Al observar en la Televisión Castrista El Acto por 65 Aniversario del Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre China y Cuba los nacidos en esta Isla, que poseen 45 años o más, se sonrojan ante el cinismo y la hipocresía hacia la República Popular China por la Junta Militar NeoRaulista que hoy desgobierna en la Isla. Otros se ríen a carcajadas, debido al comportamiento adulador del Alto Mando de la Revolución Socialista Cubana en el poder, que sólo está intentando utilizar a los comunistas chinos como despensa post soviética.
Todo se debió, a que durante las décadas de los años 1960, 1970 y 1980, la también conocida como China Comunista y todos sus dirigentes de ese enorme país, simplemente para El Castrismo eran unos despreciables “revisionistas ideológicos” a la Filosofía Marxista-Leninista. Pues la interpretación de las teorías de Karl Marx, Frederick Engels y Vladimir Lenin eran vistas de distintas maneras por los ideólogos marxistas en Moscú respecto a los de Pekín.
Se hace muy importante que se conozca, que en las sociedades donde pretendieron implementar en ellas al Marxismo-Leninismo se dividieron, donde una de las Romas era en Moscú, que en aquel tiempo era la capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), mientras que la otra Roma Marxista-Leninista estaba en Pekín, cual capital de la República Popular China. De la referida participación, donde más países socialistas permanecían unidos alrededor de Moscú y sólo respaldaban China Comunista los partidos únicos de Albania, Kampuchea, Rumania y Yugoslavia.
Frente a ese pulseo entre Moscú versus Pekín el líder y Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz determinó, que era necesario acercarse a la Unión Soviética y rechazar la visión Marxista-Leninista que proponía El Partido Comunista de China (PCCh). Porque en aquellas circunstancias geopolíticas las riquezas para “regalar” al Castrismo por Moscú eran mucho mayores, que los pocos recursos que pudieran donarles los comunistas chinos encabezados por el sanguinario líder Mao Ze Dung.
Porque entre los principales líderes políticos de la Revolución Socialista Cubana quien único era un público partidario de Pekín, siempre fue Ernesto “Che” Guevara de la Serna. Quien en el acto político por el segundo aniversario de la Revolución Argelina, en 1964, se atrevió a denunciar ante el Ministro de Relaciones Exteriores soviético Andrei Gromiko, y afirmar que para él existían 2 imperios opresores en el mundo: uno en Washington y otro en Moscú.
Después de eso, Gromiko y la delegación soviética se retiraron ofendidos del acto y Moscú le exigió a Fidel Castro, que si deseaba continuar recibiendo las cuantiosas ayudas de la Unión Soviética y otros países del Bloque Socialista de Europa Oriental, El Che Guevara tenía que ser sacado del liderazgo del Partido Comunista de Cuba (PCC). Algo que Fidel Castro Ruz hizo de inmediato, por lo que lo enviaron para El Congo Belga, a ver si caía en combate, aunque se salvó en esa ocasión, después cayó en Bolivia, pues por Che Guevara ser pro-chino ya no cabía en Cuba.
Otro enfrentamiento conocido entre la Revolución Socialista China y la Revolución Socialista Cubana vino dado, porque oficiales del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) destacados en Argelia, como parte de una brigada de tanques y artillería en “La Guerra de las Arenas” encabezada por Comandante José Ramón Machado Ventura, apoyaron El Golpe de Estado al presidente de la Revolución Argelina Ahmed Ben Bella en 1965, quien era un abierto seguidor del Marxismo-Leninismo Chino y colocaron a Houari Boumedien, quien seguía al Socialismo de Moscú y visitó a la capital soviética antes y después de tomar el poder.

El clímax de la denigración de la Revolución Socialista Cubana contra la Revolución Socialista China sucedió ante toda la ciudadanía nacional, cuando en 1979, el mismísimo Fidel Castro Ruz durante uno de sus largos discursos atacó la Política Internacional de la China Comunista, con la frase: “…antes que se distorsione al Marxismo-Leninismo por China, primero se unirá el cielo con el mar y nacerá un ave…”. Lo que trajo la retirada en el medio de la oratoria de Fidel del Embajador de la República Popular China y poco después la llamada a consultas de ambos Embajadores, respectivamente.
También las críticas a la República Popular China de parte de la Revolución Socialista Cubana se pudo ver en público, durante las varias ocasiones en que existieron enfrentamientos bélicos territoriales en la China Comunista y la República Socialista de Viet Nam o por el apoyo de China Comunista a las masacres de Pol Pot en Kampuchea. En esas guerras fronterizas el Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el diario Granma, no se guardó ningún tipo de ofensa contra los líderes comunistas chinos y las arbitrariedades políticas que se ejecutaban en ese país.
Tras el derrumbe y desintegración de la Unión Soviética en el año 1991, la Junta Militar Castrista se quedó abandonada geopolíticamente, por lo que de un modo oportunista y cínico comenzó a acercarse y adular a la antes denigrada y rechazada Revolución Socialista China, como una manera práctica de sustituir las ayudas económicas, políticas y militares de la URSS. Un objetivo del Castrismo que no se han alcanzado del todo, pues ya que a la China Comunista y a la Cuba Castrista las separan muchas circunstancias y personalidades, además en los asuntos económicos los chinos comunistas se conducen como capitalistas. Por eso a la Junta Militar Castrista ahora le conviene olvidar las “traiciones” de la China Comunista.















