Cultura/Educación

Gioconda Belli: la sandinista disidente admiradora de Fidel Castro que respalda a Yolanda Díaz

Por La Gaceta de la Iberosfera.

«Yo quisiera ser española para tener una líder como Yolanda Díaz, una líder para estos tiempos en los que sumar es clave», destacó la poeta y novelista nicaragüense Gioconda Belli en el acto de presentación de la plataforma Sumar de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

De Belli ha trascendido que es una de las más de 300 personas despojadas de su nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega acusada de «traición a la patria». Sin embargo, antes de «enfrentarse» a la dictadura sandinista fue una de las que ayudó a implantarla en Nicaragua.

En 1970, desde el exilio y para hacer frente a la dictadura de Anastasio Somoza, se integró en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido político que, en la actualidad, preside Daniel Ortega y que fue fundado en 1961 como una organización política-militar de izquierda.

El FSLN, además de ser la formación impulsora del sandinismo en Nicaragua, inspirada en el legado nacionalista de Augusto César Sandino, del que tomó el nombre de «sandinista», cumplió las directrices del régimen comunista de Cuba con el objetivo de instaurar en el país una dictadura socialista.

Durante la Revolución Nicaragüense protagonizada por el FSLN, Belli fue una de las principales gestoras del movimiento hasta su victoria el 19 de julio de 1979 cuando derrocaron a Somoza. A partir de ese momento pasó a ocupar varios cargos dentro del Gobierno sandinista. En 1984, fue representante sandinista ante el Consejo Nacional de Partidos Políticos y portavoz del FSLN en la campaña electoral de ese año.

Durante los años en que formo parte del régimen, se cometieron ejecuciones extrajudiciales y se encarceló a todo aquel que hubiese sido somocista u opositor al sandinismo. Miles de personas huyeron del país por razones políticas y económicas.

Entre los crímenes del sandinismo que han sido denunciados por diferentes organismos internacionales destacan la Navidad Roja y las fosas comunes de La Pólvora, ambos cometidos en 1983.

No fue hasta 1994, al perder sus funciones dentro del partido –el sandinismo perdió las elecciones en 1990 y no volvió al poder hasta el año 2006–, que Belli presentó su renuncia «por desavenencias con el rumbo» del Gobierno de Ortega, que ella consideraba autoritario…

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