Por Carlos Manuel Estefanía.
…Pero claro después viene la Revolución cubana. Fidel se hace negrolegendario, a pesar suyo porque no lo era, pero compra el paquete completo de la Unión Soviética…
Entrevista a Marcelo Gullo, autor de “Madre Patria”[1]
Hispanicista versus hispanista l
He comentado en una entrada de mi blog; “El hombre de Cuba Nuestra”[2], que no me gusta el término de “hispanista” con el que suelen identificarse a sí mismos los miembros de este movimiento, sobre todo intelectual, espontáneo y transcontinental, que busca la reunificación de los pueblos hispanohablantes. Ocurre que hispanista ya tiene un sentido, el que le otorga la Real Academia de la Lengua: hispanista De hispano e -ista. Especialista en la lengua y la cultura hispánicas.
Se trata, con el hispanista, de hecho, de ese académico típico que pulula en las universidades, y en las caratulas de cierta bibliografía especializada en Hispanoamérica, pertenecientes sobre todo de naciones protestantes, pero también son muy abundantes en los países que antaño formaban parte de las llamadas Españas, quienes usan su mucho saber para sembrar, más diferencias que identidades, entre las comunidades humanas que son objetos de su disciplina. Lo hacen desde ese paradigma, más convencional que natural que es el nacionalismo, el cual, en esos territorios calificados por el cubano José Martí, como nuestra América, de hecho, ha servido más para enfrentar a los iguales, que para defender a estos de los extraños.
Por eso al activista que navega en sentido contrario del típico hispanista, prefiero llamarlo con esta suerte de neologismo creado por mí que es el de hispanicista y que naturalmente aún no aparece en el diccionario, de la RAE. Lo uso precisamente por la carga de activismo, que la palabra pueda connotar, sobre todo porque lo que trata aquél que así denomino, es de reconquistar una hispanidad contra las que grandes fuerzas, de izquierda o derecha, internas o externas, vienen laborando desde hace siglo para que se pierda.
Es verdad que todo auténtico hispanicista, debería ser un hispanista desde el punto de vista meramente académico, como es un hecho que no todo hispanista, por lo que ya he explicado, sea un hispanicista, es decir, alguien que trabaja por el rescate de aquella identidad que une a todos los pueblos y personas de habla castellana, término que hace referencia a la zona originaria de nuestra lengua y que, por un prurito de orgullo regionalista, detestan muchos en España. Para nosotros los hispanohablantes de las Américas lo mismo da llamar a nuestra lengua español o castellano, aunque en lo particular prefiero más el segundo término por ese tufillo precisamente “castizo” que le impregna al idioma común que hablamos.
Marcelo Gullo, un típico hispanicista americano
Si vamos a hablar de hispanicistas, un buen ejemplo lo tenemos en la persona de Marcelo Gullo Omodeo[3] . Nació en Rosario de Santa Fe, Argentina en 1963. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de Rosario, doctor en las mismas materias por la Universidad del Salvador, y graduado en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid.
Gullo ha sido además discípulo del politólogo brasileño Helio Jaguaribe, el Premio Konex Mercosur 2006: Humanidades.[4] Quizás esto explique, para bien o para mal, su particular visión de Brasil como elemento prioritario a la hora de crear un auténtico mercado unido iberoamericano. También ha tenido como mentor al sociólogo y teólogo uruguayo Alberto Methol Ferré, aquel del que su compatriota ex terrorista y expresidente, senador y gurú de la izquierda descafeinada, José Mujica dijera las siguientes palabras: “…fue un pensador trascendente de nuestro país, y me atrevería a decir de nuestra América Latina, por muchas de sus ideas, de sus reflexiones, de sus visiones de nuestra historia y de la realidad actual. Pero lo fue principalmente por su permanente desafío a pensar, a abrir nuestras mentes, a rechazar los lugares comunes”[5].
