Por Yésica Sánchez/Libertad Digital.
La dictadura cubana aprobó el domingo 25 de septiembre su ansiado Código de las Familias. Un paquete legal que han presentado como la apertura del régimen comunista a los nuevos modelos de familia, pero que -casualmente- abre la puerta a lo que podría ser una muy importante fuente de ingresos. Y es que, junto con el resto del articulado, se ha colado el apartado referente a la gestación subrogada.
Sólo la posibilidad de que el castrismo hubiera encontrado un nuevo negocio explicaría el hecho de que uno de los países más represores, racistas y homófobos del mundo permitiera -ahora, justo ahora- que las personas del mismo sexo (a las que han encarcelado, perseguido y torturado durante décadas) puedan casarse e incluso adoptar niños procedentes de un vientre de alquiler.
En una primera lectura podría verse como un avance social, e incluso como un paso hacia la modernidad. Pero tratándose de una dictadura que sigue coartando y limitando los derechos y libertades de su pueblo, que continúa deteniendo y condenando a duras penas de cárcel a ciudadanos por manifestarse pacíficamente o expresar una idea contraria a la revolución, que recurre a la tortura física y psicológica para doblegar a los presos políticos… Este cambio normativo nos invita a pensar que hay algo más…
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