Sociedad

La lógica del puerco en el corral

Por Félix Antonio Rojas.

 

¨…usted tiene que reclamar en las calles la ayuda que con tanto sacrificio ha recogido el exilio para ayudar a ese pueblo sufrido y hambriento de Cuba… Y, si usted que me ve y me escucha ahora aquí en Miami y tiene hambre, puede ir con su familia al restaurante Boca en el Doral y degustar del exquisito manjar Otaola Snapper…¨

Alexander Otaola.

 

¨… si usted no tiene nada que comer, vaya caminando hasta el Mariel y reclame la ayuda, y si lo matan en una esquina no tiene nada que perder, si de todas formas se estaba muriendo de hambre en su casa…¨

Liu Santiesteban.

 

¨…señores ustedes se han puesto a pensar que un avión es un avión, no quiero ponerme yo como Félix Savón, pero usted sabe que un avión es un avión. Un avión es una cosa que se montan ahí dos o tres, cuatro personas, ocho o doce dependiendo la capacidad; y esa cosa coge por ahí p’arriba…¨

Eliécer Ávila.

 

Recuerdo cuando vivía en Mordor en el siglo pasado, que la mayoría de los Orcos repetían como autómatas las frases, los gestos y algunos hasta los discursos completos que daba La Bestia desde la ex Plaza Cívica; repleta de militantes y cederistas que competían entre ellos a ver quien  gritaba más consignas sin parar por minuto, con el único objetivo de convertirse por órdenes de los de arriba en eficientes puercos del sancocho revolucionario.

Una parte de ese pueblo tiene impregnado en sus genes esa tara psicológica de seguir al caudillo pop del momento, al reguettonero star de la politiquería, de imitarlo y duplicar sus falacias ya sea en territorio nacional o en el exilio. En los ochenta eran los que tiraban piedras y huevos en las calles de Cuba a las familias y personas que decidían exiliarse del terror comunista, en la actualidad son los mismos que acosan, insultan y hacen bullying a destacadas figuras de la cultura, la literatura, y la política de la diáspora, repitiendo como discos rayados, como autómatas, la mendacidad y las patrañas del influencer de turno.

En psicología se define como un ecofenómeno a la ecopraxia. La ecopraxia es la imitación automática de las acciones de otras personas, es un tic motor que forma parte de los síntomas que caracterizan la enfermedad; puede manifestarse de diferentes formas, por ecomimia o la imitación de expresiones faciales, ecografía o la imitación mediante la escritura de estímulos auditivos. Todo esto provocado por la existencia de las llamadas neuronas espejo, que son las que se encargan de crear una reacción paralela al observado, reflejando las acciones del otro.

También existe la ecolalia, que es un trastorno del habla que consiste en la repetición involuntaria e inconsciente de palabras, frases, e incluso conversaciones, diálogos que el paciente ecolálico haya escuchado en la radio, la televisión o internet. Esta perturbación que se encuentra en otra patología mayor que tiene su origen en la esquizofrenia, en el síndrome de Tourette, y en la demencia.

El ecolálico realmente no está entendiendo nada de lo que repite, y no se da cuenta de lo que está haciendo, procesa el lenguaje diferente, no analiza las palabras individualmente, sino que analiza la totalidad del lenguaje, el conjunto de palabras que ha escuchado, lo que requiere un mayor esfuerzo para analizar y llegar a comprender lo que ha escuchado.

La ecolalia es un trastorno para el que todavía no se ha hallado cura hasta el día de hoy, al igual que la patología del nuevo patriota nacional, que ve reflejada su vida en todos los aspectos dentro y fuera de la isla en sus nuevos ídolos los que dirigen la comparsa de la nueva era de la Social Media.

 

Félix Antonio Rojas es Freelancer.

 

 

 

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