Por Hola/RZP.
Carlos III construyó su propio imperio mucho antes de heredar el de su madre, Isabel II, que le dejó un trono, pero también un colosal patrimonio. Cuando era muy joven, el príncipe de Gales no tenía nada propio, excepto su Aston Martin, y tras el divorcio de la princesa Diana, en 1996, que le costó muchos millones de libras, tuvo que reconstruir sus finanzas, pero, hoy, es un Rey muy rico, aunque acercarse al valor real de su fortuna no es tarea fácil.
La mayor parte de su patrimonio procede de Isabel II, aunque también hay que sumar la herencia que le dejó su abuela la Reina madre y la de su padre, el duque de Edimburgo, cuyo testamento estará protegido hasta que se cumplan 90 años de su muerte. Sin olvidar el éxito de su gestión con las propiedades privadas y que es un Rey ahorrador, que apaga luces y aprovecha al máximo su ropa, llevando prendas muy usadas y a veces rotas. Sirve de ejemplo el calcetín agujereado que asomó en un acto en el que tuvo que descalzarse.