Por Carlos M. Estefanía.
Durante décadas, salvo en Cuba, no hubo lugar en el Nuevo Mundo donde alguien pudiera ser acusado de tener problemas ideológicos y, como resultado, perder, en el mejor de los casos, su empleo. La pregunta que nos planteamos es si aquellos que perdían sus puestos y quienes los castigaban realmente comprendían lo que significaba el concepto de “ideología”, que tanto dolor generaba. Vamos a adentrarnos en el espinoso tema.
Las ideologías políticas son sistemas coherentes de ideas y valores que definen cómo es, cómo debería ser o cómo puede transformarse una sociedad para alcanzar un estado ideal. Estas concepciones no son meras teorías abstractas; influyen en nuestra vida cotidiana, ya que las decisiones políticas y las leyes que rigen nuestras sociedades suelen fundamentarse en ellas.
¿Qué es una ideología?
Por lo general, una ideología se define como un conjunto de ideas que explica el funcionamiento actual de la sociedad y propone cómo debería operar para mantenerla o conservarla, todo ello desde una visión particular de la realidad. A partir de esta perspectiva, establece metas y valores que organizan la vida social. Aunque la idea de alcanzar una sociedad utópica puede parecer inalcanzable, las ideologías guían el pensamiento hacia lo que debería ser el mundo. Así, lo que para algunos puede ser una utopía, para otros podría representar una distopía o incluso una pesadilla.
Origen y evolución del concepto
El término “ideología” proviene del griego y se traduce como “estudio de las ideas”. Fue introducido por el filósofo francés Antoine Louis Claude Destutt de Tracy a finales del siglo XVIII, quien la definió como una “ciencia de las ideas” destinada a promover la reforma social bajo los ideales de la Ilustración. Sin embargo, pensadores como Karl Marx reinterpretaron este concepto de manera crítica, asociando la ideología con una “falsa conciencia”. Según Marx, las clases dominantes utilizaban la ideología para mantener su poder, controlando las ideas que predominaban en la sociedad.
Las ideologías no son entidades estáticas; evolucionan con la sociedad. Lo que alguna vez se consideró revolucionario puede resultar obsoleto en la actualidad. Por ejemplo, un liberal del siglo XIX podría cuestionar la idea del sufragio universal, un principio que hoy consideramos fundamental.
Destutt de Tracy: Un pensador clave
Antoine Louis Claude Destutt de Tracy fue un pensador central en el contexto de la Ilustración francesa y acuñó uno de los conceptos más influyentes en el ámbito de las ciencias sociales: la “ideología”. Su enfoque empírico y secular para entender los procesos de pensamiento humano se distanció de las concepciones metafísicas de su época. Tracy proponía que la ideología debía estudiarse como una ciencia de las ideas, analizando cómo se forman y estructuran nuestras concepciones del mundo.
El concepto de ideología surgió en un periodo de grandes transformaciones sociales y políticas, particularmente influenciado por la Revolución Francesa. Para Tracy, la ideología proporcionaba una base científica para el análisis del pensamiento humano, en consonancia con los principios de la Ilustración, que defendían el uso de la razón y la observación empírica como pilares para comprender la realidad.
La ideología como ciencia
Para Tracy, la ideología no representaba un sistema cerrado de ideas, sino un método para investigar cómo los seres humanos adquieren y organizan el conocimiento. En su obra Elements of Ideology, argumenta que todas nuestras ideas son el resultado de la combinación y organización de sensaciones, y que es posible desentrañar estas combinaciones para entender el funcionamiento del pensamiento.
Su propuesta de una “ciencia de las ideas” intentaba establecer una base científica y empírica para el estudio de la mente, alejada de explicaciones religiosas o sobrenaturales. En este sentido, Tracy consideraba que la mente humana, como producto de la evolución biológica, podía ser estudiada de manera similar a los fenómenos naturales.
La influencia de Tracy y la distorsión del término
A pesar de su rigor y ambición intelectual, el concepto de ideología de Tracy fue rápidamente desvirtuado. Napoleón Bonaparte lo utilizó de forma peyorativa para referirse a teorías abstractas y desconectadas de la realidad política y militar de su tiempo. Esta distorsión fue luego retomada por Marx, quien describió las ideas dominantes en una sociedad como una “falsa conciencia” que legitimaba los intereses de la clase dominante.
En su forma original, la ideología de Tracy no pretendía ser una herramienta de dominación, sino un intento de comprender cómo los seres humanos estructuran su pensamiento. A pesar de las reinterpretaciones, el legado de Tracy sigue siendo fundamental para entender los orígenes del concepto y su relevancia en el estudio del pensamiento humano.
