Por Julio César Soler Baró.
No sé cuál es la fama de buenotas y buenahoja, hay una pila de cubanas y de cubanos que están en candela.
Tanques de grasa y malgusto viviendo del cuento de escasos especímenes.
Y no, yo no estoy comparando a «la mujer cubana» o «al hombre cubano» con la mujer o el hombre de ninguna otra nacionalidad en específico sino viéndoles como una o uno más entre tantas otras y otros en el mundo. Tampoco estoy hablando de extras de consumo ni políticas de acceso al desarrollo sino de eso que dicen, y se ha vuelto como que un sello comercial, de que las cubanas y los cubanos son las más ricotas, ricotes y calentonas, calentones en la cama: lo cual es tremendo tupe…
Cuba está llena de canillúas y canillúos cuerpos de taquillas, cuerpos de embudos, desculadas, fusiformes, anticuerpos, ampollas, mala hojas además. Cosa que no tiene nada que ver con jabón ni maquillaje sino con genética, para andar vendiendo como se vende a «la cubana» y «al cubano» como la/el más bella y bello de abrumadora sensualidad, porque eso es mentira. Si partimos, por supuesto de la belleza helénica como punto de referencia y concepto Descarteano de Existencia.
Y es que ahora hablé de belleza corporal y sexu/sensualidad pero «El Cubano» por lo general se cree y promueve a sí mismo como el más mejor en todo, incluso como el más menos estúpido y esto crea la presión nociva de grupo que hace que muchos, calladitos para así verse más bonitos, sufren el no cumplir con los supuestos requisitos de ser el más, la más rica, el más macho, la menos estúpida etc etc… La gente describe una Cuba de calentonas, valientes y riconas que no existe ni existió jamás.
#JullArts
Julio César Soler Baró, poeta, pintor y antropólogo cubano exiliado en Suecia. Oluwo Otura-Nico.
Foto Sarah Richter Art – Pixabay
😂😂😂😂
Dale
Pichulos… anchos de espalda y estrechos de cul….. 😂😂😂😂😂😂😂