Por Zoé Valdés/El Debate.
En una época en la que se puede hacer una foto tan nítida de la bala que iba dirigida a la cabeza del presidente 45 de Estados Unidos y candidato a la presidencia con ventaja en el 2024, Donald Trump, como se puede notar aquí (https://www.soy502.com/articulo/foto-muestra-bala-volando-tras-cabeza-donald-trum-100931), cabe preguntarse cómo no descubrieron con anterioridad al tipo que la disparó a tan pocos metros de distancia estando situado de forma tan visible; es más, cómo no hicieron caso de un seguidor de Trump que minutos antes avisó a la Policía apostada, el que ni siquiera dirigió la mirada hacia el lugar ni atendió las palabras de quien le alertaba.
No fue una bala, fueron dos, quizás más; la segunda pudo haberle atravesado el corazón.
No ha sido solamente herido Donald Trump, dos personas también fueron alcanzadas, una de ellas ya no es de este mundo. Condolencias a su familia y cercanos, lo que no resolverá nada, ni apaciguará la gravedad de los sucesos.
Que irían contra el presidente Trump hasta querer asesinarle obedecía a todas las posibilidades del odio y de la violencia perpetrados en su contra, lo que es algo todavía no acabado. Deja claro, eso sí, todavía más si se puede, quiénes son los criminales y de dónde provienen la inquina y la amenaza.
Barack Obama no tardó demasiado en postear en X que había que esperar a conocerse lo verdaderamente sucedido y que no había lugar en ese país para la violencia. ¿En serio? ¿Esperar a qué? ¿A ver correr más sangre? También es verdad que lo escribió él, alguien a quien le dieron un Nobel de la Paz a pocos meses de ser elegido presidente, y que acto seguido desató varias guerras, ordenó numerosos bombardeos, y no sirvió más que para lo que ha servido Joe Biden, para guerrear y ningunear a Estados Unidos…