La ideología en el contexto de la educación
Tracy también subrayó la importancia de la ideología en la educación. Argumentó que entender cómo se forman las ideas es crucial para la enseñanza y la gestión del conocimiento. En su obra, sugiere que la educación debe estar estructurada de tal manera que facilite el desarrollo gradual de la comprensión, permitiendo a los estudiantes avanzar desde conceptos simples hacia ideas más complejas.
Napoleón contra los ideólogos: Una batalla de ideas
Los Éléments d’Idéologie de Destutt de Tracy fueron concebidos como un manual filosófico destinado a escuelas con un alumnado de clases burguesas ilustradas. Sin embargo, tras el golpe de 18 Brumario, Napoleón Bonaparte adoptó un enfoque despectivo hacia estos pensadores, acusándolos de ser “metafísicos nebulosos” y “oscurantistas”. La relación entre Napoleón y los ideólogos se remontaba a una década antes, cuando conoció a Volney, uno de los exponentes del grupo.
La batalla entre Napoleón y los ideólogos no se limitó al ámbito político, sino que también se extendió a la educación. Las reformas educativas de Napoleón eliminaron las Escuelas Centrales y reemplazaron este modelo por los Liceos Nacionales, donde se intensificarían los estudios de lenguas clásicas, a la vez que se suprimirían la ideología y las ciencias morales y políticas.
Para los defensores del pensamiento de Destutt de Tracy sobre la ideología, este representa un cambio de paradigma en la forma en que entendemos el conocimiento y su adquisición. Consideran que su enfoque racional y científico sentó las bases para el desarrollo de la educación moderna y la comprensión de las ciencias sociales. Así, la ideología, tal como la concibió el pensador francés, se convierte no solo en una herramienta para el análisis intelectual, sino también en un componente esencial de la formación pedagógica, subrayando la necesidad de un enfoque sistemático en la enseñanza y el aprendizaje. La obra de Tracy sigue siendo relevante, ya que invita a reflexionar sobre cómo se construyen las ideas y cómo estas pueden ser enseñadas de manera efectiva. Promueve una educación que fomente el pensamiento crítico y la razón, y destaca la importancia de las ideologías en la formación de una sociedad ideal.
Otro Concepto de Ideología y su Relación con el Poder
El poder permite que individuos o grupos impongan sus intereses, a menudo en detrimento de la voluntad de otros. Esta imposición suele ir acompañada de violencia o coerción. En la mayoría de los casos, el poder estatal se legitima a través de una ideología, entendida como un conjunto entrelazado de conceptos y visiones de la sociedad que justifica las acciones de quienes gobiernan. Así, la ideología política se convierte en una herramienta para mantener o desafiar el control.
Muchos discípulos contemporáneos pasan por alto el hecho de que, para Marx, la ideología legitima sistemas de poder que benefician a ciertas clases sociales. Esta omisión obedece a la aparición en los regímenes socialistas de lo que se conoce como la “nueva clase”, una categoría social que emergió en los países comunistas, particularmente en el contexto de la ex-Yugoslavia bajo el liderazgo de Josip Broz Tito. Esta idea fue popularizada por el pensador yugoslavo Milovan Đilas en su libro La nueva clase, publicado en 1957. Đilas argumentó que, a medida que los regímenes comunistas se consolidaban, se formó una nueva clase social compuesta por líderes políticos, funcionarios del partido y burócratas que, aunque promovían la ideología comunista de igualdad y colectivismo, en realidad se beneficiaban de privilegios y de una posición de poder. Esta nueva clase se diferenciaba del proletariado (la clase trabajadora) y de la burguesía tradicional. A pesar de que los ideales comunistas abogaban por la abolición de las clases sociales, la nueva clase de Đilas operaba en la práctica como una élite que controlaba el acceso a los recursos y la toma de decisiones, contradiciendo así los principios de igualdad.
Características de las ideologías
Las ideologías poseen ciertas características que las definen y que son importantes para comprender su papel en la política y la sociedad:
- Coherencia interna: Una ideología debe tener un conjunto de ideas que sean lógicas y coherentes entre sí.
- Propuestas de acción: Las ideologías no solo describen la realidad, sino que también ofrecen soluciones o propuestas sobre cómo transformar la sociedad.
- Visión de futuro: Una ideología proporciona una perspectiva sobre cómo debería ser la sociedad ideal, lo que motiva a sus seguidores a actuar.
