Por Carlos Carballido.
En ‘Indagación del Choteo’, Jorge Mañach se preguntaba al analizar la psicología del cubano ¿Qué método nos permitiría penetrar con alguna certidumbre en una vivencia psíquica y social tan evasiva, tan multiforme y tan poco concreta…? El choteo es, pues, una actitud erigida en hábito, y esta habitualidad es su característica más importante.
Ha pasado casi un siglo y esa tipificación, digamos mental, del cubano ha sufrido la peor de las metamorfosis: La idiotez extrema más allá de no tomarse las cosas en serio o la de reírse de sus propias desgracias.
Con el auge de las redes sociales y el cambio paradigmático de la importancia de la cultura y la preparación política como premisas que identificaban a los líderes de opinión, en el tema Cuba hoy solo podemos ver un deterioro casi extremo de la moral de un sin número de personajes que han utilizado la causa de la libertad como fuente bien de enriquecimiento, protagonismo público o como manera fatua de erigirse líderes de una comunidad exiliada.
El resultado es patético y de un reduccionismo atroz hacia la unificación de objetivos políticos en la arena internacional que pudieran sacar a la Tiranía que gobierna Cuba. Al final de cada “performance” mediático, sustentado en el manido y pedestre recurso de la guerrita en las redes sociales , todo se reduce a que no importa si es un brete, una canción patriótica, un barco de latas que desaparece, un parón, una caravana de carros en el caos vial que es Miami o un “tira tira” entre influencers. Lo que importa es el atesoramiento de likes en las diferentes redes sociales que permiten el financiamiento de patrocinadores y seguidores, aún si viven en efficiencies dónde los espacios limitados permite ver desde la cama cuánto café ha colado la cafetera. La idiotez del follower pasa entonces de una calificación humana para una nacionalidad, a una fuente de ingresos de estas Divas de la internet que por estos días están en discrepancias unas y otras .
Estos líderes mediáticos, con una apoyatura de prensa inusual (todas pagadas por Grants o Fundaciones socialistas como Open Society y Rockefeller) están haciéndole el peor daño al cubano de afuera y de adentro porque reducen casi a cero cualquier actitud crítica en toma de conciencia para identificar y erradicar de cuajo el cáncer que nos afecta por más de 62 años: La dictadura castrocomunista.
La nueva generación de idiotas cubanos, expandida diariamente como metástasis, es aquella que está creyendo que su autopercepción adquirida de estos fenómenos mediáticos es la realidad circundante y la verdad absoluta que nos debe mover como nación. En paralelismo, está legión ama el victimismo como arquetipo social y desprecian a todo aquel que por su capacidad cultural, intelectual o de sentido común pueda erigirse como un líder de opinión para conseguir cambios sociales y políticos como los que se necesitan en Cuba.
Está horda de idiotas cubanos ya no siguen ideas. Siguen a faranduleros de las redes, personajes creados (o simples comodines improvisados) para moldear estados de opinión y movilizaciones que obedecen más a un espectáculo circense que a una manifestación política seria donde la palabra, el discurso hábil y la oratoria sean los que anclen y solidifiquen una madurez que como exilio hemos perdido.
Todo idiota cubano moderno piensa que lo que diga Otaola, Cabo Malanga, perdón, Eliécer Ávila, Rosa María Payá, Chucho del Chucho, Liu Santiesteban, Ana Olema, Tania Brugueras o Luis Manuel Otero Alcántara y aquí me quedo por lo interminable de la lista, es la verdad absoluta e incluso los aceptan como voces de mando por las cuales deben esperar en cada vídeo directo en las redes sociales de esa farándula.
El idiota cubano ya no se informa ni con libros, ni con estudios ni mucho menos con búsquedas inteligentes en la internet sino a través de estas “Divas en Guerra” baratas las cuales indican qué hacer, qué atacar o a quién martirizar en las redes sociales para asesinarles la credibilidad. Tan extrema es la idiotez que asumen que así hacen Revolución, que así hacen patria y que al final ellos son ese ejército salvador pero de ¿Qué?. El resultado es que ese tipo de ¿Revolución? es lo que impide que la libertad se consigna precisamente por ese cambio o renovación del pensamiento político que hasta el sol de hoy ha sido la única manera de eliminar un sistema obsoleto por otro más próspero y libre.
