Sociedad

¿De qué se nos mueren los cubanos? Cuando la muerte se convierte en un síntoma político

Por cubanuestraeu.

Introducción: Cuando la muerte se convierte en un síntoma político

Cuba atraviesa en 2025 uno de los procesos de deterioro sanitario más profundos desde la instauración del sistema de salud pública moderna en la isla. El incremento sostenido de la mortalidad, visible en estadísticas oficiales fragmentadas y en testimonios cotidianos, no puede interpretarse únicamente como el resultado natural del envejecimiento o del aumento de enfermedades crónicas.

Lo que sucede en Cuba es cualitativamente distinto: la muerte se ha convertido en el indicador más claro del colapso estructural de las condiciones de vida y del debilitamiento del aparato estatal encargado de protegerlas.

Este ensayo se propone analizar críticamente las causas de ese aumento de mortalidad, integrando tres dimensiones analíticas que suelen abordarse por separado:
  1. los factores epidemiológicos tradicionales (enfermedades crónicas, envejecimiento, estilos de vida);
  2. los determinantes sociales y económicos (inseguridad alimentaria, pobreza estructural, migración interna y externa);
  3. los factores institucionales (debilitamiento del sistema sanitario, fallas en el control epidemiológico, falta de inversión).

El resultado es una visión panorámica, profunda y argumentada de por qué los cubanos mueren más —y por qué, en muchos casos, mueren de causas que son prevenibles o indirectamente provocadas por la incapacidad del Estado para sostener las bases materiales de la salud pública.


I. Envejecimiento acelerado: la base demográfica del riesgo

1. Un país donde la pirámide demográfica colapsa

Cuba posee una de las poblaciones más envejecidas del hemisferio, con aproximadamente una cuarta parte de sus habitantes mayores de 60 años. La combinación de baja natalidad, alta emigración y prolongación de la esperanza de vida configuró un escenario donde la carga de enfermedades crónicas es inevitablemente elevada.

Este fenómeno, en un país con una infraestructura sólida, sería un reto manejable.
Pero en un país donde el sistema sanitario está en crisis, el envejecimiento se convierte en un multiplicador del riesgo de muerte.

2. Enfermedades cardiovasculares: la primera causa, agravada por el abandono

Desde hace más de cincuenta años, las enfermedades cardiovasculares encabezan la mortalidad en Cuba. Las cifras muestran:

  • aumento de la hipertensión arterial,
  • mayor prevalencia de diabetes,
  • incremento del tabaquismo en jóvenes y adultos,
  • sedentarismo generalizado por la crisis del transporte,
  • dietas ricas en carbohidratos baratos y grasas.

Sin tratamiento continuo —y con medicinas intermitentes o inaccesibles— estas enfermedades progresan hasta estadios fatales.

3. Muerte súbita: el síntoma de un riesgo ignorado

La muerte súbita cardiovascular, que representa cerca del 9–12% de las muertes naturales, ha crecido de forma alarmante. Las causas son múltiples:
  • cardiopatía isquémica no tratada,
  • hipertrofia por hipertensión descontrolada,
  • arritmias no diagnosticadas,
  • falta de servicios de emergencia funcionales.

La mejoría en el registro ha visibilizado el problema, pero también ha revelado su crecimiento real. Cada fallecimiento súbito es, en el fondo, un fracaso del sistema de prevención.


II. El sistema sanitario en declive: la infraestructura que se desmorona

1. Hospitales sin recursos: la ruina material del sistema

Durante décadas, el discurso oficial sostuvo que la salud era el mayor logro social de Cuba. En 2025, ese logro está erosionado por:

  • fallas eléctricas que paralizan equipos vitales,
  • laboratorios sin reactivos durante meses,
  • quirófanos sin condiciones de esterilidad,
  • salas de terapia intensiva sin ventiladores suficientes,
  • falta de ambulancias y combustible para operarlas.

La infraestructura no se deteriora en abstracto: su deterioro se traduce en muertes que antes podían evitarse…

 

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