Con tal recomendación sobre este maestro, no es de extrañar los momentos de coqueteos teóricos que tiene, si bien heterodoxos, con los planteamientos de algunas de las figuras más famosas de la izquierda hispanoamericana, que tiene Marcelo Gullo, quien incluso no tiene reparos en incluir ideas usadas por sus ídolos, en su pensamiento. Es algo que sería del todo peligroso si no fuera por la manera en que esas mismas figuras, condenables en muchos aspectos, se apartan en sus prácticas políticas de lo que predican. El valor en sí de muchos de estos enunciados se salva al poderlos desligar de la conducta de aquellos que los emitieron, llámense Che Guevara, Fidel Castro o el Perón de sus últimos tiempos. De cualquier modo, si tal eclecticismo sirve para sembrar ideales hispanicistas dentro de la gran masade izquierda, radicalmente hispanófoba, bienvenida sea.
De cualquier modo, hay que reconocer que Marcelo Gullo hace honor a sus mejores maestros cuando escuchamos sus conferencias en redes[6], en particular aquellas ofrecidas recientemente en España y que aquí comentamos. Lo cual no quiere decir que, aun estando de acuerdo en mucho con lo que afirma, no podamos de vez en cuando enmendarle la plana, sin dejarnos impresionar por su impresionante currículo.
Tomemos en cuenta el compromiso institucional que debe implicar para Gullo el que se desempeñe como asesor de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, además de asesor en materia de Relaciones Internacionales de la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Educación y la Cultura (FLATEC), Profesor de la Universidad Nacional de Lanús y de la Escuela Superior de Guerra de su país en la Maestría en Estrategia y Geopolítica, investigador asociado del Instituto de Estudios Estratégicos (INEST) de la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro (otro vínculo particular con Brasil que podría explicar su predilección por ese país), así como que sea miembro fundador del Instituto de Revisionismo Histórico Nacional e Iberoamericano Manuel Dorrego, institución pública creada en Argentina por el decreto 1880/2011 de la presidenta pseudo peronista Cristina Fernández de Kirchner, del 17 de noviembre de 2011. Por cierto, la institución fue cerrada en diciembre de 2015, por decisión del también pseudo (pero liberal), presidente argentino Mauricio Macri[7].
Productividad del Revisionismo
Es una pena que haya desaparecido esta institución, pues, a pesar de su origen kircheriano, bien podría haber contribuido a la tarea necesaria de revistar la historia de Argentina e incluso la de la hispanidad entera.
No le falta razón a Gullo cuando nos explica la piedra angular de la “Corriente Revisionista”. Ella consiste en develar como la guerra de la independencia de España fue un fracaso; no solo porque no logró conformar políticamente la gran nación hispanoamericana, sino porque, además, no impidió que las repúblicas surgidas de los virreinatos, pasaran de depender formalmente de España a la dependencia informal de Gran Bretaña, a participar en la economía internacional como simples productoras de materias primas y con una subordinación ideológica, que les impidió aplicar aquella política económica proteccionista que favoreció a sus vecinos del norte, Estados Unidos y Canadá para convertirse en países industrializados[8].
En la historia de las relaciones internacionales, la primera unidad política en utilizar de forma consciente, sistemática y premeditada, el imperialismo cultural, es decir la subordinación ideológico-cultural, como herramienta fundamental de su política exterior, para imponer su voluntad a las otras unidades políticas fue Gran Bretaña. Lo hizo a través de las logias, exportando como ideología de dominación, el libre comercio.
Pero esa misma Inglaterra que exportó las ideas del librecambismo, para convertir en semicolonias a las jóvenes repúblicas hispanoamericanas, se cuidó muy bien, de no aplicar sobre su propio territorio tales concepciones.