Esta tipificación moderna del exilio cubano es tan o más dañina que la propia dictadura o sus acólitos porque con esas actitudes lo único que impiden es el avance hacia una conciencia más o menos homogénea para derrocar al castrismo de una vez por todas. Al final siguen siendo cajas de resonancia , conscientes o no para que una tiranía siga perdurando como lo hace y desviando la atención hacia flancos inservibles para evitar aquellos que sí podrían ser efectivos.
La ecuación causa y efecto en el cubano de las dos orillas es lamentable porque la falta de propósito de vida hacia la profundización, preparación cultural y política y la seriedad que amerita la libertad de Cuba es hoy tan distante como la de una galaxia fuera de la Vía Láctea.
Esta idiotez del cubano moderno en dar crédito a lo virtual de redes sociales e influencers que puede llegar incluso a creer que un personaje que compra un Rancho o vende productos campestres NO aptos para el consumo humano sea el recurso para liberar a Cuba de su Tiranía es lo que nos aleja a todos del foco. Es lo que también nos hace caer en el ridículo de que un Cabo Malanga, con limitaciones de lenguaje y expresión, pueda ser presidente de la nación cubana, que un timador español como Ignacio Giménez haya hecho fortuna con sus 42 mil seguidores que creyeron en las supuestas pruebas legales que despojaría al desgobierno de La Habana el pasado 4 de Junio de las finanzas que lo sostienen. O que, más recientemente, una hija de esbirros que apenas puede tener creatividad en performances culturales proponga que el diálogo con la dictadura sea la solución y que por tal motivo hablará en un escenario internacional en representación de los cubanos.
Cualquier persona con capacidad de análisis y sentido común sabría que ninguno de estos caminos y opciones mediáticas conducen a generar cambios políticos en la isla sino que son distractores muy efectivos que “chotean” al exilio y a la Oposición real a través de una desmesurada cortina de silencio y descrédito para sugerir diálogos con la Dictadura, suplicarles derechos o sencillamente compartir un pedazo del pastel político en ese país caribeño. Es, en un final, una amañada articulación hegemónica de múltiples causas que convergen en una narrativa que se arroga el derecho de ser las nuevas voces del exilio.
En todo lo descrito hay una asombrosa similitud con la agenda de la nueva Izquierda Internacional que siempre trabaja en sobredimensionar sus intenciones sin prestar mucha atención a los resultados porque sobre esta factura se basa su propio marketing. Y este es un factor que está generando esta Guerra de Divas. El Parón de Otalola jamás ocurrió. El Barco de Cuba Decide recolectó lateríos y aún no se sabe si llegó a La Habana. Patria y Vida y la hemorragia paroxística de temas que sucedieron en las batallas mediáticas no le han hecho ni cosquillas al régimen. Un huelguista de hambre que fue torturado por el régimen con aire acondicionado y una suculenta bandeja de comida . El supuesto abogado español Ignacio Giménez se desapareció de las redes. Y así podemos citar miles de iniciativas que parecen sacados del esquema de la nueva Izquierda de hacer ruido entretenido sin importar el resultado porque es la mejor manera de desenfocar cualquier intento real y objetivo de cambio sociopolítico.
De tal modo cabalga el nuevo cubano aunque ya peine canas. Así, hacia un más de lo mismo pero sobre todo hacia esos 62 mil milenios que ya la Tiranía se encargó de pronosticar.
Fotomontaje de Kiko Sao.
Carlos Carballido es periodista y Vicedirector de ZoePost.
El Máster Carballido diciendo verdades como montañas
Exquisito y estremecedor artículo.
Entonces, cuál es la solución que usted propone? Si esos no son los caminos, cuáles son? No tiene sentido destrozar todo y no proponer nada.
Aquí la proposición, una de ellas: movimientomartiano.com. Gracias.
Todos sembrados todos con la pañueleta aun atorada y que se puede esperar de un ejercito de idiotas por induccion que cogen los libros para sustituirlo con el papel sanitario no por gusto sino por necesidad esa isla esta podrida no tiene ni remedio ni solucion, y el todo le es muy comodo a los globalistas a esa izquierda global donde sin dudas esclavitos con la panza medio llena pero cuidadito a pedir ningun derecho. El cubano esta enfermo de castrismo y socialismo y el dia que no exista mas se tiraran a la calle pidiendo mas socialismo asi van las cosas. Muy buen articulo
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ovacion de pie