Por El Debate/RZ.
Resulta necesario recordar la existencia de mujeres que hicieron del hecho de ser mujer una forma exitosa de vivir su vida y no una forma de ganarse la vida.
En unos días en que el
falso feminismo y la cultura woke hacen estragos en el mundo occidental resulta necesario recordar la existencia de mujeres que hicieron del hecho de ser mujer una forma exitosa de vivir su vida y no una forma de ganarse la vida.
Desde adolescente he estado fascinado por
Marlene Dietrich. Sus rasgos singulares ejercieron sobre mí la misma fascinación que tenía la serpiente Kaa del
Libro de la Selva sobre Mowgli. Su atractivo como cantante hizo que su voz tan singular cantando un éxito como la antibelicista
Lili Marleen o ya, en plena madurez, pero sin perder su encanto seductor, interpretando
Sag mir wo die Blumen sind me siguiese fascinando.
La ‘femme fatale’ del cine
Marie Magdalene Dietrich, Marlene Dietrich, nació a comienzos del siglo XX en Berlín (27 de diciembre de 1901).
Para el American Film Institute es una de las mejores diez estrellas de cine de todos los tiempos. Marlene saltó a la fama en 1930 cuando el director Josef von Sternberg la eligió para el papel de Lola, una cabaretera que lleva a la perdición a un profesor. En 1933 su película
El ángel azul fue prohibido en Alemania por el régimen nazi.
Le hicieron tentadoras ofertas para volver a trabajar en Alemania y convertirse en una de las principales estrella del Reich
Sternberg viajó a la meca del cine, a Hollywood, y se llevó con él a Marlene donde tuvo que aprender inglés y refinar su apariencia. La Dietrich adelgazó 15 kilos, se depiló las cejas a lo Greta Garbo y se extrajo las muelas del juicio para tener un óvalo facial más anguloso. En Estados Unidos pronto entró en la galaxia de las grandes estrellas de la Paramount. Su primer filme en Estados Unidos fue Marruecos (1930), dirigido Sternberg, formando pareja con Gary Cooper, entonces el principal galán de la productora. Esta película supuso un cierto escándalo por causa de una escena en la que Marlene, vestida de frac, besaba en la boca a una espectadora. Por este papel recibió su única nominación al Óscar y se ganó la fama de femme fatale que la acompañaría toda su vida…
Magnifico articulo Zoe, me encanta.