Lo primero que se reconoce en Gullo, es su condición de anti globalista, que no enemigo de la primera gran globalización, la que materializara el imperio español y en particular su asombrosa marinería, al conectar de manera práctica los continentes de Asia, América, Europa, África y Oceanía
Desde una posición muy cercana a la del peronismo clásico, Gullo resulta un fuerte crítico del «peronismo liberal» al que ha acusado de desmantelar la industria argentina creyendo que el proyecto industrializador de Perón ya había sido superado por el tiempo. Así mismo ataca al «peronismo progresista» por intentar reindustrializar a la Argentina por el camino de la sustitución de importaciones. Para él la solución realmente “peronista” sería la construcción de la unidad económica y política de la América del Sur, así como el llamado «salto de rana», que se da cuando una economía subdesarrollada, explotando eficazmente una nueva tecnología consigue alcanzar, a los países más desarrollados. Esto es, según él, lo que pensaba Perón sobre unos argentinos qué, si bien no podían repetir el proyecto industrial clásico, estarían en condiciones de emprender un proyecto industrializador innovador y radical por la vía de la apropiación de la tecnología de punta.[9]
Gullo se manifiesta como un defensor del nacionalismo económico mientras no llegue la integración latinoamericana. Lo hace desde la denuncia de la falsificación de la historia económica mundial, que se lleva a cabo en los centros académicos de Estados Unidos y Europa, donde se oculta en modo en que países exportadores de materia prima se convirtieron en naciones industrializadas. Tal sería el caso paradigmático de la Inglaterra, cuna del proteccionismo económico – a pesar del modo en que ha exportado al mundo, incluso a cañonazos, la filosofía de la libertad comercial-, también es el de Alemania o el de Japón, cuyas industrias fueron creadas por el Estado.
Tal falsificación sirve fundamentalmente a la oligarquía financiera internacional, la cual, tras haberse aliado a Inglaterra primero, luego buscó una alianza con Estados Unidos. Esta oligarquía es la que, según Gullo, impulsa la subordinación ideológica del mundo por medio del liberalismo económico, provocando la miseria de los pueblos, incluyendo la de sus antiguos aliados, como es el caso hoy de Estados Unidos después de haber alcanzado un alto grado de bienestar y desarrollo económico.
La insubordinación fundante
Es en 2008 cuando Marcelo Gullo introduce el concepto de “insubordinación fundante”. Fue en su libro La insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones (Biblos 2008), ampliado en Insubordinación y desarrollo. Las claves del éxito y el fracaso de las naciones (Biblos 2012).
Por cierto, el libro ha sido publicado en Venezuela por la Fundación Editorial El perro y la rana, en 2015, en la colección, biblioteca antimperialista “Oscar López Rivera”. Ese el nombre de un excombatiente en Vietnam, de origen portorriqueño, que en 1976 se integra a la lucha clandestina en favor de la independencia de Puerto Rico como miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). En 1981 fue capturado por el Oficina Federal de Investigación (FBI, por su sigla en inglés) acusado de “conspiración” y por pertenecer a las FALN. El dictador Maduro lo ha comparado con Mandela, cosa que no ha hecho con los presos venezolanos que el mismo tienen en sus mazmorras. Esta editorial pertenece al Ministerio de Cultura de Venezuela y naturalmente se especializa en publicar literatura bolivariana o de algún modo afín a la misma. De cualquier modo, no hay que cogerle miedo al libro del argentino, el hecho de que los chavistas no le hagan asco y hasta se atrevan a publicarlo no vuele peligroso el libro, más bien es un indicio de que ofrece un conocimiento de la realidad de utilidad para todos, incluso para nos enemigos de la libertad.
Destaco dentro del contenido del libro las referencias al imperio británico, ese extraño descocido entre aquellos a los que más ha dañado el pueblo hispanoamericano. En una entrevista concedida al diario El País, de Bolivia Gullo ejemplifica su concepto de La insubordinación fundante con las siguientes palabras: “Estados Unidos fue la patria del nacionalismo económico. Estados Unidos fue -con la revolución independentista encabezada por George Washington y con la aplicación del plan económico elaborado por Alexander Hamilton- el primer país en insubordinarse contra la ideología de dominación que los ingleses predicaban al mundo.”