- Sustento emocional: Las ideologías a menudo apelan a emociones y valores profundos, lo que las hace más atractivas para las personas.
- Adaptabilidad: Las ideologías pueden evolucionar con el tiempo, ajustándose a las nuevas realidades sociales y políticas.
Ideología y Superestructura
Dentro de la teoría marxista, la ideología se sitúa en lo que se denomina la “superestructura”, que abarca no solo las ideologías mismas, sino también la cultura y las instituciones políticas y jurídicas. Esta superestructura está sustentada por la “base” económica, que incluye las relaciones de producción y las fuerzas productivas. Según Marx, la superestructura no es simplemente un reflejo de las condiciones materiales; en cambio, actúa para perpetuar y consolidar el modo de producción capitalista, justificando así las desigualdades de poder y riqueza. En este contexto, la ideología funciona como un mecanismo de control social, impidiendo que los individuos y las clases oprimidas tomen conciencia de su verdadera situación de explotación.
Crítica al Idealismo Alemán
Uno de los puntos cruciales en la crítica de Marx a la ideología es su rechazo al idealismo alemán, representado por filósofos como Hegel. Según Marx, estos idealistas cometen el error de ver la historia y la realidad social como productos del pensamiento y las ideas, ignorando que son, en realidad, el resultado de las relaciones materiales. En este sentido, Marx invierte la relación: no es la conciencia la que determina la existencia, sino que es la existencia social la que da forma a la conciencia. Así, nuestras ideas y creencias son un reflejo de nuestras condiciones materiales y sociales.
Ideología y Revolución
El concepto de ideología en Marx está estrechamente vinculado a su teoría de la revolución. Para que las clases trabajadoras se liberen de la explotación, deben deshacerse de las ilusiones ideológicas que les impiden reconocer la verdadera naturaleza de su situación. Este proceso de “desmitificación” es esencial para la revolución proletaria, ya que solo al tomar conciencia de su condición los trabajadores podrán unirse y derrocar el sistema capitalista. En resumen, para Marx, la ideología es un sistema de creencias que oculta las relaciones de poder y explotación en una sociedad de clases. A través de la ideología, las clases dominantes mantienen su control sobre las clases oprimidas, perpetuando el sistema capitalista. No obstante, la toma de conciencia de las clases trabajadoras sobre su verdadera situación es un paso crucial para la transformación revolucionaria de la sociedad, un proceso que parece estar surgiendo en diversas partes del mundo, desde la China comunista hasta el régimen postliberal en el que se está transformando Estados Unidos.
Función y Origen Social de la Ideología
En su crítica al capitalismo, Marx subraya que la ideología cumple una función clara: mantener el statu quo y legitimar el sistema económico y político existente. Surge en sociedades divididas en clases y contribuye a estabilizar las estructuras de poder, permitiendo que la clase dominante mantenga su posición. La ideología no solo influye en cómo las personas perciben el mundo, sino que también afecta cómo comprenden su propio papel en él. Para comprender mejor el concepto de ideología en Marx, es crucial enmarcarlo dentro de su teoría del materialismo histórico. Según esta teoría, la base económica (la estructura) de una sociedad determina su superestructura, que incluye las instituciones políticas, jurídicas e ideológicas. La ideología, lejos de ser un mero reflejo de las condiciones materiales, desempeña un papel activo en la formación de la conciencia de las clases sociales.
Crítica de la Ideología Religiosa
En sus primeras obras, como La Ideología Alemana y Tesis sobre Feuerbach, Marx se centra en la crítica de la religión, que considera una forma primaria de ideología. Según él, la religión justifica la opresión al prometer recompensas en una vida futura y desvía la atención de los problemas sociales y económicos del presente. Marx sostiene que la religión es “el opio del pueblo”, un medio que adormece las conciencias ante la injusticia. A lo largo de su obra, amplía este análisis para incluir otras formas de ideología que también sirven a los intereses de las clases dominantes. Sin embargo, lo que Marx no previó fue que su propia doctrina, convenientemente elaborada por los ideólogos (en el sentido napoleónico del término) de los partidos comunistas, ya en el poder o en la oposición, terminaría convirtiéndose en opiniones iguales o peores que cualquier religión.
