EDITO

ED. Jamenei, Qatar y la cobardía

Por Zoé Valdés/El Debate.

Se ha cumplido un año del progromo a manos de Hamás y de ciudadanos gazatíes también confabulados, perpretrado contra Israel. Un año de dolor, de mentiras con relación a Israel por parte de los medios propagandísticos pagados por los regímenes islamistas y proislamistas, y por esos dictadores. Un año sin gran parte de los rehenes devueltos, vivos o muertos. Un año sin Kfir y Ariel, los dos pequeños, también sin sus padres, y sin los inocentes de cualquier edad, de los que no se sabe nada. Pónganse por un momento en la piel de ellos, limpien su mente y hagan este ejercicio por un instante, sean ellos. ¿No hubieran querido y hasta exigido que a cualquier precio los líderes de su país actuaran? Es lo que ha hecho Benjamín Netanyahu, es lo que ha hecho el Tsahal. Es lo que ha hecho Israel. Se debiera agradecer.

Hay que ser muy cobarde, muy vendido, para reprocharle algo a estas alturas a Israel y a sus líderes, además de quedarse callado ante el discurso tan inquietante pronunciado por el ayatolá Ali Jameini, para quien el 7 de octubre no sólo fue «legítimo», además constituyó parte de su principal objetivo que no es otro que la desaparición de Israel. Cuando Ali Jameini afirma que «a Israel no le queda mucho tiempo» está queriendo decir que al mundo no le queda mucho tiempo, al mundo occidental tal como lo conocemos. Ese tipo de pronunciamiento en boca de alguien que hacía años no se pronunciaba resulta más que preocupante. Es inadmisible.

Sin embargo, la respuesta de los líderes occidentales es la de arrodillarse, entregarse con la justificación de buscar una paz errada, por una vía equivocada y timorata, indefinida. La sumisión no será nunca una buena respuesta, por cierto, islam significa sumisión. La paz solo llegará cuando Israel salga victorioso. Solo la victoria de Israel por encima de toda esta sinrazón salvará a la tierra, a los judíos, y salvará al mundo, trayendo de tal guisa la paz.

En cuanto a ciertos presidenticos que se arman de palabrejas baratuchas y se disfrazan con trajes de combate que les quedan demasiado holgados para dirigirse a Israel, les preguntaría, ¿por qué no se arman con lo mismo o con más para responderle a Ali Jameini? ¿Cuál es su miedo? Y, si así muestran mansedumbre y pavor, les tengo una información: no sirven como líderes de nada. Mejor lárguense de una buena vez, dejen el sitio a los que sean capaces de defendernos y de asegurar la pervivencia de Occidente…

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