Por Carlos Carballido.
La Caravana por la Libertad (Freedom Convoy2022) protagonizada por varios miles de camioneros canadienses ha comenzado a impactar en la geopolítica de Estados Unidos y Canadá a pesar de que el primer ministro Justin Trudeau los había calificado de <<grupo marginal>>.
La Caravana, silenciada por la prensa globalista y redes sociales del Big Tech, ha recibido a su paso un masivo apoyo de la población canadiense, así como también de una considerable cantidad de instituciones no gubernamentales. No hay cifras oficiales de cuantas unidades participan. Se estiman unos 25 mil camiones, pero según la propia policía de carreteras canadienses, el convoy se ha extendido a más de 75 kilómetros de longitud por diferentes autopistas, creando dificultades en el tráfico.
Contrario al relato antivacunas, este movimiento comenzó tras el hartazgo del sector por las restricciones e imposiciones del gobierno sobre el COVID que violan las libertades garantizadas por la Constitución de Canadá. Sus organizadores exigen a Trudeau que respete esa Constitución y dejé a un lado sus prácticas tiránicas. Algunos gobernadores de provincias han levantado las restricciones covidianas debido a la presión de esta caravana.
El contingente camionero ha sitiado ciudades importantes como Ottawa y también han bloqueado importantes cruces fronterizos hacia EEUU como el de Windsor-Detroit por dónde fluye el 25 por ciento del comercio bilateral, sobre todo piezas y partes para la industria automotriz.
Ford, GM y Honda emitieron una nota de prensa en la que advierten que han visto afectados sus compromisos para este año por falta de componentes que vienen desde Canadá debido a estos bloqueos. Es un golpe sensible al sector que se venía recuperando por la escasez de componentes electrónicos que tuvieron lugar desde octubre pasado debido al estallido de la inflación. Estás compañías están en un dilema porque se vieron forzadas a usar un sistema de pre-orden con los compradores a una tasa de interés más baja, pero si continúan las demoras tendrán que mantener ese compromiso lo cual sería catastrófico porque la Reserva Federal anunció que en marzo próximo aumentarán esas tasas a casi el doble en lo que sería una primera subida de unas siete posibles.
Biden y Trudeau piden acciones de instituciones para frenar al Convoy.
El presidente Biden ha estado presionando a su homólogo canadiense en usar los poderes federales para sofocar al convoy camionero que bloquea los puertos fronterizos sobre todo en el Puente Ambassador. Biden se ha visto presionado por el impacto económico negativo en ciudades industriales a ambos lados de la franja fronteriza. Ha instado, según AP, al Secretario de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas, y al de Transporte, Pete Butihieg, para que inmediatamente sostengan contactos con sus homólogos canadienses con vistas a poner fin a esta crisis.
Sin embargo, no es tan fácil a menos que Canadá saque el Ejército a la calle, medida que NO ESTÁ SOBRE LA MESA, según un comunicado del Ministerio de Defensa. Aunque la policía de ese país ha intentado sofocar el movimiento con multas y fallidos remolques, lo que fue una idea lanzada en las redes, hoy es un movimiento que está no solo poniendo en tela de juicio la soberbia de un gobierno como el canadiense que ha dictado medidas draconianas sobre el COVID limitando todo tipo de libertades individuales, sino que ha comenzado a impactar negativamente la economía de ambas naciones dejándoles claro que una nación depende más de sus camioneros que de su maquinaria política.
¿Marginales? No tanto.
Los transportistas canadienses son, en su mayoría, desmovilizados y veteranos del ejército real (Canadá es parte del Commonwealth británico) y el sector del transporte por carretera es de los pocos que los acepta y apoyan en sus nuevas vidas. Es por eso que, el Freedom Convoy ha tenido éxito porque han aplicado las experiencias militares de movimiento, logística y cadenas de mando para llevar a cabo está manifestación pública. Son patriotas convencidos de la importancia de la libertad. Los marginados no portan banderas no cantan el himno nacional ni mucho menos hacen un alto en los Domingos para orarle a Dios. Más bien todo lo contrario. Los camioneros canadienses sí lo hacen y a pesar de tildarlos de antivacunas, la mayoría como desmovilizados del ejército no lo son porque durante el servicio la inmunización es mandatoria.
Iglesias, Asociaciones de Vecinos, Organizaciones caritativas y pueblo en general han estado apoyando la caravana tanto con alimentos, combustibles y el propio sindicato que agrupa a choferes de remolques ya anunciaron que NO se prestarán para retirar a las unidades de la carretera pese a presiones del gobierno.
Otro sector importante que se ha sumado es el de la minería canadiense que empezó a movilizar sus equipos pesados para concentrarlos en la parte sur de Ottawa, dónde parte del Convoy mantiene rodeado al Parlamento mientras exigen el levantamiento de las restricciones y la dimisión del primer ministro Trudeau.
