Por Zoé Valdés/El Debate.
La Cumbre de las Américas es un foro que reúne a los países del continente americano para discutir asuntos relevantes en materia política, económica y social. Sin embargo, en las ediciones, anterior y en la más reciente, la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua ha generado controversia por parte de los habituales de siempre, aunque también es cierto que con pocas reacciones a nivel internacional.
La decisión de excluir a estos tres países se basa en preocupaciones relacionadas con la falta de democracia y el respeto a los derechos humanos en sus respectivos gobiernos. Estados Unidos argumentó que la presencia de gobiernos que no cumplen con los principios democráticos fundamentales no puede ser compatible con los objetivos de la Cumbre.
La exclusión provocó respuestas diversas en la región. Algunos países manifestaron su respaldo a la decisión, mientras que otros, como México, Bolivia y varios miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), expresaron su desacuerdo, señalando la importancia de la inclusión y el diálogo para la resolución de diferencias.
La ausencia de Cuba, Venezuela y Nicaraguamarcará otra vez el tono de la Cumbre, restándole representatividad, aunque en nada limitará la posibilidad de abordar temas hemisféricos de manera estratégica específica e integral. Además, ni siquiera reavivará el debate sobre el respeto a la soberanía y la necesidad de espacios de negociación que incluyan a todos los actores de la región -como se ha pretendido-, puesto que tal como van las cosas cabe la posibilidad de que muy pronto Venezuela pudiese reactivarse bajo su gobierno legítimo.
Por tanto, la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la Cumbre de las Américas sólo refleja las tensiones y divisiones políticas existentes en el continente; eso sí, provocadas por los regímenes que mal gobiernan en esos países…
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