Cultura/Educación

Homenaje a Felipe Lázaro: 60 años de exilio y literatura

Felipe Lázaro

Por Zoé Valdés.

 

Toda una generación de poetas y escritores exiliados se conocía en La Habana, sus nombres sonaban ya en Cuba desde antes de yo exiliarme. Felipe Lázaro era uno de esos nombres. No hay escritor cubano que no haya pertrechado su biblioteca con sus libros, escritos por él y editados también por él, aunque de otros. Una obra vasta como escritor y editor, una obra contundente. Es probable que la Editorial Betania haya publicado más libros de autores cubanos que la oficialista y estatalista Letras Cubanas. Felipe Lázaro, gran poeta y narrador, recién cumple sesenta años de exilio. Esta es parte de su historia a la que ZoePost desea homenajear.

 

Zoé Valdés: Cumples 60 años de exilio. ¿Qué crees que alivia más a un exiliado, la memoria o la evasión?

 

Felipe Lázaro: Ninguna de las dos, pues no hay alivio posible para un desterrado. Desde la histórica Grecia, incluso muchísimo antes, el exilio siempre ha sido un castigo, una maldición…aunque, en realidad, es uno de los crímenes más horribles de unos hombres contra otros hombres.

De todas maneras, de ambos vocablos, prefiero la memoria… Esta nos ayuda a recordar -en nuestro caso particular- la historia cubana más reciente y nos obliga a no olvidar los atropellos de seis décadas del régimen del 59. Los crímenes del castrismo jamás deben quedar impunes…

 

ZV: Viviste en varios lugares, ¿de qué lugar te sientes más deudor y perteneciente?

 

Obviamente de mi Güines natal… Para mí es un orgullo permanente haber nacido -a finales de los 40- en ese valle fértil, en una sociedad próspera (desde el siglo XIX) como la güinera . Quizá porque pertenecía a una familia numerosa de comerciantes asturianos (tres hermanos y dos primos, y sus hijos): unos bodegueros humildes, otros panaderos y los más ricos almacenistas de víveres, pero todos muy queridos en el pueblo con sus finquitas, sus propiedades y sus familias cubanas ya establecidas. Llegaron como adolescentes pobres a Cuba e hicieron fortuna a base de mucho trabajo y de invertir constantemente el dinerillo ahorrado. En ese sentido familiar, siempre me sentí arropado, querido y fui muy feliz.

Y, por supuesto, me siento deudor de Cuba: mi país y mi patria. Y a quienes niegan mi derecho de ser cubano porque salí de Cuba a los doce años, les recuerdo que a nuestro Martí lo desterraron con 16 años, residiendo casi toda su vida en el exilio y es el paradigma de la cubanidad. Otros, más jurídicamente técnicos, señalan el estatus de exiliado como un handicap o una condición que te elimina como cubano (o buen cubano). Ante estas dos injustas aberraciones habría que responder con Herberto Padilla, “si la condición de exiliado fuese excluyente, ni Heredia ni Martí serían cubanos”.

Pero además, Cuba ha crecido…hoy hay ciudadanos cubanos exiliados por todo el mundo. Ya no es solo Miami, hemos cubanizado un poco el mundo con nuestra música, nuestra comida, nuestra literatura y nuestra presencia cubana a todos los niveles

Portada fundacional de Editorial Betania fundada por Felipe Lázaro en 1987

 

 ZV: ¿Cuáles deberían ser los móviles de un poeta exiliado: la emoción de la presencia permanente o el olvido?

 

Pienso que la emoción de la presencia permanente, o sea los recuerdos, son un buen acicate para todo exiliado. Un instrumento para su labor cotidiana de recordar para no olvidar…

El poeta exiliado debe recordar y no olvidar, pues tiene un compromiso con lo vivido, lo sufrido. Es un notario de la Historia cercana que le ha tocado vivir y debe dar testimonio, dejar sus verdades (machadianas) para que los más jóvenes se percaten de qué fue lo que realmente aconteció.

Como paradigma del poeta exiliado, del poeta rebelde, del poeta subversivo y disidente, basta citar estos cuatro versos de nuestro Heberto Padilla: “A veces es necesario y forzoso / que un hombre muera por un pueblo. / Pero jamás ha de morir todo un pueblo / por un hombre solo”. Como verás, son versos lapidarios y resumen certeramente estos 62 años de castrismo, que ha degenerado en una casta familiar-militar que hoy se aprovecha miserablemente del pueblo cubano.

 

 

ZV: Has hecho una obra consistente y muy respetable como escritor. ¿Qué significó para ti editar a otros?

 

Restarme tiempo y dedicación a mi labor de escritor para dedicarlo a las obras de otros.

