EDITO

Carta de La Tembona y Vieja Cuba a Biden y a Castro II

Imagen Mohamed Hassan

Por Zoé Valdés.

Ambos Ilégitimos y fraudulentos, además de asesinos (al menos uno de manera drecta):

He podido leer una Carta que se han auto dirigido ustedes mismos usando a alguien que bajo la firma de La Bisoña Cuba se manda los anónimos más espeluznantes e insospechables que haya parido bestia, y que ustedes necesitan para seguir estropeando y esquilmando mi país y ahora además Estados Unidos.

Cada vez que leo eso de ‘Joven’, con mayúscula y cual título nobiliario, por parte de un cubano o cagonio, no sólo me da dentera, además puedo adivinar con los ojos cerrados que se trata de uno de estos infantiloides semi intelectuales que, pese a pasar la cuarentena o la cincuentena y en algunos casos hasta la sesentera, continúa autodenominándose ‘Joven’, sea porque no ha podido iniciar siquiera la ‘magnísima’ obra soñada que hubiera deseado, ni lo hará jamás, sea porque tiene agarradas las neuronas con ganchitos de pelo oxidados.

El hecho es que auto escribirse desde La Niñata Cuba, no sólo divide y fragmenta una vez más a Cuba en un sistema generacional de caprichos y ñoñerías, la funde, la impotencia, y la implosiona.

Generación: palabreja que institucionalizó ese grupito intermedio mal alimentado y peor leído, que yo he dado en llamar La Generación del Retaco, y que no acaba de crecer porque siguieron la orden del Gabo: “si creces te doy pau pau y le digo a Carmen Balcells que no te publique ni una letrucha”…

Además, sitúa a las viejas y medianas generaciones en un Nomandland’s sin ningún tipo de derechos, y por el contrario, a la otra que gatea, en el supremo territorio de los sin deberes y del choteo y la infamia perennes.

Justamente aparta a las generaciones que más hicieron por la libertad de Cuba, que respetaron sus símbolos y su historia, que dieron la vida en numerosos casos por esa isla, y que gastaron tiempo y existencia propios y de sus familiares para dejarles algo que valiera la pena, de lo que también se beneficia esta especie de energúmenos que hoy, en lugar de nombrarlos como lo que ustedes dos son, tiranos e ilegítimos, les doran la píldora con tal de congraciarse y ver qué puede caerles de morralla en la alforja oportunista de las prebendas y de tal modo asegurar vuestra maldita herencia y a vuestros corruptos y vagos herederos.

¡Y pensar que Cuba era aquella isla sembrada de vergüenza, de un verdor resplandeciente, y se la jamaron los chivatos y los sesos huecos!

El caso es que: espero que lean esta carta, como contra carta a la que ustedes se auto postearon La Monga Cuba mediante, para que se enteren de una vez que todavía quedamos algunos cuantos que no entramos por el aro, que no participamos ni andamos en rebaños, que despreciamos profundamente la doble moral y que no nos apuntaremos ni de juego a la claudicación servil de las masas.

Sepan ambos, que esa carta no se la traga más nadie ya, salvo cuatro pelagatos; que esa cartica miserable equivale a aquellas preguntitas que le prepararon a Yoani Sánchez para que le hiciera teatral e inmoralmente a Obama y luego a Raúl. La misma hediondez entreguista y cobarde. Sepan que nunca un país ha estado más vencido que cuando dos vejestorios necesitan como ahora de estos esperpentos de esa Cuba que se babea y gorgotea, que ni alzarse sobre la edad ha sabido, con tal de componer la engañifa y la truculencia.

No sé cuántas cartas de bufones ‘artivistas’ y de chochetes jóvenes han salido publicadas ya, todas después de la Carta de los Sacerdotes, la única con diferencia valiosa a mi juicio. Pobretas misivas pretendidamente silenciadoras de esa Carta y de otras, las que se multiplicarán con la intención de acabar de destapar la trampa y desenmascarar la mentira que están ustedes urdiendo desde que creyeron que el último presidente de Estados Unidos, el que fue votado honestamente, iba a terminar sus días en una mazmorra, cuando los que deben podrirse en una celda maloliente y húmeda e incluso en una tumba sin fondo debieran ser ustedes y vuestro asqueroso e indecente séquito de imberbes cagonios.

Dejen las carticas p’al parque, que esa farsa no se lo cree ni Lina ni Catherina Eugenia, vuestras progenitoras.

En cuanto a La Joveneta Cagonia y compañía, pongan la dentadura postiza dentro del vaso con agua bomba, revisen y engrasen los bastones y andadores para que les funcionen todavía, y no se extremen con el performance callejero ni bailoteando reguetón conceptual que se les puede partir una vértebra, aunque no estoy segura que hayan nacido vertebrados. Descerebrados seguramente que sí.

Viva Cuba Libre de zagales mediocres e imbéciles, y de traidores esclavizados amantes de las cadenas.

 

Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y Directora General de ZoePost.

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2 Comments

  1. Pingback: Carta de La Tembona y Vieja Cuba a Biden y a Castro II – – Zoé Valdés

  2. Félix Antonio Rojas G

    Grandioso ¡¡¡…

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