Política

ED. La derrota de la extrema izquierda alivia ligeramente a Macron, sin sacarle del atolladero

Por José María Ballester Esquivias/El Debate.

«Cólera». Es lo que siente Lucie Castets, la alta funcionaria aún desconocida hace apenas un mes hasta que los dirigentes del Nuevo Frente Popular (NFP) la propusieron para ser primera ministra, tras enterarse de que no iba a encabezar el próximo Gobierno de Francia. La política en ciernes no se paró en barras ayer por la mañana en los micrófonos de la emisora pública France Inter: «Se está diciendo a los franceses: ‘De hecho, habéis acudido a las urnas, pero no vale para nada, habéis votado mal’».

A continuación, arremetió con dureza contra Emmanuel Macron: «La democracia no vale nada a los ojos del presidente, y eso me parece extremadamente peligroso». Más: «Estamos ante un presidente de la República que quiere ser al mismo tiempo presidente de la República, primer ministro y jefe de partido», disparó la que sigue siendo directora de Finanzas del Ayuntamiento de París.

Se permitió, incluso, impartir una clase de pedagogía institucional al jefe del Estado: «Las instituciones no pueden funcionar así. No es satisfactorio para nadie, no es respetuoso con los franceses ni con la democracia. El papel del presidente de la República hoy sería nombrar un primer ministro del grupo que tiene mayoría en la Asamblea Nacional. A continuación, corresponde a ese grupo buscar acuerdos con los demás. Así funciona la democracia, eso es todo. El presidente no puede componer el gobierno de sus sueños», zanjó…

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