Pero, al final, puedo decirte que es muy satisfactoria la labor de un editor. Casi eres padre de muchísimos libros, pues aunque otros los escriban, yo los reviso y los mimo hasta que salen publicados. A veces sugiero y quito, otras añado… Es una labor muy fecunda y gratificante. Fíjate si es así, que asumo –como broma- el catálogo de Betania (más de 600 títulos en estos 34 años de labor editorial) como parte de mi bibliografía. Esos libros son tan míos como de sus autores (y espero que no me demanden por estas palabras). En definitiva, el catálogo es la bibliografía de un editor.

 

ZV: Si debieras volver, ¿a qué lugar volverías?

 

Pues, más que a un lugar a un tiempo: quizá, a mi infancia, a ese Güines de los años cincuenta y pico al 1960. Y no por añoranza, ni ocho cuartos, sino por volver a ver a mi familia reunida (que jamás volví a verla), ver otra vez a mis amigos de infancia y a mis vecinos, a los cuales jamás he vuelto a ver. Si pudiera viajar en una máquina del tiempo como en la novela La máquina del tiempo del inglés H.G. Wells, ese sería mi viaje… Y te diría más, quizás esa es mi verdadera nostalgia: esa niñez interrumpida, esas familias divididas para siempre, esos amigos y vecinos que jamás se volvieron a ver. Sin duda alguna, este es el gran coste de la Involución del 59 y uno de sus mayores crímenes.

 

 

 ZV: ¿… Y a qué punto de tu vida?

 

A ninguno, vivo muy bien en mi cotidianidad. No la cambiaría por nada…Incluso, no he tenido que adaptarme en este confinamiento pandémico, pues llevaba años de aislamiento voluntario en esta casa del campo toledano: leyendo y escribiendo… Por suerte, reuní -desde mis años universitarios (finales de los 60)- una buena biblioteca que me permite leer y releer a mansalva. Si a esto sumas, Internet podrás comprender que no me aburro, además de mi labor cotidiana en Betania.

 

ZV: ¿Cine o teatro para borrar tu existencia como proscrito? A mí el teatro me ayuda mucho ahora…

 

Desde muy niño fui muy cinéfilo, porque justo en la acera de enfrente de mi casa estaba el Cine Campoamor (en Güines) y era muy asiduo al mismo. Sobre todo, los domingo por las mañanas cuando pasaban dos películas… También asistía al otro cine del pueblo (Ayala)…Hoy en día, por la desidia castrista, ambos ya no son cines, los cerraron … Campoamor es una casa de décimas y en el Ayala venden CD para televisiones… Ambos son logros del estatalismo castrista en pleno 2021.

En Puerto Rico seguí frecuentando los cines comerciales por la zona de Santurce, hasta que comencé a asistir al cine de la Universidad de Puerto Rico (Río Piedras) con unos ciclos magníficos. Ya en mi Madrid universitario, además de los cines normales, me dedique en cuerpo y alma a asistir a los cines de Arte y Ensayo con películas francesas e inglesas, alemanas y suecas, etcétera (en versión original). Incluso en el Colegio Mayor Guadalupe donde residía funcionaba un CineClub y todos los viernes ponían una película. Recuerdo a ¡Bienvenido Mister Marshall!, La calle Mayor y un documental de Ramón Barco, un joven cineasta cubano exiliado, que años más tarde fallecería en Nueva York.

Y respecto al Teatro, asistí mucho en los años 70 y 80 a funciones de teatro clásico español (Don Juan, La venganza de Don Mendo, La Celestina, El Lazarillo de Tormes, La vida es sueño, entre otras muchas) o a exitosas representaciones madrileñas de esa época (Tartufo, La dama de los anillos, entre otras). Incluso, recuerdo una obra que me impactó muchísimo: Marat-Sade, aunque debo confesarte que siempre he sido más de cine.

 

 

ZV: ¿Qué recuerdo más nítido conservas de Cuba?

 

Me repito: lo que recuerdo con mayor nitidez es el Güines de mi infancia (nací en 1948): desde mis 7 u 8 años hasta el 23 de agosto de 1960 que salí de Cuba con mi padre y hermanas con 12 años de edad. También recuerdo una Habana espléndida, luminosa., ruidosa y alegre… Tanto que el Madrid que conocí en el año 60 me pareció pacato y muy atrasado (piensa que en 1959 la renta per cápita de Cuba era de $400 dólares y la de España de $200 y, por esas fechas, Cuba tenía un 23% de analfabetismo y España tenía un 40% de analfabetos), no así Miami (que era como un Varadero a lo bestia) o mi adorada Nueva York (que siempre deslumbra). Incluso cuando llegué a Puerto Rico en 1961, San Juan me pareció un pueblito chiquito comparado con la gran Habana.

 

ZV: ¿Mar o montaña, y por qué?

 

Siempre el mar… Y te respondo así de contundente, porque siempre he sido muy playero… desde chiquitico.

En Cuba, recuerdo la playa Rosario al sur de Güines, (hoy totalmente en ruina, destruida por los años de castrismo), mi más frecuentada y querida Guanabo, la preciosa Varadero…

En Miami Beach, (finales de los años cincuenta) donde veraneaba con la familia en el Hotel Sand de Lincoln Road. Veraneos sucesivos hasta 1960 cuando salimos de Cuba vía Miami.

