Por Javier negre/EDATV.
Cuarenta grados a la sombra en un precioso pueblo del sur de España. El calor aprieta y no hay ni un alma en las calles empedradas calles de este municipio de bellas casas blancas custodiadas por iglesias barrocas. En una humilde morada nos aguarda una mujer transexual que se hace llamar entre sus clientes Lili Cristal. Nos pide que subamos a la parte de arriba de la casa. Pasamos por el salón donde se encuentra una señora octogenaria de la casa viendo Sálvame en una de sus últimas ediciones a todo volumen. “Es que está medio sorda”, aclara la mujer ecuatoriana. Llegamos a su cuarto con paredes comidas por la humedad y un rosario cuelga de la mesilla de noche donde los productos de higiene personal ocupan toda su superficie. Ellas nos mira y nos pregunta. “¿Cómo me habéis localizado?”, nos pregunta intrigada. “Después de cuatro años de investigación”, contestamos. Es la pura verdad. Cuatro años buscando a la mujer que conoce todos los secretos de la familia de Begoña Gómez. Sin contar con sus siniestros episodios aún por aclarar en Marruecos que provocaron un cambio de postura oficial de España sobre el Sáhara cuando los servicios de inteligencia marroquíes accedieron al teléfono de su marido, el presidente Pedro Sánchez y al de ella. Los episodios que explican las últimas cesiones de nuestro país al reino alauí. Algunas millonarias.
Pero lo que conoce Lili Cristal no son los asuntos diplomáticos, sino los secretos más turbios de la familia Gómez: la red de saunas gays y prostíbulos regentadas por el padre de Begoña, Sabiniano Gómez, y el resto de sus hermanos procedentes del municipio conquense de Huete. Los negocios oscuros que hicieron a esta familia humilde en millonaria. Los negocios de los que los grandes medios de este país han preferido no hablar a cambio de importantes sumas de dinero en forma de publicidad institucional del Gobierno. Los fantamas del pasado de Sánchez que ahora le resucitan en forma de testimonio de mujer con voz de hombre. Un testimonio difícil de encontrar pues cambió de teléfono y dejó la salvaje noche de Madrid donde era la madame de Castellana 180, prostíbulo estrella de la ‘cadena’ de Sabiniano, por la vida tranquila de un pueblo donde ella misma gestiona sus clientes. A este municipio marchó para trabajar en un club de alterne de carretera, que se hizo de oro en plena pandemia, tras la decadencia de los negocios sexuales de Sabiniano Gómez que coincidieron cuando su yerno Pedro Sánchez decidió lanzarse a la secretaría general del PSOE y convertirse en jefe de la oposición al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Cuentan en su entorno que fue entonces cuando el presidente le pidió a su mujer que se desvinculase directamente de una red de negocios donde, según los distintos testimonios, “era la contable”. Y Sabiniano dejó de ir por los locales, aunque hablan que siguió controlando desde la sombra prácticamente hasta que Sánchez pisó la moqueta de La Moncloa.
Begoña Gómez, “la contable”
La Madame Lili Cristal, que comenzó siendo una prostituta sin responsabilidad en Castellana 180 (joya de la corona del imperio de clubes sexuales de la familia Gómez) tras empezar en un guateque del barrio obrero de Carabanchel. Su condición transexual, su capacidad de trabajo y su lealtad a la empresa le convirtió en una persona clave del negocio y al poco tiempo ascendió al papel de encargada, de Madame. Y reconoce a EDATV.news que si coincidió con “la contable” Begoña Gómez, aunque sin saber quién era su marido. “Ella llevaba la contalidad de todos los locales, aunque no coincidía con ella. Sí la vi tres o cuatro veces allí”, explica esta mujer que desgrana el sistema de pagos en sobres en B de la familia Gómez que cobraban al cliente en la caja antes de iniciar sus relaciones sexuales y que al día siguiente repartía con las chicas. Begoña iba, según su testimomio, cuando apenas había clientes por la mañana a hacer la caja. La caja en B pues, según su testimonio y otros consultados, solo se declaraban algunas consumiciones facturadas en la barra…