Por Luis de la Paz.
Me gustaría hablar sin mencionar al exilio, pues las referencias al exilio siempre provocan pesadumbre. Me gustaría centrarme sólo en la poesía del Maestro Armando Álvarez Bravo y profundizar únicamente en el aporte de su obra a la literatura cubana. Pero no podré cumplir con mi propósito, pues cualquier alusión a la vida y obra del Armando Álvarez Bravo pasa inevitablemente por esta etapa dolorosa de vivir fuera de Cuba. Por otro lado, por qué no hacerlo, si se ha demostrado históricamente que la mejor literatura cubana se ha escrito en el exilio, y se puede afirmar también que muchas de las obras escritas fuera de la isla han sido las piezas que más han trascendido en nuestra cultura.
Por culpa de la peor tiranía que ha padecido este hemisferio, la cubana, con 63 años destruyendo minuciosamente la nación, generaciones enteras de cubanos andan desperdigadas por el mundo; pero también generaciones de creadores han favorecido una sorprendente literatura que batalla, sondea y busca su registro expresivo, asumiendo sus propias circunstancias y sin perder, ni siquiera extraviar un instante, sus raíces, su cubanía.
Armando Álvarez Bravo es uno de los escritores cubanos que con perseverancia y una integridad sin cortapisas, mejor busca, examina y reflexiona desde una resonante voz poética muy cubana. Su Poesía completa publicada por Ediciones Universal del amigo de todos, Juan Manuel Salvat, es un volumen de más de 1000 páginas, lo que indica la abundante labor creativa de Armando. Un volumen que incluye 3 libros que permanecían inéditos Nunca se aprende a perder (2014), El corazón en la palma de la mano (2017) y Los días contados, este último, con poemas escritos entre los años 2018 y 2019, cuando ya el Maestro estaba enfermo, recibiendo diálisis.
“Uno llega a acostumbrarse/
a la fatalidad del paso de los días/
al implacable ir a menos”
expresa el poeta en uno de los poemas que ven la luz por primera vez.
Álvarez Bravo pertenece a la generación de los años cincuenta. Muchos miembros de su generación partieron también al exilio, como Ángel Cuadra, Rita Geada, Manuel Díaz Martínez, Orlando Rossardi y Mauricio Fernández. Algunos de ellos sufrieron prisión (Cuadra) y adversidades en diferentes etapas (Díaz Martínez y el propio Álvarez Bravo). Tal vez por las calamidades padecidas, el acoso, la indiferencia, la complicidad y los ataques de algunos de sus contemporáneos y miembros de su generación como Roberto Fernández Retamar, Fayad Jamís (fallecido en la isla), Pablo Armando Fernández y Raúl Rivero (este último murió el pasado año en Miami), es que Álvarez Bravo define a su grupo como una “generación arrasada”. Y este axioma es válido y constante también a otros grupos generacionales.
Su Poesía completa es una pauta del quehacer literario de los cubanos que dejando atrás su país para comenzar de nuevo, han perseverado en su amor al arte. Basta señalar que Armando solamente publicó 2 libros en Cuba, El Azoro (1964) y Relaciones (1973). El resto de su obra poética fuera de la Isla, suma otros 15 libros de poemas.
Sin duda Armando Álvarez Bravo más allá de todas las adversidades ha sido el gran poeta de su generación. Su poesía brota desde un coloquialismo profundo, que narra, dice, esboza, transforma en imágenes elocuentes lo cotidiano. Su voz poética es sosegada, en ella sobresale la mesura en el lenguaje, la reflexión aguda, la expresión precisa que tanto requiere el buen poema, imprimiéndole a cada verso la energía que impulsa al poema para que se ramifique.
En uno de sus últimos poemas escribió:
“Uno va viviendo
a la par que va muriendo.
Así de simple. No hay más”.
Armando Álvarez Bravo repetía constantemente que su obra la conforma un solo poema. Está incluso en el subtítulo del libro que hoy presentamos: “un único poema en cientos de poesía”. Desde aquellos primeros de El azoro (¿qué es el azoro sino el aprendizaje y el descubrimiento?), hasta el último de los poemarios inéditos que forma parte de su Poesía completa. Ese concepto de un solo poema, en el cual insistió siempre el poeta, engrandece su obra, pues la perfecciona, la funde en una sola una pieza que cincela con esmerado cuidado, para no dejar fuera ideas o añadir banalidades. La obra literaria de Armando Álvarez Bravo, ha tocado la cúspide de la poesía.
Luis de la Paz es escritor cubano, poeta y narrador. Presidente del Pen Club cubano en el exilio.
El Presidente del Pen Club en el Exilio, el escritor y periodista Luis de la Paz, presentó la ‘Poesía Completa’ de Armando Álvarez Bravo, publicada por Ediciones Universal.
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Video Wenceslao Cruz.