Por Carlos M. Estefanía.
Donald Trump ha vuelto a ganar las elecciones en Estados Unidos, algo que, lo admito, me tomó por sorpresa. No es que haya caído en la narrativa de los medios suecos o españoles que consumo habitualmente y donde Trump es demonizado y Kamala Harris, por el contrario, santificada. Una posición que no es un reflejo de compromiso con la verdad; son manifestaciones de los intereses que representan estos medios. Mi escepticismo radica más en la convicción de que el “establishment” haría lo imposible por bloquear una victoria de Trump. Sin embargo, aquí estamos con un segundo mandato del denostado presidente. Desde Miami el periodista cubano Ernesto Morales* asegura a sus seguidores en redes, este resultado demuestra que Estados Unidos aún no ha caído en la categoría de una república bananera, donde el aparato dominante siempre encuentra la forma de perpetuarse, como ocurre hoy en Venezuela.
Pese al optimismo de algunos analistas, una parte de mí mantiene reservas. Sigo sin creer que Trump perdió en buena lid las elecciones de 2020, y esta vez, si no fue despojado del triunfo, tal vez sea porque el “truco” político podría haber resultado demasiado obvio al repetirse. No olvidemos que el sistema no carece de recursos: desde obstáculos políticos hasta influencias sanitarias, como en su día personificó el funesto Dr. Anthony Fauci, a quien Trump delegó la respuesta a la pandemia de COVID-19, con sus propuestas desconectadas tanto de la ciencia como de la economía y quien, tras la transición a la administración Biden, pasó de figura clave a ser objeto de crítica y de dudas públicas sobre su manejo de las medidas de salud y de los daños materiales y mentales causados a la sociedad por sus recomendaciones al presidente Trump en particular y a los norteamericanos en general.
Saltando entre estas reflexiones y la incertidumbre sobre lo que vendrá, y buscando lo que se dice del cambio en el lugar he llegado a Chronicles: A Magazine of American Culture, revista que ofrece una interesante crónica (nunca mejor dicho) que detalla el ambiente político estadounidense actual, si bien desde su perspectiva conservadora. Es importante destacar que esta publicación, gestionada por el Chronicles Institute —organización sin fines de lucro que defiende los fundamentos filosóficos y espirituales de la civilización occidental—, ha estado desde 1977 en la vanguardia del análisis de las tendencias en la política y sociedad de Estados Unidos y Occidente. En su edición de noviembre de 2024, Chronicles no se aparta de su línea al ofrecer su visión sobre la reciente victoria electoral de Trump.
En el artículo “The Stable Genius Providentially Triumphs”, escrito por Stephen B. Presser, editor de asuntos legales de Chronicles, se celebra la victoria de Trump calificándola como un “triunfo providencial”. Presser no duda en considerar este resultado como una restauración de la confianza en el pueblo estadounidense y en los principios fundacionales del país. Citando el Salmo “No pongas tu fe en los príncipes”, Presser reconoce la tendencia de los líderes a defraudar, pero considera que Trump representa una excepción, una figura que ha conectado con el sentir de gran parte de la población estadounidense en un modo que Harris, según él, no podría.
Presser ataca a Harris y al gobierno Biden-Harris, acusándolos de ser controlados por una “cábala” de actores ocultos, posiblemente vinculados a figuras como Obama. Para él, este gobierno ha sido más escandaloso que el de Watergate; sin embargo, los medios tradicionales parecen ignorar estas posibles irregularidades mientras demonizan a Trump.
Para Presser, Trump encarna la esperanza de devolver al país el respeto por la Constitución y por los valores tradicionales. Señala la oportunidad de que el expresidente pueda nombrar jueces que sigan la filosofía originalista de la Constitución, al estilo de Antonin Scalia y Clarence Thomas. Según él, esta es una victoria contra políticas “socialistas fabianas” y un paso hacia un gobierno más limitado y respetuoso de los derechos individuales.
Pero la visión de Presser no está exenta de críticas. Michael Kaiser, un lector de Chronicles, cuestiona algunas promesas de Trump, especialmente en torno a la inmigración. Kaiser argumenta que Trump probablemente solo deportará a individuos con antecedentes criminales, dejando a otros inmigrantes debido a la demanda de mano de obra barata en ciertas industrias. Además, discrepa con la postura de algunos republicanos sobre el libre mercado, al considerar que sus efectos podrían ser negativos para la economía local.
En otro punto, Kaiser critica el entusiasmo de Presser respecto a los nombramientos judiciales. Prefiere jueces como James Ho y muestra descontento con algunos nombres ligados a la Sociedad Federalista, cuestionando su integridad. Para él, figuras como Gorsuch o Barrett no cumplen con los estándares de conservadurismo esperados y sugiere que Ron DeSantis sería un mejor responsable en la selección de jueces.
La crónica de Presser y los comentarios muestran claramente la polarización que Trump sigue generando en la política estadounidense. Mientras que Chronicles y Presser ven su victoria como una reafirmación de los valores tradicionales y de la soberanía nacional, los comentarios aportan una perspectiva crítica y realista sobre los retos que la nueva administración podría enfrentar, especialmente en inmigración y la selección de jueces.
Chronicles ofrece un análisis de un país que parece dividido pero no resignado, en el que el debate sobre el conservadurismo y el rol de los medios refleja la complejidad de la situación política estadounidense. Volviendo al caso de comentaristas cubanos radicados en la Florida, traeré a colación el caso del archienemigo del antes citado Ernesto Morales, el periodista Edmundo García**. Un antiguo defensor del régimen cubano, devenido en acérrimo crítico de su actual mandatario, lo hace desde una suerte de nostalgia paleo-castrista con la que no pocos se identifican en la isla, lo que le convierte por excelencia en ideólogo de una suerte de oposición fidelista al gobierno que se proclama precisamente ser la continuidad del mismísimo Fidel Castro.
El caso es que Edmundo estuvo asegurando la victoria de Kamala Harris y, tras su derrota, con cara compungida, comenzó a cuestionar la capacidad que tendría Trump para cumplir sus muchas promesas, desde la deportación masiva de inmigrantes hasta el encarcelamiento de Biden. Yo no sé si cumplirá con estas o no; poner las manos en el fuego por lo que dice un político, lo mismo de derechas que de izquierda, no es algo que yo haría. Eso sí, con que ponga paz entre Rusia y Ucrania, me bastaría para decir que su victoria ha valido la pena.
Referencias:
* https://www.youtube.com/live/yvnfIlfHvV4?si=5mAa5JJLUjIpgSD-
** (140) Edmundo García | La Tarde Se Mueve – YouTube
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