En Puerto Rico (1961-67); playas como el Condado, Isla Verde y la bella Luquillo, entre otras alrededor de la Isla que se puede recorrer en un día de coche.

Ya en España (1967 a nuestros días), en los finales de los años 60 me enamoré del mar bravío del Cantábrico, como mi preferida playa de Luarca (Asturias) y la de Santander, etc. Ya en los años 70 frecuente más el mediterráneo (Valencia y Alicante: Benidorm, la playa de Oliva)) y desde los 90, siempre he ido a veranear al sur -de Huelva a Tarifa-, sobre todo la zona de Cádiz con los espléndidos chiringuitos en Santi Petri.

Pero ya ves, ahora resido en el campo, en pleno Montes de Toledo, en esta fecunda tierra manchega con buenos quesos y mejores vinos.

 

ZV: ¿Qué es la patria?

 

Aunque te parezca mentira, yo no soy muy patriotero. Me refiero al patrioterismo de pacotilla o nacionalismo extremo que han hecho tanto daño a la Humanidad desde el Siglo XIX, pasando por todo el XX hasta el presente XXI que sumado a los viejos y nuevos populismos (de izquierda y de derecha) y a los ismos ya fracasados en la Historia (pero que algunos nostálgicos pretenden resucitar), nos pueden conducir a una debacle mundial…Por mí, ojalá se borrarán todas las fronteras y no existiesen pasaportes ni himnos… Como decía el filósofo judío alemán Walter Benjamín, “las únicas fronteras que deben existir son las de las mentes”. O me reafirmo en una profecía de otro gran pensador alemán, como Heidegger: “la apatricidad será destino universal”.

No obstante, mi patria es Cuba. Yo soy cubano por los cuatro costados…porque quiero a rabiar a ese archipiélago de islas: su historia y su cultura, sus costumbres y. su música, su literatura, y su cocina… Pero no amo a una Cuba pasada, sino a la por nacer: la Cuba plural, la Cuba que respete los Derechos Humanos y la vigencia de todas las libertades individuales, la que acepte la libertad de comercio y la libre empresa. Una Cuba verdaderamente democrática, con una ciudadanía participativa donde manden los votantes y no los gobernantes. Un país próspero, soberano y alegre.

De la misma manera que nada de lo cubano me es ajeno, cada vez me siento más ciudadano del mundo. Quizá porque con los años uno tiende a desnacionalizarse y se crea una perspectiva más universalista del mundo.

 

 ZV: ¿Tu idea de la libertad?

 

Para mí la verdadera libertad es convivir en paz con los demás, en una sociedad donde prime la armonía y la solidaridad, la Ley y el Derecho. No hacer lo que no te gusta que te hagan y amar al prójimo como a ti mismo. Respetar al que piensa diferente…. Sin estos principios éticos es muy difícil que cualquier sociedad sea libre y se aglutine en un proyecto común que tenga éxito para todos. Yo me he formado en firmes ideas cristianas (Maritain, Berdiaff, Mounier) y una Cuba inclusiva, diversa, sin exclusiones es la mejor solución para nuestra actual problemática nacional.

 Te diría más, pensando en la Cuba del 2021, y en cualquier aspecto de lo cubano, sin amor no se podrá construir la nueva República “con todos y para el bien de todos”. ¡Gracias!

 

 ZV: Muchas gracias.

 

Marzo, 2021.

 

Felipe Lázaro hoy

 

Felipe Lázaro (Güines, 1948). Poeta y editor cubano. Licenciado en Ciencias Políticas

y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid..Graduado de la Escuela Diplomática de España. Como poeta cubano, obtuvo la Beca Cintas (Nueva York, 1987-88) y fundó la casa editora BETANIA en Madrid. Reside en España.

Autor de varios poemarios, de diversas antologías de la poesía cubana del exilio y de algunos libros sobre Gastón Baquero. Sus últimos títulos publicados son: el libro de relatos Invisibles triángulos de muerte. Con Cuba en la memoria (2017), la 5ª edición de Conversaciones con Gastón Baquero (2019) y la 3ª edición de la antología poética Tiempo de exilio (2020).

E-mail: editorialbetania@gmail.com

Blog EBETANIA: http://ebetania.wordpress.com


Libros de Felipe Lázaro:
La foto de cubierta es de la casa de Güines del autor (está tomada en los 90, todo cerrado). Debajo la bodega, la panadería y el almacén de víveres y encima la casa.
 Con Cuba en la Memoria. Relatos. (Betania, 2018) del poeta y editor cubano Felipe Lázaro (Güines, 1948).
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6 Comments

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  2. Luis García de la Torre

    Excelente entrevista. Gracias Zoé y gracias Felipe Lázaro por darnos siempre tanto: cubanía.

  3. Wilfredo Ramos

    Magnifica entrevista….gracias!

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