Para Gullo el Peronismo fue un intento de insubordinación fundante, desarrollado en el contexto de la postguerra cuando los Estados Unidos comenzaron a predicar en el mundo, que el origen de las guerras se encontraba en el proteccionismo económico. Sin embargo, con su política “insubordinada” el peronismo hacía lo mismo que en su momento, lo habían hecho el propio Estados Unidos, Alemania y Japón, a los dictados de la potencia hegemónica y tuvo que resistir todo tipo de presiones y agresiones. En ese marco –no idílico- poco importa saber si el peronismo definió o no una jerarquía clara de objetivos, o si estableció, minuciosamente, los instrumentos específicos a utilizar para alcanzar las metas generales, expuestas en el Plan Quinquenal como, ingenuamente, pretenden algunos economistas sin entender que, la improvisación se debía, entre otros motivos, a que la Argentina se encontraba casi en estado de guerra con Estados Unidos, potencia que no estaba dispuesta a permitir, en ese momento, en la periferia del sistema, ninguna experiencia proteccionista, ni pro-industrial.
Era ya una hazaña, que el gobierno peronista lograra mantenerse firme en su defensa de la industria naciente y elaborara, a tal fin, un plan quinquenal que incluso, se atrevía a proveer, “… el estímulo a la producción de nuevas actividades sustitutivas de importaciones de algunos insumos industriales básicos (químicos y siderúrgicos) entre las que se contaban las que impulsaría la DGFM, y de otras que tuvieran capacidad exportadora, como las manufacturas de lana y aceites vegetales que fueron promovidas por el régimen crediticio”[10]
El peronismo intentó defender a la industria naciente con una batería de medidas, algunas acertadas y otras desacertadas, pero importa destacar en ese sentido, que “la más significativa de las medidas destinadas a favorecer el desarrollo de las manufacturas industriales fue, sin duda, la política crediticia desarrollada principalmente a través del BCIA (acrónimo de Banco de Crédito Industrial Argentino), pero también del Banco de la Nación Argentina, de los bancos provinciales y de otros organismos financieros como el IAPI, o el IMIM, que movilizaron depósitos y otros recursos financieros para las necesidades de las actividades productivas”. [11]
El profesor argentino recuerda que la tan criticada política peronista de fomentar la industrialización a través de la política crediticia fue muy similar a la llevada a cabo, en su momento, por Alemania, para fomentar su desarrollo industrial, no exenta, por cierto, de innumerables casos de corrupción.
Madre Patria
El último libro del profesor argentino es Madre Patria. Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán (Espasa 2021, 560 páginas). Veamos lo que se nos dice en el capítulo titulado “LA LEYENDA NEGRA RESURGE EN EL CARIBE
Cuando la leyenda negra —digámoslo una vez más— creada por Holanda e Inglaterra y promovida por Estados Unidos y la Unión Soviética languidecía, porque había sido muy golpeada por la crítica histórica seria, tomó nuevos bríos en el Caribe.
«El Gallego», como llamaba cariñosamente Franco al comandante Fidel Castro, hizo suya la leyenda negra y la convirtió en política de Estado. Los mejores jóvenes de Iberoamérica, los más idealistas, los más sanos moralmente, hartos de la injusticia social que campeaba por todo el continente, se enamoraron por aquel entonces del comandante y asumieron como suyo el discurso «negrolegendario» del jefe de la Revolución cubana. Digamos de paso que optaron por la «política de la muerte», que llevó a la aniquilación de toda política.
Así, paradójicamente, la leyenda negra nacida por la derecha volvía a renacer por la izquierda y se convertía en bandera del socialismo latinoamericano. Pero como seguía siendo útil a los fines del imperialismo norteamericano, los jóvenes que se enrolaron en las filas del socialismo se convirtieron, sin percatarse de ello, en la mano de obra más barata del «imperialismo yanqui» al que supuestamente se proponían combatir.
