Por Philippe Bilger/Causeur.
Dolly Parton, reina de la música country y el sentido común, dijo «no, gracias» a una estatua en Nashville, prefiriendo dejar los pedestales a otros mientras el mundo siga su curso… Con su legendario humor, parece pedir a sus admiradores y políticos estadounidenses que esperen un poco más, ¡al menos hasta que pase de los escenarios a la eternidad!
La Dolly a la que dedico esta entrada no es la del famoso musical, sino Dolly Parton, la reina indiscutible del country, un ídolo estadounidense adorado por todo el país. A sus 79 años, su carrera, sus éxitos, sus inmensos logros, su personalidad —talentosa, unificadora y única— la han convertido en una figura consensuada. Como un mito que todos adoptan. Sin embargo, lo que podríamos haber temido no sucedió. Escapó del vértigo de la fama, de los delirios de grandeza.
Una mujer genuina y modesta
Si quería escribir esta entrada, no era solo para elogiarla como se merece, sino porque recientemente tuvo una actitud y unos comentarios que, más allá de su situación personal, dan que pensar y podrían servir de ejemplo para aquellos hombres y mujeres que, proyectados bajo una luz brillante, se emborrachan y pierden el sentido común…
Pulse aquí para continuar leyendo en la fuente.
Y lo seguirá siendo más allá de la eternidad.
