Por Zoé Valdés/Libertad Digital.
Vaya por delante mi solidaridad con el pueblo y los sacerdotes nicaragüenses que desde hace mucho más tiempo que los venezolanos están padeciendo el comunismo que les impusieron a los cubanos en 1959, y que luego Cuba les impuso a ellos, a Nicaragua, a Venezuela, a todos, mediante ideología y entrenamiento guerrillero; porque no debemos olvidar que los nicaragüenses anhelaron ese sistema, y aceptaron los entrenamientos militares de los cubanos, las descargas ideológicas en la escuela cubana del PCC Ñico López adonde fueron a formarse varios de sus líderes, y hasta recibieron armamento para tumbar a Somoza escondido en latas de películas a través del ICAIC y INCINE…
Pero, es verdad, han pasado décadas y aunque ellos siguieron votando por esa opción nefasta del totalitarismo centroamericano, la dictadura del pedófilo Daniel Ortega y su espantosa mujer se ha convertido en la pesadilla que los cubanos libres y de bien advirtieron que sería, y tampoco les creyeron. Pese a su indiferencia, pese al olvido, eso no impide que me sienta solidaria con los nicas que desde hace años luchan por liberarse de semejante presión y abuso dictatorial.
Y, hablando de líderes de la revolución nicaragüense, hace rato tengo deseos de decir, dado que nadie lo hace, que muchos de los que hoy airean espectáculos atrevidos contra el abusador de Zoilamérica, su hijastra, y contra sacerdotes que no desean más que el bienestar de todo un pueblo, y que entonces callaban y eran cómplices, como el que acaba de hacer la escritora y poeta Gioconda Belli al recortar públicamente con tijeras su pasaporte, acto por el que numerosos cubanos antes que ella han tenido que pasar, muchos de ellos, incluyo a la propia Gioconda, fueron parte del horror, y hoy en día no sólo no han pedido perdón, además en España apoyan, como es el caso de Belli (sólo hay que leer su Twitter) a los social-comunistas que desean importar a España, y lo están importando con éxito, ese social-comunismo del siglo XXI que está destruyendo a Sudamérica, Hispanoamérica, que no América Latina.
Gioconda Belli estaba allí, aquella noche en Managua cuando me debatía por huir del secuestro del comandante y ministro del Interior Tomás Borges sobre mi persona, la feminista sabía por lo que yo estaba pasando, y no hizo nada. Gioconda Belli como miembro del jurado del premio Loewe de poesía premió recientemente al periodista y poeta cubano Víctor Rodríguez Núñez, antigua mano derecha de Tomás Borges, quien estuvo en el origen y perpetración de mi secuestro, y en el de otras mujeres jóvenes cubanas, por parte de varios líderes nicaragüenses. Sin embargo, Gioconda Belli, sin variar su posición de izquierdista, apoya al régimen de las nuevas leyes neofeministas y secesionistas.
En cuanto a Sergio Ramírez, premio Alfaguara, etcétera y demás, debo recordar que hace varios años, cuando todavía junto a Ortega lideraba la revolución sandinista nicaragüense, se atrevió a enfrentar a uno de los mayores escritores cubanos, y a uno de los hombres que he visto empuñar la palabra con mayor firmeza por la libertad y los derechos humanos, me refiero a Guillermo Cabrera Infante, maestro y amigo. Sergio Ramírez, creyéndose valiente, dijo cuando le dieron el Premio Cervantes a Cabrera Infante que como escritor se lo merece, pero como ser humano no, por su condición de “anticastrista”. Y como quien lo decía era un revolucionario sandinista con ínfulas de escritor acerca de un escritor consagrado, todos apreciaron más las infamias del revoltoso que la obra de un clásico universal que había sido expulsado del “paraíso” infernal castrista. Recordemos que a Guillermo Cabrera Infante el castrismo le había quitado el pasaporte, la nacionalidad, y lo habían borrado de todas las enciclopedias cubanas; la izquierda aplaudió hasta con las tapas del fotingo…
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Zoé Valdés. Escritora y artista cubana e hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vermeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.