Establecida en Cuba la leyenda negra como doctrina oficial de la Revolución, los órganos del Estado se encargaron de promover, divulgar y difundir —en toda «nuestra América»— cualquier obra literaria, cualquier ensayo histórico, cualquier artículo académico con pretensión científica o cualquier panfleto que denigrara la obra de España en América.
De esta manera, así como Inglaterra fomentó la Brevísima de Bartolomé de las Casas y como durante la Guerra Fría la CIA promovió el Doctor Zhivago de Pasternak, la inteligencia cubana impulsó el libro Las venas abiertas de América Latina, del uruguayo Eduardo Galeano. Y estos son hechos que ciertamente ocurrieron, independientemente de la buena voluntad de Bartolomé de las Casas, de Boris Pasternak y de Eduardo Galiano…”[12]
Esta obra saca definitivamente a su autor del coqueteo con la izquierda hispanoamericana. Es más, la humilla, demostrando como aquella ha servido con su discurso negrolegendario a ese mismo imperialismo que pretende combatir. La ataca, utilizando las herramientas que le ofrecen por un lado los ensayos Elvira Roca Barea,[13] a quien ha calificado de gran amiga, y por el otro lado las elaboraciones teóricas de Escuela de Filosofía de Oviedo. Es una creación de la Fundación “Gustavo Bueno”[14], inaugurada en abril de 2010, con el fin de institucionalizar algunas de las actividades académicas de la Fundación[15]. No es de extrañar que el intelectual fuera recibido con brazos abiertos en la mencionada Escuela de Filosofía ofreciendo allí, el lunes 4 de octubre de 2021, la conferencia titulada El cambio conceptual, la insubordinación ideológica contra la leyenda negra y el destino de España[16].
Gullo ha ofrecido una entrevista la artista plástica y pensadora española Paloma Hernández García[17], publicada el 23 de otubre de 2022 en el canal de YouTube titulado Fortunata y Jacinta[18]. En sus videos, al igual que en los que se publican en el canal de la Escuela de Filosofía de Oviedo son tratadas las problemáticas históricas de España desde una perspectiva asociadas con las enseñanzas del ya desaparecido filósofo Gustavo Bueno. Esto implica el compromiso de ambos canales con el rescate de la identidad hispana, más allá de los mares, y el enfrentamiento intelectual contra la leyenda negra antiespañola.
No se puede negar lo acertado de muchos de los planteamientos que hace Gullo en su conferencia en la Escuela de Filosofía de Oviedo. Sin embargo, encuentro equivocada su propuesta de comenzar la integración hispana por la unión argentino-brasilera, para ello bien podría haber abogado primero por la menos improbable y ya experimentada unificación de España con Portugal. El intelectual sudamericano pasa por alto que México está “más cerca” de Argentina que ese Brasil controlado desde su nacimiento por el imperio británico. Evidentemente la academia brasilera con la que Gullo se haya vinculado, no es capaz de rasgar hasta lo profundo, el nivel de compromiso que tiene Brasil con los británicos antes y después de su independencia, tomando como precedente el hecho de que Portugal se separa de España precisamente como resultado de las intrigas y apoyos ingleses.
El mismo error de desconocimiento de la historia comete Gullo en su charla con Paloma Hernández, por ejemplo, cuando se aventura a exponer su tesis de que Inglaterra apoyaba a los estados del sur durante la Guerra Civil norteamericana. Para comenzar diremos que el imperio británico se mantuvo teóricamente neutral en la guerra, y si bien reconoció legalmente el estatus beligerante de los Estados Confederados de América, nunca los reconoció como naciones y ni firmó un tratado con ellos y mucho menos intercambió embajadores. Podría extenderme en el asunto, pero prefiero dejar la tarea para un artículo sobre el tema del rol jugado por el Reino Unido en la guerra civil norteamericana.
