Por Félix Antonio Rojas.
Rubiales sin duda alguna no es Johnny Depp, pero Jenni Hermoso posiblemente pudiera ser la Amber Heard del circo postmodernista de las nuevas folclóricas del Pravda de la Castellana.
Y el bolchevique con traje y cara de jamón serrano, presidente del CSD, Víctor Francos lo confirmó presentando una denuncia ante el TAD por faltas muy graves del presidente de la RFEF después de no renunciar a su cargo y argumentando que el caso del piquito en los labios de Jenni sería un ME TOO a lo surrealista obrero español.
Y no es que Luis Rubiales no se merezca una investigación por otros temas y chanchullos con la clase política del PSOE, o con la cúpula del Real Madrid, o con los que manejan los hilos del grupo PRISA, que son los mismos que ahora lo persiguen en sus medios de comunicación, o sus negocios con Arabia Saudí y la Súper copa de España…
Pero lo que es evidente y obvio, es que el presidente de la RFEF ha sido utilizado como un cabeza de turco para materializar el relato feminista de extrema izquierda impuesto por Irene Montero, Yolanda Díaz y el feminismo rancio y militante cuyo objetivo es estigmatizar al sexo opuesto, con el Sí es sólo Sí, sin defensa para el hombre acusado de que el Sí pudiera ser un No, como se ha demostrado en muchas ocasiones en estos años de persecución por ser un hombre heterosexual y por la presunción de inocencia lógica en sociedades civilizadas de occidente. Una ley excluyente de los derechos del hombre de ser iguales ante la justicia sin mirar el signo sexual de la persona.
Rubiales no es Johnny Depp
pero por si acaso
Jenni ya cogió la pistola.
Félix Antonio Rojas es friki freelancer.