Por Carlos Carballido.
La Reserva Federal estadounidense (FED) ya no pudo estirar más el chiclet inflacionario y anunció que a partir de Enero próximo comenzará a subir progresivamente las tasas de interés bancario por lo menos unas tres veces hasta estabilizarlas a fines del 2024.
A Jerome Powell, director de esa entidad, no le quedó más remedio que tomar la decisión como única forma real de detener la inflación que sufre la nación y que ha superado los niveles de hace 40 años.
La FED ha venido cediendo a las presiones políticas de la actual administración para mantener las tasas de interés lo más cercanas a cero lo cual pudo ser posible gracias a la bonanza dejada por Trump, pero los índices inflacionarios ya son insostenibles y se hace necesario estas subidas que llegarán hasta el 2,1 por ciento en unos 24 meses.
Traducido al lenguaje popular, los tipos de interés marcan el precio del dinero y, más concretamente, el costo que hay que pagar por pedir dinero prestado. Cuando se aumentan las tasas de interés los consumidores tienen que desacelerar el consumo y cualquier préstamo se vuelve más caro de pagar. El efecto social es entonces el contrario a la época de bonanza en la que predominan los gastos excesivos en el ámbito doméstico. Históricamente las subidas de este tipo en tiempos inflacionarios tiene como primer efecto un aumento de los niveles de pobreza en sectores de la población con menor poder adquisitivo.
El gran problema que esto representa para las clases medias y bajas es que en sectores como el automotriz e inmobiliario será más difícil y caro acceder a un carro o una casa. De igual manera vender esos activos se vuelve un verdadero problema a la hora de definir los precios de venta . También las operaciones de préstamos que se fijaron con intereses variables ahora experimentarán una subida estrepitosa de las mensualidades porque los bancos siempre se protegen de estas fluctuaciones fijando pagos más altos como forma de cobertura financiera.
El anuncio de la FED ha caído como una baño de agua fría para la actual administración. El gobierno de Biden ha podido jugar con los efectos inflacionarios sin grandes problemas gracias la emisión monetaria durante la pandemia, las ayudas sociales por desempleo y sobre todo por haber heredado una economía robusta de la pasada administración. Pero una cuerda no puede estirarse indefinidamente sin que se rompa. Y se ha roto en un etapa clave cuando se acercan las elecciones de medio término que definirá la composición política del nuevo Congreso .
A nivel macroeconómico la subida de las tasas de interés puede detener el alza inflacionaria en Estados Unidos porque reducirá la demanda y otorgará un respiro a las empresas para producir bienes y servicios hasta estabilizar el mercado Interno, reducir los precios a niveles normales y evitar la escasez. Pero estos efectos reparadores no serán los mismos para el norteamericano de a pie que debe centrar ahora su economía en un mayor control de gastos domésticos y ver como una parte bastante considerable de su dinero se tendrá que destinar a pagar los préstamos que hayan solicitado o que estén contratados bajo intereses variables.
En resumen, si la inflación es grave para los consumidores, la solución a través de la subida de las tasas de intereses, si bien es necesaria para ajustar el mercado igualmente es agresiva para clases medias y bajas. El 2024 será el tope del alza pero el panorama de una mejoría económica aún es incierto.
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de ZoePost.
aprietense los pantalones, consumir si pero con moderacion inteligente para no afectar ni la economia ni el propio bolsillo quien querra comprarse una casa que sea con tasas de interes fijo el variable es una puñalada y ya veran que muchos perderan sus casas , este viejo prostatico lo que Trump hizo en 4 años bajo acechos mentiras difamaciones y traiciones el lo destruyò en 30 minutos el dia de su juramento esa imagen firmando aboliciones quedarà para la historia. Buen articulo
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