Por Fernando Navarro García.
Llevo horas mordiéndome la lengua con el asunto Ayuso porque cada minuto que pasa cambian los acontecimientos y puede resultar aventurado evaluar con prudencia. Sin embargo, creo que en este caso se están cometiendo algunos errores y probablemente alguna ilegalidad, que voy a reseñar:
1. Violación de la presunción de inocencia, con la agravante de calumnia. Un clásico en España. Violación porque no hay acusación, ni por supuesto condena. Calumnia por las mismas razones y además porque lo que estamos conociendo parece dejar clara la estricta legalidad de la operación. Y en el Estado de Derecho, la legalidad lo es todo.
Ya sé que gente de la calaña de Sánchez, los delincuentes del secesionismo y el entorno etarra han sacado la bandera de la ‘ética’ como una entidad de virtudes más elevadas que las consagradas por la ley, una ley que ellos – los virtuosos – se suelen pasar por el forro sistemáticamente. Esta distinción entre ética y ley suele tener sentido muy a menudo, salvo que olvidemos que ‘ética’ se traduce del griego clásico como ‘hábito’ o ‘modo de ser’ y el modo de ser de esa gentuza invita a cualquier cosa excepto a la emulación de sus hábitos.
2. La urgencia de la pandemia obligó a saltarse los procedimientos habituales de contratación (varias cotizaciones, experiencia de la empresa, etcétera). No fue una ilegalidad, sino una medida excepcional desarrollada bajo un Estado de Alarma (inconstitucional, viene bien recordarlo) y que según se ha publicado hoy por el tribunal de cuentas fue aplicada por innumerables organismos públicos centrales y autonómicos (RTVE, ICO, Banco de España, CNMV…). No es la formula ideal porqué, efectivamente, puede facilitar irregularidades pero entiendo que ante una situación excepcional el Estado no puede ponerse exquisito, pues el fundamentalismo normativo implicaría aumentar la cifra de víctimas. Y morir sabiendo que te dejan morir por prevenir la corrupción no debe de ser muy consolador. Y por esta razón tan pragmática, durante aquellos terribles meses se autorizó rebajar el nivel de exigencia en todas las contrataciones. Se consideró que lo prioritario era que llegaran las mascarillas. Y a Madrid llegaron. ¡Vaya si llegaron! ¿Ya hemos olvidado aquellos días realmente épicos en los que la iniciativa de Ayuso y su equipo nos dejó admirados? Eran los días en los que – desde el Sanchismo y algunos tristes tipos del propio gobierno de la comunidad de Madrid – le ponían zancadillas, obstáculos y trampas. Sánchez, inane para todo, sí fue capaz entonces de intentar boicotear cualquier iniciativa de Ayudo. Eso no lo hemos olvidado quienes vivimos el estado de alarma en Madrid.
3. Llevan meses investigando a Ayuso, tanto desde el PP como desde el PSOE y sus huestes y, hasta donde ahora sabemos, nadie ha sido capaz de aportar pruebas del delito. La investigación ha sido a muerte -lo estamos descubierto cada minuto que pasa – y hasta se trataron de emplear medios ilícitos (por eso la agencia de detectives se negó a ser cómplice), sin embargo, nadie ha logrado aportar evidencias de ilegalidad. Cualquiera que defienda la presunción de inocencia debería, al menos, guardar un discreto silencio mientras no exista una resolución judicial como, por ejemplo, las sentencias condenatorias de los ERE la Andalucía socialista o el intento de secesión en Cataluña.
