Por Rafael Zamora.
Nunca había sido hasta ahora tan eminente y comprometida su faceta de orfebre, de mago en acometer sonidos en armonía con un rico mundo donde hilvanar su cancionero, histórico pero aún poco conocido, dónde va pagando su deuda con la sociedad (quién es en realidad la deudora), con más presencia de esa, de ésta, la obra de Mike Porcel. Si bien es cierto que su juicio de autor le convidó y conminó a elegir muchas de sus canciones más presentes en la memoria colectiva de su generación para tomar parte Intacta y Personal de su presencia espiritual y por fin corpórea, también es cierto que sus creaciones que todavía permanecen en la sombra, resplandecen. Y es que Mike no fue el producto de un momento ni de una mente afiebrada que soltara chispas de punzante brillantez de marketing. Eso es lo que presenciamos en este momento afortunado de reencuentro, de Déjà Vu con la obra de Mike Porcel.
Dieciséis canciones que abren con un sorprendente Abril 13, tributo al mismo Mike Porcel, a su vida y obra al celebrar su onomástico. Sorprendente porque muchas de las vivencias del autor han incidido en su manera lúgubre de pensador, poeta y autor, afortunadamente sin prescindir de su belleza como estandarte, y contraponiendo a entregas como «La muerte viaja a nuestra izquierda» «Si me muero mañana», la nostalgia de «Si te vuelvo a encontrar», la dolorosa «Y tú, al otro lado del mar», o la misma hermosa «Ella es agua que fluye», es capaz de darnos este merecido homenaje y celebración.
Las mejores canciones, podrían ser casi todas, el barroquismo y gracia clásica de la melodía de Anabel en… el interludio para pasar de La muerte viaja… a Si me muero mañana, el quehacer y vuelo melódico de Madre, mis grandes favoritas Romanza del vanidoso, y Sobre el camino (una de las para mí completamente inéditas), el encantador júbilo de Reto de la libertad (otra de las para mí inéditas), otra favorita Y tú, al otro lado del mar, la nostálgica Y cómo pude serte infiel con la mirada. Tampoco se quedan atrás la interesante e inédita (al menos para mí) Vencidos y vencedores, o el tributo al buen Miguel (primo del Don Carlos de Mike, ambos probablemente inspirados en el Tío Alberto de Serrat).