Por Alfonso Ussía/El Debate.
Greta Thunberg es uno de mis ídolos. Me fascinan su naturalidad, su simpatía y su coherencia. Es una mujer muy cultivada. No recuerdo quién fue el que escribió que, cuando le decían que una persona estaba muy cultivada, se la figuraba con zanahorias, pimientos, tomates y lechugas brotando de sus orejas. Gretita es la prueba irrefutable de la estupidez que predomina en el mundo de hoy. Ha sido invitada a foros climáticos y ecológicos con jefes de Estado y primeros ministros de anfitriones. No me atrevo a asegurarlo, pero creo recordar que fue recibida por Su Santidad el Papa Francisco en la Santa Sede. Los mayores beneficiarios de la actividad de Greta no han sido los bosques, los mares, las selvas y el agujero en la capa de ozono, sino sus padres, que han montado un descomunal negocio en torno a las cínicas tonterías climáticas de su hija, gran derrochadora de queroseno. Pero en este mundo, también los tontos se cansan de serlo, y la cotización de Gretita había experimentado un notable descenso…
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Greta Thunberg pide que se usen aviones a pilas, misiles biodegradables, granadas veganas y que los tanques no pasen por jardines y granjas, ¿cómo te quedas?👇😉😇pic.twitter.com/xktPgogqyf
— 𝗔𝗻𝗮 𝗧𝗲𝗺á𝘁𝗶𝗰𝗮 (@anatematica_) October 30, 2023
Leí el articulo completo, y es excelente, los progres creen q la existencia es un tour donde siempre se marcha al destino turístico, y no, hay leyenda de por medio, hay tres leyes de Keppler, una ley de Newton y la ecuación de Einstein.
Pal cara’jo. No he parado de reirme con las ocurrencias de Grettica, jajajajaja.
Lo que hace falta es un cohete biodegradable y meterla adentro y enviarla a las Pléyades ONE WAY SIN RETORNO.