Deporte y Salud

Inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024: Controversia y Reflexiones

Por Carlos Manuel Estefanía.

 

Una Experiencia Personal en París

Quiero agradecer a Milvia, mi mujer, una apasionada de París, por habernos llevado a pasar los últimos días de julio de 2024 en la Ciudad Luz. Durante nuestra estancia, fuimos sorprendidos por el inicio de los Juegos Olímpicos, una experiencia que se vio acompañada por la persistente lluvia parisina. Este inesperado clima nos obligó a seguir la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas desde la televisión en nuestra habitación del hotel, a pesar de estar a unas pocas cuadras de la majestuosa Torre Eiffel, la protagonista lumínica fundamental del evento.

Un detalle curioso que llamó mi atención fue la selección de canales disponibles en el hotel. Entre los canales de España, solo estaba el de Galicia, completamente en gallego, un gesto interesante hacia los movimientos regionalistas del país vecino, a diferencia de lo que se suele hacer en la nación gala con los propios. Las otras dos opciones en español no podían estar más a la izquierda: eran Telesur y Cubavisión. También noté la presencia de canales rusos, una oferta censurada en otros hoteles europeos, lo cual refleja el estado ideológico, si no de la Francia actual en general, al menos de quienes seleccionaban las opciones televisivas de los huéspedes. A pesar de estos detalles, un tanto significativos, he de reconocer que, por lo demás, el hotel era excelente y, de no ser por este enfoque tan curioso y selectivo de su oferta televisiva, no tendría reparos en mencionarlo por su nombre. Me lo reservo, para no hacerle propaganda ni perjudicarlo de manera gratuita.

Lo que no faltaban eran canales franceses, y fue a través de uno de ellos que disfrutamos de la extensa ceremonia de apertura. Lo que se veía, a pesar de la llovizna constante, era impresionante, aunque hubo un momento que me dejó perplejo: la presencia de bailarines exageradamente amanerados y figuras femeninas un tanto grotescas sentadas en una mesa, destacándose entre ellas, en el centro, lo que parecía ser una “mujer” robusta, aunque no del todo fea. No comprendí bien de qué se trataba hasta que las protestas de los cristianos en todo el mundo aclararon la situación.

Contexto y Controversia

La inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado una considerable controversia debido a un espectáculo que parodió “La Última Cena” de Leonardo da Vinci, con la participación de drag queens y elementos que muchos consideraron ofensivos hacia las creencias cristianas. Este acto, presentado bajo el lema de “Festivité”, ha sido duramente criticado por su falta de respeto y por denigrar un momento significativo de la historia cristiana.

Críticas desde el Ámbito Religioso

El periodista Xesús Manuel Suárez, en su artículo publicado en Protestante Digital, “Olimpiadas: cuando el arte confunde ‘liberté’ y estupidez”, condena el espectáculo, calificándolo de “mediocre y ofensivo”. Suárez argumenta que la parodia ridiculiza un episodio dramático y sagrado para los cristianos: la reunión de Jesús con sus discípulos antes de su crucifixión. Destaca que, bajo la pretensión de creatividad y libertad, se ha cometido un acto de “falta de respeto, mediocridad y estupidez” que contraviene los principios de dignidad y respeto humanos.

Del otro lado del espectro cristiano tenemos a Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de Orihuela-Alicante, quien también criticó vehementemente la performance, tildándola de “blasfema y deplorable”. Munilla señaló que el espectáculo refleja una “decadencia cultural” y advirtió sobre las consecuencias de trivializar las creencias religiosas. Alertó que este tipo de actos no solo ofenden a los creyentes, sino que también son indicativos de una crisis de valores en la sociedad contemporánea.

Reacciones y Reflexiones

La reacción a la inauguración de los Juegos Olímpicos ha sido polarizada. Mientras algunos defienden la libertad de expresión y la creatividad artística, muchos otros, como Suárez y Munilla, ven en estos actos una señal de profundo irrespeto hacia las convicciones espirituales de millones de personas. Ambos coinciden en que la burla hacia “La Última Cena” no contribuye a una verdadera festividad ni a la libertad, sino que socava la dignidad humana y los principios básicos de respeto.

Suárez resalta que la verdadera creatividad y festividad deben dignificar a las personas y no humillar sus convicciones más profundas. El autor subraya que, si bien los cristianos no responden con violencia, no permanecerán en silencio ante tales ofensas. La crítica se centra en la necesidad de un respeto mutuo que parece estar ausente en este tipo de espectáculos.

