Por Carlos Carballido.
Quizás con una demora de mes y medio, la caída de la economía de EE.UU. que anticipamos en ZoePost, ha llegado al panorama nacional debido a la errática política que está aplicando la administración de Joe Biden.
Si bien la Pandemia ha sido un lastre, la economía norteamericana muestra un debilitamiento acelerado en los últimos 7 meses mientras que el nivel de la inflación subió un 5.4 por ciento en relación con el año anterior pese a que el país estaba en recesión debido al Covid-19.
Aunque los salarios mínimos han subido un 4 por ciento debido a las políticas de aumentos impulsadas por gobiernos demócratas, la realidad es que el salario real ha caído estrepitosamente debido a la carestía del nivel de vida y artículos de primera necesidad durante el último trimestre de este año. Estos efectos inflacionarios han terminado por ahogar los virtuales incrementos de las mensualidades a los trabajadores.
Por otro lado y de acuerdo con American Automobile Association los precios de la gasolina se dispararon a partir del 4 de Julio, llegando a duplicarse este mes de agosto en Estados de las costas este y oeste (hasta un 50%). El efecto inmediato ha sido que empresas como Coca Cola, General Mills, industrias del cemento, carbón, combustibles, acero y madera, anunciaron un inevitable aumento del precio de sus productos en el próximo semestre sin que se pueda calcular qué ocurrirá en cuanto a costos a partir del 2022.
Lo que ha ocurrido en EEUU es un fenómeno de retraso de crisis debido a la gestión heredada del anterior gobierno de Donald Trump por la reducción de impuestos pero, debido a la actual administración que ha elevado el gasto a niveles elevadísimos, el supuesto crecimiento del PIB nominal anunciado a bombos y platillos en realidad han sido ganancias fantasmas originadas por el primer estadío inflacionario en el país.
Para colmo de males, el Senado aprobó recientemente 3.5 mil millones de dólares para una supuesta expansión del bienestar público además de 5 mil millones para abastecer de dinero a la Banca Federal y casi 2 mil millones más para aliviar los «estragos» del Covid. Varios economistas advirtieron que esta nueva erogación de dinero es totalmente imprudente porque llevará la inflación a lo que los especialistas llaman nivel hiperinflacionario de tal magnitud que podría conducir a un colapso Nacional.
Durante la administración de Trump un total de 6,6 millones de americanos pudieron abandonar el estado de pobreza pero a medida que la inflación gana terreno ascendente, se calcula que una cifra algo mayor volverá a caer por debajo de los umbrales a final de este 2021.
¿Que podemos esperar? Un milagro tal vez
Los hechos indican que al haberse emitido demasiado dinero sin respaldo productivo en bienes o servicios y aprobar un presupuesto que incrementará esa impresión de monedas lo primero que generará será una demanda agregada que dará paso a una devaluación estrepitosa del dólar y de la estabilidad financiera.
En segundo lugar, lo que se evidenciará en la sociedad es una pérdida del incentivo de trabajo porque al reducirse la oferta y aumentar el precio, los empresarios se verán obligados a recortar personal, salarios y tiempo extra lo cual enviará a muchos trabajadores al subsidio público que será mejor que ir a trabajar por un dinero que no rinde en sus hogares.
Por último, los efectos hiperinflacionarios que están al doblar de la esquina obligará a la Reserva Federal a seguir imprimiendo monedas para poder monetizar la Banca provocando que esa inyección abrumadora de dólares en la economía doméstica persiga la misma cantidad de bienes y servicios existentes para generar al final una devaluación de la moneda.
Los efectos de este panorama económico adverso ya se sienten. Ir al mercado es una tarea difícil porque con la misma cantidad de dinero de hace un año se compran ahora casi un 10 por ciento menos de productos. El costo de la gasolina ha provocado que en un mes haya que pagar entre 100 a 150 dólares más para llenar el tanque.
La inflación es ya una realidad en EEUU. Lo que viene es difícil de prever pero con toda seguridad será económicamente nada agradable.
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de ZoePost.
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