4. Las comisiones de agencia son perfectamente normales. Pero es que, ademas, el hermano de Ayuso no cobró comisiones de agencia sino que facturó un servicio que, entre otras cosas, incluía el transporte de mercancías desde China a España, algo que no es ni fácil, ni barato. Poco me parecen esos 50.000€ facturados (no 300.000€ como se ha difamado). Todo esto no sería lícito si el agente hubiera apelado a su hermana o su entorno, para conseguir la operación. Eso sí sería tráfico de influencias y, obviamente, tendría que ser probado. Mientras no se acredite, debe saberse que el agente comercial, en realidad, vive de su trabajo. Mientras no tenga ningún mecenas en el Ministerio de Cultura que le financie generosamente películas que ven 7 personas, tendrá que trabajar en lo suyo. O sea, trabajar duramente y durante años, para hacerse con una reputación y confianza que les llevará a cerrar (o no) alguna operación o intermediación. He trabajado muchos años en comercio exterior y sé lo importante que es contar con agentes de confianza que sepan identificar a buenos proveedores, especialmente en mercados tan complejos como los asiáticos, llenos de piratas peores que los de Sandokan. Un buen agente es fundamental para el éxito de ciertas operaciones, especialmente cuando en ellas se juega con la vida de los ciudadanos. Ojalá hubiera sido ese mismo agente quién hubiera asesorado a la ministra de asuntos exteriores cuando en esas mismas fechas fue engañada por los chinos en una patética y carísima operación frente a la que trató de excusarse diciendo (cita aproximada) que ‘el mercado chino era muy difícil, habían buscado una ganga y por eso la habían liado’. Acojonante reconocimiento de derrota, incapacidad, estulticia y avaricia. La colección casi completa de pecados capitales. Y mientras tanto morían miles de personas por no llegar el material sanitario o recibirse defectuoso. A Madrid si llegó, a buen precio, de buena calidad y en la cantidad requerida. Y uno de los agentes comerciales que intervino en una de las miles de operaciones realizadas en aquellas fechas, es hermano de Ayuso. Y su intervención fue totalmente externa a la empresa adjudicataria. Probablemente también habrá hermanos, maridos, primos, ex amantes, amigos íntimos y tíos segundos de políticos de otros partidos que hayan intervenido en las más de 4.000 operaciones comerciales realizadas durante la crisis. Igual deberíamos dedicar nuestras vidas a tan celoso escrutinio, para dormir sintiéndonos tan éticos como Sánchez y sus rémoras. Sin embargo, la ética de estos moralistas cuyos valores se fundan en un mero rasgarse las vestiduras fue calificada por Spinoza como ‘ética de los tristes’.
Soy consciente al escribir estas líneas que mañana o dentro de unas horas puede desvelarse algo que altere el curso de los acontecimientos y me obligue a cambiar de criterio. Pero ahora, con los datos conocidos, creo que lo que están haciendo con Ayuso es vergonzoso y por eso lo expongo con la libertad de que aún gozamos.
Fernando Navarro García
Presidente
Centro de Investigaciones sobre los Totalitarismos y Movimientos Autoritarios (CITMA).
Director
Instituto de Estudios para la Ética y la Responsabilidad Social de las Organizaciones (INNOVAETICA).
Lo mismo le hicieron a Matteo Salvini con los problemas de inmigracion ilegal se estuvo jugando 25 años, y en todos los juicios el resultado era “el hecho no subsiste” y no hay condena , y luego por el mismo problema de las mascarilla se lo hicieron a la ex presidenta de la camara de diputados la dra. Pivetti(siempre del mismo partido Lega norte) por su empresa import- export y pagos en negro con China siempre en el periodo peor de la pandemia estos personajos progres(comunistas) se copian uno a otros para eso tuvieron como maestra a la Clinton nada que ver??? siiii sus conecciones las hay y muchas
De acuerdo con todo. Totalmente razonable. A día de hoy.
Digámoslo claro, …”los que se suelen pasar por el forro sistemáticamente la ética, realmente se la pasan por el forro de los c…” (como hacen los socios de Pablo Pinocho).
Bueno, hay algo en lo que se están equivocando al explicar el problema. No hay que hablar del contexto de pandemia. Lo ocurrido fue lo normal que ocurre siempre. Lo pongo así: imaginemos que el hermano de Ayuso en vez de ser comercial de una empresa que compraba mascarilla, trabajara para Iberdrola (creo que aún es una distribuidora de energía electrica). Obviamente el hermano de Ayuso ganaría dinero cada vez que su hermana usara la luz en su despacho. Eso no sería corrupción, pero que va a saber tu hermana que estás ganando dinero por ello. Claro que un anarco-capitalista puede ver corrupción en todo. Pero eso es otra discusión. Mi recomendación es que no sigan haciendo esa especie de justificación con el contexto de la pandemia, porque habrá otras compras que habrá hecho la empresa del hermano de Ayuso para la Comunidad de Madrid, antes de la pandemia.