Por Zoé Valdés.
Recuerdo que aquel día escribí con mi mente: “Hace hoy por fin una de las primeras mañanas de espléndido sol en París, aunque con frío, es una primavera todavía gélida…
Camino de la Oficina de Correos voy pensando en una estupidez, otra más, que vi ayer en internet: alguien comentaba en un video que Guillermo Cabrera Infante hacía reír mucho al lector cuando escribía, pero que sin embargo jamás se había retratado riéndose. Lo primero es una verdad como un templo, lo segundo es otra falsedad, o una inexactitud de esa persona que pretende conocer a GCI y ni siquiera conoce bien su obra.
Bergsoniana como soy, sé, después de haber escrito tanto sobre la risa -tanto que casi puedo publicar un tratado-, que la risa, la broma, los juegos de palabras de Guillermo Cabrera Infante utilizadas como soluciones líricas y literarias aparecen en su obra con la intención, no de aligerar su contenido, sino más bien de preparar al lector para una reflexión más profunda.
Cuando Guillermo se enseriaba para las fotos, lo hacía probablemente recordando a José Martí, quien, eso sí, jamás se retrató riéndose, la única vez que lo hizo fue con su hijo en brazos.
Yo que conocí bien al autor de Tres Tristes Tigres, de La Habana para un Infante Difunto, de Cuerpos Divinos, por citar solamente tres de sus obras, puedo afirmar que Guillermo se reía siempre, incluso cuando estaba serio, porque se reía por dentro, interiormente, que es como mejor se ríe uno. El que solo se ríe de sus maldades se acuerda, afirma el viejo refrán. Y Guillermo era un refranero de altura y de alcurnia literaria, con esa pátina de alcurnia con la que la calle pule al escritor.
Estuve algunas tardes, lo mismo en Londres, que en París, o en España, con Guillermo Cabrera Infante y con Miriam Gómez, su esposa, y jamás olvidaré esas carcajadas que Miriam le sacaba a Guillermo, y Guillermo a todos nosotros, a mi hija y a mí. Lo siguió haciendo durante mucho tiempo, hasta el final.
Guillermo Cabrera Infante ha sido uno de los escritores cubanos con mayor sentido del humor. Casi siempre, justo en el día de su nacimiento, oigo su carcajada fenomenal, frente a tanta gente que en la actualidad pretende conocerlo, cuando en otros tiempos le huían y lo denigraban a sus espaldas.
¡Qué risa y qué carcajada! ¡La de un escritor!
Zoé Valdés. Escritora y artista cubana e hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Yo tambien conoci muy de cerca a Guillermo y Miriam, recuerdo sus bromas, chistes ironicos y su risa, cuando nos sentabamos a cenar en aquella gran mesa donde estaban todos los funcionarios de la Embajada de Cuba en Bruselas, con Gustavo Arcos en la cabecera, el contaba muchas cosas de su vida y su trayectoria, asi pude conocer mucho de el. Fue muy fiel a sus principios y siempre lo demostro. Mucho podria contar de este gran amigo,
Miriam te recuerda con mucho cariño, siempre me pregunta por ti.
Yo también a ella, fue la única amiga de aquel grupo, porque las esposas de los demás funcionarios eran fanáticas del sistema, odiosas, chismosas y sobre todo a Miriam que era joven y bella, tengo fotos de ella en aquella época y de Guillermo. Dale mis Saludos y que le envió todo mi cariño. Gracias, Zoe.
Qué importante es reirse y más aún, reirse de sí mismo. Reirse, en general, es lo que cuenta. Trato de imaginarme la risa de GuillermoCabrera Infante, de quien he leído algunos libros y no se me antoja difícil. Lo sublime, que nunca pudo ser, sería haberme reído con él.
Pero me he reido mucho con Zoé Valdés. Con sus libros y con ella misma, presente en mi casa hace años y no hace tanto. En fin, que he reído con muchos cubanos, dentro y fuera de Cuba. Me encanta cómo ríen y me sorprende que lo hagan a pesar del nefasto sistema político y económico que tienen atornillado en La Habana hace 63 años y medio, sin libertad y cada vez con menos alimentos y energía eléctrica. Malgré tout, la risa, el dominó y la música siguen existiendo entre cubanos, en la isla y fuera de ella.
Estaba ahora mismo pensando en tí, increíble. Nos reiremos mucho todavía, si Dios quiere.
Que esa RISA llegue alcielo y retorne en bondades paara el alma y para el cuepo de todos los necesitados, Gracias por hacer reir, que se en verdad que es muy dificil lograr hacerlo con el corazon lleno de la alegria que nos hace falta a todos, Bendiciones.