Interpretaciones Contemporáneas
La obra de Marx ha sido objeto de múltiples interpretaciones y relecturas. Algunos autores han ampliado el concepto de ideología en la teoría marxista, destacando su carácter multidimensional y su influencia en diversos ámbitos de la vida social más allá de la economía. Pensadores como Gramsci y Althusser han llevado las ideas de Marx más allá de su enfoque original, ofreciendo interpretaciones que subrayan la importancia de la ideología en la construcción de hegemonías culturales y políticas. Esto es algo que las izquierdas postmarxistas han aprendido muy bien, esforzándose no solo por confundir a las masas sobre las posibles vías de emancipación, sino también por confundir al individuo sobre su identidad, ya sea ciudadana, étnica o sexual.
Historia y Desarrollo de las Ideologías
Las ideologías políticas modernas están profundamente vinculadas a dos transformaciones históricas significativas: la Revolución Francesa y la Revolución Industrial.
- Revolución Francesa (1789): Esta revolución fue una respuesta al absolutismo monárquico y al sistema feudal, promoviendo, a pesar de sus etapas de terror guerras imperialistas e involuciones, principios como la igualdad ante la ley y los derechos humanos, sentando, al menos de manera simbólica, las bases para las ideas democráticas modernas.
- Revolución Industrial: Iniciada en Inglaterra a finales del siglo XVIII, transformó radicalmente la economía y la sociedad. La aparición de la clase obrera y las crecientes desigualdades sociales impulsaron el desarrollo de ideologías como el socialismo, que en principio buscaba corregir esas desigualdades, mientras que el liberalismo defendía el crecimiento económico basado en la libertad individual.
El Impacto de las Ideologías Políticas
Aunque muchas de las grandes luchas ideológicas del siglo XX, como el colapso de los estados comunistas, han concluido, las ideologías políticas continúan siendo relevantes. Hoy, los debates sobre el papel del Estado, la justicia social, el medio ambiente y los derechos humanos reflejan las distintas visiones del mundo que siguen influyendo en la política global:
- Liberalismo: Defiende aparentemente la libertad individual y los derechos civiles, así como la economía de mercado.
- Socialismo: Propugna formalmente la propiedad colectiva o estatal de los medios de producción y una mayor igualdad económica y social. Encubre además las ansias de poder de los partidos que llevan esa denominación.
- Populismo: Un fenómeno político contemporáneo que puede abarcar tanto la izquierda como la derecha, centrándose en la voz del “pueblo” frente a las élites percibidas.
- Ecosocialismo: Surge de la crisis ecológica, buscando una alternativa a las formas tradicionales de producción y consumo en el capitalismo, combinando la justicia social con la sostenibilidad ambiental, sus basamentos científicos resultan discutible, pudiendo encubrir una agenda de naturaleza maltusiana.
- Nacionalismo: Ha resurgido en varias partes del mundo, desafiando las nociones de globalización y promoviendo la identidad cultural y la soberanía nacional.
Se sostiene que todas estas ideologías funcionan como guías para la acción. Sin embargo, en mi opinión, son más que señuelos para atraer el voto y la membresía de determinados partidos. Este fenómeno ocurre tanto en regímenes totalitarios de partido único como en sistemas con pluralidad de partidos (cuyos rasgos cada vez se asemejan más a los primeros); estas son las dos únicas alternativas que tenemos en este momento. Así, las ideologías, sean de izquierda, centro o derecha, solo sirven para distraernos, funcionando como sustento del discurso de las marionetas en el gran teatro de la política. Además, crean, entre otras cosas, falsas ideas sobre la subordinación a nuestros pueblos de quienes les gobiernan.
Ideología y filosofía política
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- Marx, Carlos y Engels, Federico. La Ideología alemana. Disponible en: https://www.ugr.es/~lsaez/blog/textos/ideologia/ideologiaalemana.pdf
- Ambriz-Arévalo, Gerardo. La ideología en Marx: Más allá de la falsa conciencia. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México). Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/701/70142406005.pdf
Napoleón y su ideología
- Sanmartín, José J. La idea imperial en Napoleón: La simbiosis entre modernización política y tradición ideológica. Disponible en: https://revistas.um.es/respublica/article/view/72601/70021
- Fernández Cepedal, José Manuel. Ideología «brumarista» y Napoleón Bonaparte. Disponible en: https://www.filosofia.org/rev/bas/bas21702.htm
Ideologías políticas contemporáneas
- Ideologier – idéer om drömsamhället, Digilär. Disponible en: https://digi.nokportalen.se/contents/99f702bd-8fdb-4a22-94c3-9caa9224f329
- De klassiska ideologierna, Digilär. Disponible en: https://digi.nokportalen.se/contents/9e7d52b0-0336-48fe-97be-babcea878da5
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”La vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan”
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