Volviendo a la falta de comprensión de la historia brasileña que muestra Gullo en la entrevista con Paloma Hernández, Resulta un tanto ingenua su visión de del presunto error cometidos por los borbones (afrancesados como el que más) de negarse a venir a las Américas traídos por los británicos, como si el Imperio Español no contara con flota propia. En este caso lo que pierde de vista Gullo es que, si los ingleses hubieran traído a los borbones a América, esa parte de su imperio de habría convertido un estado vasallo del imperio británico. La única ventaja es que seguramente nos habríamos ahorrado el desguace en naciones.
Nuestro imperio no se habría partido en América, que fue la solución británica al no poder controlar de inmediato a los borbones, tampoco habría podido resistirse después de la tragedia, como lo hizo frente a masones y liberales durante más de una década, pensemos por ejemplo en los hermanos Pincheira de Chile, José Gaspar Díaz de Francia[19] en Paraguay o el mismo Juan Manuel de Rosas en Argentina[20] . Esto sin desconocer que también en Brasil se dieron intentos secesionistas y revueltas, aplastados inmisericordemente por la parte de esa Casa de los Braganza, ascendida al trono gracias a Inglaterra, que se quedó administrando Brasil incluso después de la independencia.
Así en medio del desguace de las Españas de América, lo cual no deja de ser una tragedia, al menos quedó cierto espacio, según los territorios separados, de resistencia al liberalismo (agentes políticos del imperialismo informal británico), que apenas se mostró en la zona portuguesa del continente. No fue solo el traslado de la Casa real portuguesa al nuevo mundo lo que mantuvo la integridad aquí del imperio portugués, sino el hecho de que este estaba plegado al británico y no lo tenía como enemigo bajo la fachada de amigo, como ocurría con el imperio hispánico durante las guerras de independencia contra la Francia napoleónica, e incluso después.
Lo qué si debo agradecer a Marcelo Gullo Omodeo, es su exposición de la contribución del castrismo a la promoción de la leyenda negra antiespañola. Un mal del que no se libran los cubanos, ni cuando se vuelven opositores y cuestionan lo que se les ha inculcado en las escuelas. Sí debo matizar que tras la caída del campo socialista y con el aumento de la importancia de la inversión de España en la isla, el discurso hispanófobo de la industria cultural cubana comenzó a cambiar, incluso en la serie de animados Elpidio Valdés, un oficial del ejército independentista que al final parecía odiar más a su aliado norteamericano que a su enemigo peninsular.
También me parece interesante la respuesta de Gullo Omodeo a las acusaciones vertidas contra él, de hacer una leyenda negra antibritánica y una rosa prohispanica. Se defiende contrastando las barbaridades de los ingleses cometidas en la India con los hospitales y universidades construidos en la América española.
Coincido así mismo con su explicación sobre el cambio de tónica imprimido por la llegada del borbonato al reinado en España que llevó a tratar a los hispanoamericanos como colonias.
Muy acertado es también su enfoque sobre la expulsión de los jesuitas de América, cuyos datos son de agradecer, por ejemplo, el de la existencia de un auténtico ejército de indígenas guaraníes organizado por la orden religiosa, que servían de muralla contra las incursiones a los territorios “castellanos” de los bandeirantes[21] desde Brasil.
Así mismo comparto su visión de las atrocidades holandesas en Asia, más cuando no hace mucho, un conocido ceilandés me contaba que, tras la catolización de la mitad de su país, vinieron los holandeses y arrasaron con las iglesias católicas entregando a los colonizados a musulmanes e hindúes.
También agradezco la confirmación por su parte de algo que sospecho desde hace tiempo: que el supuesto “exilio” de Juan Manuel de Rosas[22] en Inglaterra, fue una deportación en toda regla, manipulada por la historiografía liberal que es la que nos cuenta la historia del denostado caudillo.
Hasta aquí nuestro acercamiento crítico a las ideas del profesor Marcelo Gullo. Cualesquiera que sean nuestras objeciones a su pensamiento, ellas no restan valor a su condición de auténtico “hispanicista”, es decir un hombre que trabaja honestamente por la comprensión y sobre todo la reconstrucción de la hispanidad, y por tanto un autor cuya obra escrita u oral deberían conocer todas las personas de habla hispana.
