Por Sonia Yáñez Calvo.
La memoria de las sirenas, de José Antonio Molina, es un volumen que recoge artículos que ya surgieron como colaboraciones en Zenda y en La opinión de Murcia.
Para explicar el propósito de La memoria de las sirenas el autor recurre a una afirmación de Isócrates: «hay que considerar que el escritor más agradable es aquel que sea capaz de reunir el mayor número de pensamientos, dispersos en las mentes de los demás y expresarlos con la mayor belleza posible.»
Es verdad que los artículos van de un tema a otro aparentemente sin conexión entre ellos, pero los une la literatura en su faceta más iniciática. A través de los personajes de las obras literarias que evoca, el autor reflexiona sobre el alma humana con elegancia y belleza. Esos personajes míticos son tan humanos como nosotros, son un espejo en el que mirarnos y reconocer nuestra alma.
En este particular itinerario las sirenas nos llevan a la historia que nos cuenta Julio Verne del ingeniero Robur, que retratado como si fuese el mismo jinete del apocalipsis, nos advierte de lo que aguarda a la humanidad, que está sacrificando nuestra razón humana a cambio de una razón técnica; recordamos al padre de Marina Tsvetáieva a través de sus ojos, una historia de añoranza con la misión de seguir el legado de su padre construyendo un museo, un templo de conocimiento y belleza; con el suicidio de Mariano José de Larra, la muerte es interpretada como un acto heroico de libertad, como la última rúbrica de un creador agotado por la vida; todos conocemos el diario de Ana Frank, pero no tanto el diario de Rywka Lipszyc, una niña judía de apenas quince años llevada a Auschwitz de la que no conserva fotografía alguna; nos reencontramos con Edmond Dantès, quién hace el viaje a los infiernos, a las profundidades de la muerte y resucita convertido en ángel vengador; viajaremos a La isla Mágica de Haití, de donde proceden los primeros testimonios modernos de zombies; no podía faltar en esta guía la Dorotea de Emilia Pardo Bazán, que cuenta la historia de una joven esposa y madre, equivocadamente dada por muerta, cuyo esposo e hijos no reciben como deberían, pues vuelve de donde no se vuelve. Como broche final la marquesa Émile du Châtelet tiene la literatura como su único placer y su tabla de salvación contra la ignorancia y las desigualdades.
Esta guía particular nos lleva por senderos de cultura, que no solo nos ayudan a conocernos a nosotros mismos, sino que nos descubre la literatura como la mejor arma para luchar contra la ignorancia y la desigualdad. Estas sirenas también nos advierten de cuál será nuestra condena si seguimos por ciertos caminos.
Los lectores nos podemos dejar llevar por la memoria de estas sirenas sin riesgo de perdernos, pues son faros en la oscuridad.
José Antonio Molina
(Murcia, 1972). Profesor de Historia Antigua y Decano de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia. Ha impartido docencia como profesor visitante en la Universidad de Eichstätt y en la Universidad de Varsovia y Lublin.
Como historiador trabaja en los campos de mentalidad, cultura y antropología de la Antigüedad Tardía e historiografía alemana del S.XIX. Ha participado en revistas especializadas como Antigüedad y Cristianismo y Revista Murciana de Antropología. Traductor de figuras de referencia en la historiografía alemana, como H. Hunger, F. Gregorovius para la editorial Herder, entre otros, es autor de los libros Los Celtas (Edimat, 2006) y El imperio huno de Atila (Síntesis, 2022). En el campo de la literatura ha traducido del poeta alemán H.Heine, Los espíritus elementales (Ediciones Irreverentes, 2014), y ha colaborado en la edición y traducción de la obra de Eugeniusz Malaczewski, Caballo en el monte (Encuentro, 2012). Colabora asiduamente en el diario La Opinión de Murcia y en Onda Regional de Murcia, así como en otros medios de comunicación.
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Sonia Yáñez Calvo es bloguera y escritora.