Política

El romance en París que brindó información al Ejército sobre los guerrilleros argentinos entrenados en Cuba

Por Juan Bautista Tata Yofre.

Fuente Infobae.

“Elena”, una mujer distinguida y “Harry”, el primer secretario de la Embajada de Estados Unidos se conocieron en una recepción de la Embajada de Austria y desde ese entonces no pararon de verse y hasta llegaron a viajar juntos por Europa. No era la primera vez que una mujer era destinada por la SIDE a lugares sensibles como París, Londres o Madrid. La historia completa.

En 1966, con la asunción de Juan Carlos Onganía, el general de brigada Eduardo Argentino Señorans fue convencido por el nuevo presidente a abandonar sus tareas privadas porque lo necesitaba en un cargo clave: le ofreció ser el jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Señorans no tardó en aceptar; finalmente había pasado años entre militares e informes secretos. Se lo recordaba por ser uno de los militares más decididos al lado de Eduardo Lonardi, Arturo Osorio Arana, Francisco Zerda y Juan Francisco “Tú” Guevara cuando la revolución septembrina de 1955. Luego, por unas horas, llegó a ser Secretario de Guerra en tiempos de José María Guido.

En las reuniones juveniles en el Haras de Alvear (de las que hemos hablado el domingo pasado), en el espacio de tierra que le correspondía a la familia Santa Coloma, “Elena” se movía con absoluta naturalidad. A pesar de la diferencia de edad, en ese ambiente trabó una gran amistad con una pariente del general Señorans. Con el paso de los meses se encontraban en la confitería “Queen Bess” de la avenida Santa Fe, a metros del Palacio San Martín, o iban a revisar los escaparates de las boutiques de la avenida. También, con amigos comunes, iban a “Cero Cinco” y a “Snob” en la calle Ayacucho.

Primera parte del organigrama sobre el terrorismo realizado en 1969

Una tarde del otoño de 1968, la amiga le preguntó:

—“Elena” ¿no te gustaría ir a París? El presidente designó a Horacio Aguirre Legarreta, que está haciendo una gran embajada. Te vas a llevar bien con su hija “Justita”.

— “Claro que me gustaría ir. ¿Se podrá?” Preguntó inocentemente.

—“Mirá, una persona que va a hablar con vos, te va a decir lo que debes hacer, pero de todas maneras te adelanto: El segundo de la embajada es Florencio “Chito” Méndez Casariego, una muy buena persona, casado con Stella Newbery; el jefe de la sección política es Jorge Hugo Herrera Vegas -conozco mucho a su madre “Inesita” Zabalía Bunge- y el Consejero Cultural es José Héctor Ledesma. Además, hay muchos argentinos que conoces en París. Te vas a encontrar con Josefina Robirosa, Blanca Isabel Álvarez de Toledo y su marido Nicolás García Uriburu. Ah, también está Rómulo Macció. Son medio “extravagantes” del Instituto Di Tella pero buena gente; hace unas semanas le dieron un dolor de cabeza al embajador cuando se mandaron el chiste de tomar la Casa Argentina en medio de los acontecimientos de Mayo. Hay una foto donde aparecen todos juntos. La tenemos. Una persona que te va a hablar necesita alguien de mucha confianza en París, con alto nivel social para entrar en determinados ámbitos y yo le he dicho que esa persona sos vos.” (…)

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