Por Zoé Valdés.
Cuando el odio se ampara de una sociedad es muy difícil arrancarlo de cuajo y limpiar la raíz del mal; me refiero al odio como fundamento de una ideología. Supongo que no será necesario aclarar a cuál me refiero… El odio se instala, y no debido a un acto improbable de magia, no; el odio lo inoculan los fanáticos predicadores de esa misma ideología extremista llamada izquierda.
Lo de ultra-izquierda me repatea añadirlo, porque ya con decir izquierda el que conoce la historia verdadera, a fondo, sabe que la izquierda ha generado desde el extremo tanto odio que no necesitamos del prefijo ultra para hacer hincapié en esa aversión que impulsan como actus fidei. Sólo hay que observar los rostros de los políticos españoles que gobiernan hoy en este país para reconocer perfectamente ese rictus prepotente, de desprecio, de amargura, que les marca las mandíbulas y les desfigura los gestos. Es un odio visceral al que se les nota afanados desde las entrañas. Aman el odio y se auto aman profesando el odio.
Sí, las cretinas se dedican a estudiar atentamente a los mediocres, y no sólo para imitarles, sino que con ello logran beneficiarse oportuna y golosamente
El odio genera de inmediato un pésimo comportamiento debido a la deplorable educación; los sujetos asumen posturas petulantes, usan palabras grotescas, sumado a su mediocre formación cultural. Usan la alteración y el ultimátum constantemente. Insultos, escraches, amenazas hasta hacer sangrar. Y hasta matar.
No importa si desde su machismo-leninismo acosan a una mujer en plena calle gritándole en el rostro, escupiéndola; qué más da si se burlan de otra llamándola de todo y hasta ridiculizándola solamente por ser la esposa de un presidente, incluso si es una mujer preparada y con formación universitaria. Se parten el pecho clamando por una anhelada oportunidad para fustigar hasta sajar a una profesional.
Llaman «asesina» a una política plebiscitada por el pueblo, pero ellos y ellas o «elles» (para usar su ridículo lenguaje) no aguantan ni un arañazo, parecieran de biscuit, de porcelana fina, cuando les argumentan que se han dedicado a estudiar a un maldito inútil cuya mediocridad jamás lo ha detenido para creerse ensayista, presentador de programas televisivos, y hasta vicepresidente de un país… Sí, las cretinas se dedican a estudiar atentamente a los mediocres, y no sólo para imitarles, sino que con ello logran beneficiarse oportuna y golosamente. El maltrato es lo de ellos, su asunto primordial, como lo es la inquina, también en contra de quienes les han sido fieles, y han probado que les aman y les veneran, por ejemplo, pariéndole tres hijos…
Desde el Gobierno español han puesto en función el mecanismo de odio y venganza sin igual
No daré nombres, ustedes los conocen de sobra. Además, ponga usted cualquier nombre de estos soberbios que pululan y van de progres por el mundo, obtendrán el mismo resultado: la podrida y malsana izquierda.
Los más recientes sucesos en España, imposición de una ley que libera a los asesinos y violadores, eliminación del delito de sedición con nocturnidad y alevosía, boicot de la sanidad pública con el apoyo de los sindicatos (los sindicatos son una plaga que en nada o muy poco defienden a los trabajadores, han empeñado su existencia en llevar políticas extremistas mediante la burocracia y la desidia, desde, cómo no, la izquierda), intento de legalizar el aborto y la pedofilia, además de sobre imponer derechos supuestamente sexuales por encima del derecho parental de madres y padres pisoteando la ciencia y la biología, prueban que desde el Gobierno español han puesto en función un mecanismo de odio y venganza sin igual con el claro objetivo de romper la sociedad española, con la indecente intención de triturar y desmenuzar España.
¿Quién está detrás? Algunos dicen que el multimillonario George Soros, entre otros; en verdad, no importa demasiado ya quién se halle agazapado detrás o delante guiándoles en la caravana de la sinrazón… Lo que hay es odio y más odio, un núcleo supremo y consistente de rencor y antipatía.
Lo peor, lo peligroso, es que ese odio si no se ataja a tiempo, sólo irá in crescendo, porque el odio de esta gente les ha generado enriquecimientos, fortunas increíbles, una opulencia jamás imaginada. De ser nadie han devenido grandes protagonistas de la maldad a los que es inevitable dejar de mencionar a diario. Esa opulencia confunde, ciega, sobre todo a los jóvenes, que creerán que el camino es ese, el del escarnio, la falsedad, la mentira. Generaciones de rencorosos y acomplejados irán tomando posición y posesión, querrán asaltar el futuro a como dé lugar. Entonces, ya no habrá retroceso; muy poco o nada se podrá hacer para salvar lo principal, para lo que el ser humano nació y a lo que se supone debiera dedicar su existencia: a la vida, el trabajo, el amor, la compasión.
Zoé Valdés. Escritora y artista cubana e hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vermeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Grandioso…
¡Excelente columna!
Muchas gracias, mi querido Víctor.