Por Zoé Valdés/El Debate.
sta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos». Lo escribió José Martí, el más grande de todos los cubanos, el apóstol de los versos sencillos. Al ver a los jóvenes españoles esforzados por salvar a los valencianos de la terrible catástrofe de la riada, gota fría, DANA, o como quieran llamarle, he recordado con ternura esa frase.
Han sido más los momentos dolorosos, de pánico, de pérdidas; sin embargo, el esfuerzo de los españoles se ha multiplicado frente a la desgracia. Todos a una para salvar su tierra. Los jóvenes han hecho una gran obra desinteresada de humanidad, deberíamos destacarlo, ¿por qué tratar de encubrirlo?
No obstante, como en casi todo, estuvo presente la tenebrosidad, la envidia, el mal, tuvieron que aparecer los de siempre para lanzar paletadas de basura calumniosa sobre los que intentaban reparar daños con denuedo y coraje. No podía ser todo tan perfecto en un momento en que lo único que la gente anhelaba era que las cosas salieran lo mejor posible y lo más pronto que se pudiera.
Como ya conocerán ustedes, la izquierda no cesa jamás de «convertir el revés en victoria» para beneficio propio y de tal modo adjudicarse el triunfo; la frase citada en entrecomillado –oportunista donde las haya– es de Fidel Castro. Y, sí, es exactamente lo que están haciendo tras ignorar, despreciar, demorar, o sea, después de no hacer nada. Además de importunar, mentir, desviar, insultar; lo típico en cada una sus especialidades…
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