Por Andreas Knobloch.
Por¡Vamos a salir de aquí! Los que pueden están vendiendo sus pertenencias y saliendo del país.
Cinta amarilla bloquea la acera frente a la Embajada de Panamá en La Habana. En el pequeño parque frente a la misión diplomática esperan varias docenas de solicitantes, vigilados por casi la misma cantidad de policías. Cada 20 metros hay un uniformado.
El motivo de la fiebre está en Panamá. A principios de marzo, el gobierno de ese país introdujo, sin previo aviso, una visa de tránsito para los ciudadanos cubanos que antes habían viajado muchas veces a Nicaragua vía Panamá para llegar desde allí a Estados Unidos. Luego de que Nicaragua levantara el requisito de visa para los cubanos en noviembre de 2021, esta ruta se volvió muy atractiva. Apenas se anunció el nuevo requisito de visa para Panamá, cientos de personas se congregaron frente a la embajada, muchas con documentos en la mano, y corearon: «¡Queremos viajar!». La policía cubana acordonó una amplia zona y desde entonces ha tenido una fuerte presencia.
Para las personas que habían vendido sus pertenencias para emigrar, el camino se cerró repentinamente. Esto condujo a la frustración y la agitación social, ambas intencionadas, dice la acusación. Mientras tanto, República Dominicana también ha introducido visas de tránsito para cubanos.
Lianet Rodríguez (nombre cambiado) aún podía viajar a Managua vía Santo Domingo sin visa. “El vuelo me costó $4.200”, dice. “Mientras tanto, los boletos ahora cuestan alrededor de $ 6,000”. Desde Managua hasta la frontera con EE. UU., serían otros $7,500 por persona, dice Rodríguez, “más el dinero para los policías si te detienen”.
Todo se arregla de antemano con los contrabandistas. «Si no tienes contactos, no vas de viaje». Un viaje con muchos momentos de terror, como relata la joven. Por ejemplo, dijo, ella y otras 80 personas se sentaron en la parte trasera de un camión que avanzaba a gran velocidad por estrechos caminos de montaña, siempre tratando de evitar a la policía y las bandas criminales…
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