El Freedom Convoy se dispersa por el mundo.
La persistencia del convoy canadiense ha generado una chispa libertaria que se está extendiendo por otras partes del mundo. Camioneros de Argentina, Francia y Estados Unidos ya están protagonizando similares caravanas tomando la experiencia de sus colegas.
En Estados Unidos un grupo numeroso de camioneros independientes están a punto de partir desde Los Ángeles hasta Washington para exigirle a la administración Biden el cese de las restricciones y el respeto por las libertades individuales. La actual administración parece estar en modo de pánico por esta iniciativa por lo que está presionando a Canadá para que ponga fin a su Caravana y de esa manera desestimular las manifestaciones de camioneros estadounidenses. Un show de este tipo sería fatal en las aspiraciones Demócratas en las elecciones de medio término de noviembre próximo cuando se jugarían los poderes en el Congreso.
Silencio mediático y jugarretas de GoFundMe
En menos de una semana Freedom Convoy había logrado recaudar más de un millón de dólares en la Plataforma GoFundMe para apoyo logístico del movimiento.
Cómo era de esperar en los días sucesivos la cifra superó los 10 millones de dólares estadounidenses y fue entonces cuando la plataforma decidió congelar la recaudación y destinarla a Organizaciones caritativas y sociales como Black Live Matters según un comunicado de la directiva.
La negativa de entregar las recaudaciones creó tanta indignación que finalmente tuvieron que devolver el dinero a cada donante luego que Estados como Florida y Texas llamaron a sus fiscales generales para que iniciarán un proceso legal contra GoFundMe.
Los organizadores de la caravana han tenido que buscar otras alternativas de financiamiento y actualmente lo hacen a través de GiveSendGo que ya recibió amenazas e intentos de congelar el dinero por parte del gobierno canadiense.
GiveSendGo, advirtió en su cuenta de Twitter que Canadá tiene absolutamente CERO jurisdicción sobre cómo administran los fondos de campañas de sus clientes entre los cuales está, precisamente, Freedom Convoy.
La prensa oficialista global ha ido aún más allá silenciando las informaciones sobre este movimiento camionero que lleva más de un mes recorriendo las carreteras, insistiendo en llamarlos antivacunas o minimizando el impacto social que están causando en Canadá y otras naciones. Las redes sociales igualmente invisibilizan las imágenes, interrumpen los vídeos en vivos de los caravanistas, pero algunos sitios como Rumble ha podido mostrar y los vídeos que se suben y que no es un simple grupo de camioneros enojados sino un enorme grupo organizado y con gran apoyo público.
Una de las falacias más descalificativa de los medios es que calificarlos como tóxicos, (según el Washington Post) o como supremacistas blancos neonazis. La realidad es que el convoy es integrado por una buena cantidad de choferes (algunas mujeres) inmigrantes de Polonia, Ucrania, India, África, Sudamérica y nativos canadienses por lo que el relato racista y supremacista es totalmente falso.
Aún así el Convoy sigue. Y ya en Estados Unidos se preparan condiciones para una caravana similar. Joe Biden debe estar realmente preocupado porque esto ya no es el cuento chino de que Rusia atacará a Ucrania. Es una batalla para exigir libertad, pero aquí, en terreno propio. Y lo más curioso, a diferencia de grupos como Antifa y BLM que tanto defienden los Demócratas globalistas, en esta caravana de miles vehículos pesados, nadie ha muerto, ningún negocio ha sido quemado ni mucho menos se han atacado a los oficiales de policía. Saque usted su propia conclusión.
Fuentes: AP, USA Today, Breitbart, Oficina del Procurador General de Texas, #FreedonConvoy2022, entrevistas por Whatsapp a grupos de la caravana .
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de Zoepost.
Desacreditar, ningunear difamar y llamar sobretodo gusanos marginales etc son tacticas usadas por los comunistas ellos no cambiaran sino no de peor a mas peor mas peor, claro ellos estan asustados los Biden y los Trudeau porque estas medidas antilibertadias con la excusa de la pandemia entraba en la agenda para implantar el NWO y el tiro les ha salido por la culata y peor se sienten cuando saben que son patriotas veteranos que no les tienen miedo a nadie por eso los estan llamando terroristas Estos dos primeros ministros son unos cobardes cuando ven el fuego allà van a esconderse en un basement el Trudocito al igual que su que su padre el Cenicero en jefe que era muy guapeton de palabras porque jamas tirò un tiro el muy penco like father like son
Me parece casi increíble como el mundo se ha dado a conducir por el temor. Gracias por los que usan valentía con sabiduría para levantar la voz y clamar “Basta Ya” y “ Somos Libres” y aun mas los que en “El Nombre de Jesus” moverán montañas! Firmes y Adelante Soldados Camioneros en todo el mundo! Bravo!