Por Españolista.
La relación entre España e Israel ha alcanzado un nivel de tensión desconocido hasta ahora. Medios judíos de corte conservador como Channel 14 e Israel Hayom, cercanos al Gobierno de Benjamín Netanyahu, han informado de que el Estado hebreo se plantea retirar a su embajador en Madrid y romper de manera total las relaciones diplomáticas y empresariales con nuestro país, después de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haya mostrado simpatía hacia las protestas propalestinas que han boicoteado la última etapa de la Vuelta Ciclista a España. Una imagen lamentable y vergonzosa que ya ha dado la vuelta al mundo. La decisión, que podría anunciarse en cuestión de horas, supondría un auténtico terremoto para la política exterior española y un golpe directo a los intereses económicos de sectores estratégicos como la tecnología, la seguridad, la innovación o la agricultura. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha acusado de manera directa a Pedro Sánchez de incitar las manifestaciones que han provocado la suspensión de la última etapa de La Vuelta en Madrid y ha escrito en la red social X: «Sánchez y su Gobierno: ¡vergüenza para España!». Lo que comenzó como un episodio bochornoso en el deporte —con disturbios, contenedores ardiendo y cargas policiales en pleno centro de la capital— se ha transformado en un conflicto internacional de máxima gravedad. Israel interpreta la actitud del Gobierno español como un gesto de apoyo a los violentos, lo que ha provocado indignación en Jerusalén y la exigencia de medidas inmediatas. De materializarse, la ruptura de relaciones traería consigo la salida del embajador español en Israel, la cancelación de acuerdos empresariales en tecnología, defensa y agricultura y un aislamiento diplomático sin precedentes de España frente a uno de los socios más influyentes de Oriente Medio. Desde Moncloa no se ha producido ninguna reacción oficial, aunque fuentes diplomáticas han reconocido la “máxima preocupación” por una crisis que amenaza con dejar a España en una posición internacional débil y aislada. Pedro Sánchez no solo ha permitido que la izquierda radical arruinase la Vuelta Ciclista a España: ahora ha colocado a nuestro país al borde de un abismo geopolítico sin precedentes.