Por René Gómez Manzano/ Diario Las Américas.
Una ley gala y las prácticas cubanas de hoy aconsejan que abordemos el tema de las llamadas “interrupciones del embarazo”.
Una ley constitucional de Francia, promulgada a principios del presente mes, modificó el artículo 34 de la actual carta magna de ese país. El nuevo precepto incorporado a la legislación positiva gala establece: “La Ley determina las condiciones en las que se ejerce la libertad garantizada a la mujer de hacer uso de la interrupción voluntaria del embarazo”. Con esa disposición, la prestigiosa nación europea adquiere el debatible privilegio de ser la única que asigna a tal norma una categoría supralegal.
Esta situación impulsó a Jeffrey Kihien a escribir un artículo de título bastante truculento que está disponible en PanamPost: “El retorno a la caverna”. Confieso que este texto fue el que me motivó a acometer la redacción del presente trabajo periodístico. El colega se remonta a fines del siglo XVIII, y rememora los sucesos contradictorios de la Gran Revolución Francesa: un proceso que, a contribuciones notables al desarrollo de la Humanidad, unió repudiables aportes al imperio del abuso y la arbitrariedad.
Kihien recuerda los notables excesos perpetrados durante aquel acontecimiento de indudable importancia histórica universal: rememora el uso macabro y habitual de la fatídica guillotina contra cualquiera que discrepase. También alude a la persecución implacable desatada contra quienes pretirieron la revolucionaria “Diosa Razón” y optaron por seguir creyendo y adorando al Dios de sus padres y abuelos.
Abordando de manera más directa la reforma constitucional recién aprobada, el periodista califica de “Herodes posmodernos” a los legisladores que, por abrumadora mayoría, aprobaron el cambio supralegal arriba mencionado. También ensalza a los pocos (apenas 72 de 925) que, según él plantea, al votar en contra, “no se dejaron presionar por la macabra ideología woke que está inoculando la civilización con el veneno que la llevará a su completa destrucción”.
Para un autor cubano resulta imposible abordar este tema sin pensar en las implicaciones que él tiene para la islita en que nació. ¿Qué podemos pensar y decir acerca de las realidades actuales del aborto en Cuba? En nuestro país, a diferencia de lo que acaba de suceder en Francia, el régimen castrocomunista no ha mostrado especial predilección por plasmar en los códigos vigentes normas relativas a ese importante tema. Los “revolucionarios del poder” han preferido confiarse en este terreno a la experiencia práctica.
Y en verdad ha habido, a lo largo de esta pesadilla (que, si la dejamos continuar, en unos meses cumplirá la friolera de dos tercios de siglo), motivos más que suficientes para cuestionar las realidades confrontadas en este campo. Aquí viene al caso citar un interesantísimo artículo publicado por la colega Camila Acosta en las páginas del prestigioso diario español ABC…
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