Munilla, además de su crítica moral, advierte sobre las implicaciones políticas y sociales de estos actos. Menciona que trivializar las ofensas religiosas puede tener consecuencias negativas para la cohesión social y la convivencia pacífica. Su mensaje final es un llamado a recordar que la última palabra sobre estos actos la tiene Dios, destacando una visión de justicia divina frente a las ofensas humanas.

Reflexiones Adicionales

Me gustaría incluir en este artículo una nota que me envió en una lista de debates digitales Ricardo Elías Mateo Durand, un ciudadano peruano residente en Estonia. Durand, natural de la ciudad de El Callao, nacido en 1945, ha residido en Estonia desde enero de 1969, donde está jubilado. Entre otras ocupaciones, Ricardo fue por más de 25 años restaurador de papel en la Biblioteca Científica de la Universidad de Tartu. Ha sido enseñante de castellano durante 45 años en escuelas y en la misma universidad antes referida. Este culto peruano, a pesar de ser un buen conocedor y a la vez fuerte crítico de las religiones institucionalizadas, no tuvo reparos en expresar su indignación en la lista de marras. Durand afirmó allí lo siguiente:

“Sí que resulta indecoroso, vergonzoso e infame la burla contra la Última Cena, como ha ocurrido en la inauguración de los JJOO de París 2024. Que la misma o menor befa hagan con otra religión abrahámica —religión que todo el mundo sabe, pero no se la nombra expresamente—, y verán cómo con menos aparecen héroes-mártires cortando cabezas, metiendo bala a diestra y siniestra y asesinando a mansalva.”

Durand subraya que, aunque se puede debatir históricamente sobre la Última Cena, no se debe hacer mofa del símbolo y significado religioso. Insiste, además, en que la burla no solo es una falta de respeto, sino que también demuestra una falta de sensibilidad hacia aquellos para quienes la Última Cena es una encarnación espiritual sagrada.

Que los cristianos se quejen de la blasfemia era de esperar, lo reconozco, pero que la crítica a la transgresión venga de alguien sin compromisos con la religión, aunque buen conocedor de esta y, por ende, de quienes la practican, como he constatado, debería hacernos reflexionar sobre lo desacertado de este acto. Por demás, nada relacionado con los deportes olímpicos.

Conclusión

La inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha puesto de relieve una tensión constante entre la libertad artística y el respeto a las convicciones religiosas. La controversia generada por la parodia de “La Última Cena” subraya la necesidad de encontrar un equilibrio entre la expresión creativa y la sensibilidad hacia las creencias de diferentes comunidades. Los artículos de X. Manuel Suárez y Mons. José Ignacio Munilla ofrecen una perspectiva crítica y reflexiva sobre cómo las acciones culturales pueden impactar profundamente en la sociedad y en las relaciones interpersonales.

Es imperativo que tanto los artistas como el público consideren el impacto de sus acciones y busquen formas de expresión que respeten la dignidad y las creencias de todos. Así mismo, sería bueno indagar por qué los organizadores de la burla solo usan para ella a una religión en particular y no a otras de igual carácter universal y con valores tradicionales muy similares al de ese cristianismo que bajo pretextos artísticos, y en mi opinión sin necesidad, se intentó socavar en la inauguración de los juegos Olímpicos.

Fuentes

  • Suárez, X. Manuel. “Olimpiadas: cuando el arte confunde ‘liberté’ y estupidez”. Protestante Digital, 27 de julio de 2024.
  • Sánchez Silva, Walter. “Obispo critica ‘espectáculo blasfemo y deplorable’ contra la Última Cena en París 2024”. ACI Prensa, 27 de julio de 2024.
  • Comentario de Ricardo Elías Mateo Durand en una lista de discusión.

Carlos M. Estefanía. Disidente cubano radicado en Suecia.

Más información sobre gestos significativos en medio de uno de los retablos que se hizo con relación a los niños:

La opinión de una medallista olímpica en Barcelona ’92:

@elhuffpost Coral Bistuer, medallista olímpica en Barcelona 92′: “¿Por qué le roban a los deportistas el momento de entrar en el estadio olímpico para ir en el Sena cada uno en un barco separados?” #coralbistuer #paris2024 #parís #juegosolímpicos #taewkondo #paratii #foryou #jjoo ♬ sonido original – El HuffPost

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