrepentido y a veces un poco de clemencia no viene mal.

El trago es amargo. Pero si hay que buscar una lección en todo esto es solo una: Si no cumples los requisitos físicos, técnicos y psicológicos no te subas a un camión.  Si tienes que hacerlo capacítate y pregunta cualquier duda sin asumir que es pan comido. Esta lección debe ser aprendida por los nuevos en este giro, porque se repetirá una y otra vez si no toman conciencia.

Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de ZoePost.