[1] https://www.youtube.com/watch?v=dIzwyxa3IAo
[2] https://cubanuestra1.wordpress.com/2021/08/28/volviendo-a-la-legitimidad-del-uso-de-latinoamerica-a-proposito-de-un-debate-hispanos-contra-la-leyenda-negra/
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Marcelo_Gullo
[4] https://web.archive.org/web/20080605012307/http://www.fundacionkonex.com.ar/premios/curriculum.asp?ID=2822
[5] http://metholferre.com/jose-mujica-sobre-methol-ferre/
[6] https://www.youtube.com/channel/UCna5L5AS3wKH1eqN9XEyK0g/videos
[7]https://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_Nacional_de_Revisionismo_Hist%C3%B3rico_Argentino_e_Iberoamericano_Manuel_Dorrego
[8] Marcello Gullo; LA NECESIDAD DE UN NUEVO REVISIONISMO HISTORICO, PONENCIA PRESENTADA EN EL PRIMER CONGRESO DE REVISIONISMO HISTORICO, MANUEL DORREGO, 14 de mayo de 2010.
[9] https://www.ncn.com.ar/peron-y-su-estrategia-del-salto-de-rana-por-marcelo-gullo/
[10] Ibíd., p. 88.
[11] Ibíd., p. 82.
[12] eBook “Madre patria Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán Marcelo”, Gullo Omodeo, Editorial Espasa, 2021
[13] https://es.wikipedia.org/wiki/Elvira_Roca_Barea
[14] https://en.wikipedia.org/wiki/Gustavo_Bueno
[15] https://www.fgbueno.es/act/efo.htm
[16] https://youtu.be/uGK6LgobwB8
[17] https://es.everybodywiki.com/Paloma_Hern%C3%A1ndez_Garc%C3%ADa
[18] https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-aparcado-pinceles-para-reivindicar-sano-patriotismo-201909091002_noticia.html
[19] https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Gaspar_Rodr%C3%ADguez_de_Francia
[20] https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_de_Rosas
[21] https://es.wikipedia.org/wiki/Bandeirantes
[22] https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/745/Juan%20Manuel%20de%20Rosas
Carlos Manuel Estefanía Aulet.
Nacido en La Habana en 1962, realizó estudios de Filosofía en las Universidades de La Habana y Moscú, licenciandose en 1987 en la especialidad de Materialismo Histórico. Posteriormente hizo estudios de postgrado en economía, relaciones internacionales, periodismo, lingüística, teoría de la comunicación y semiótica. Así mismo recibió cursos por encuentro en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Habana, en materias tales como: Historia del Estado y el Derecho, Teoría del Estado, Derecho de Familia, entre otras.
En mayo de 2009 recibió el título de Magister en Pedagogía del Español y de Ciencias Políticas por la Universidad de Estocolmo.
Radica en Suecia desde 1993, donde fue fundador e integrante de la directiva de la Sociedad Académica euro cubana, así mismo se desempeñó como presidente de la Asociación de Graduados Extranjeros en Suecia. Ha sido además miembro de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Suecia (PROFOCA) y del Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba en el Exilio.
Como parte de su labor docente ha impartido cursos de teoría socialista, semiótica, Comunicación, Filosofía, Religiones y Lengua Española. Pertenece actualmente a la Federación Nacional de Maestros de Suecia.
Es autor del libro. “Pasión y Razón de Cuba”, así como de: “Y Juanes cantó en La Habana”. Igualmente ha participado en las antologías: “Cuba: Miradas Cruzadas” y “El Libro Rojo del Marxismo Cultural”.
Fundó en 1994 la revista Cuba Nuestra y ha publicado artículos en diferentes medios de comunicación impresos y digitales de Europa y América. Ha colaborado con emisoras radiales en Cuba, así mismo ha realizado y conducido programas radiales emitidos en Estocolmo y en Miami.
Redacción de Cuba Nuestra.
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