Por Carlos M. Estefanía.
Ya han pasado unos cuantos años que descubrí el canal de YouTube de los Pichy Boys. Un par de primos, Alejandro González y Maikel Rodríguez, integrantes de Los Pichy que se dedicaba a bromear con las películas del momento “cubanizado tanto a personajes como a situaciones históricas o fantásticas, de un modo, creativo, cómico y sin duda alguna crítica con respecto la realidad cubana dejada atrás con la emigración de los primos a la Florida.
Luego, tengo entendido que, por motivos de derechos de autor, dejaron aquella práctica para seguir haciendo humor de otras maneras, incorporando a su actividad en las redes sociales otros escenarios, como pueden ser la televisión, la radio y el cine, además de incursionar en el terreno del podcast.
En su nuevo quehacer “artístico”, los Pichys comenzaron a burlarse de la realidad cotidiana que les envuelve en Miami incluida de la política local; al tiempo que hacían de vez en cuando un humor militante, de clara orientación anticastrista. A modo de ejemplo tenemos un video realizado durante la larga agonía de Fidel Castro quejándose de que éste no se moría y otro jugando con la noticia oficial de su fallecimiento.
Uno de los sacrilegios más reciente de los Pichys, el que ni un agente infiltrado, con su inevitable cobertura de extremista se atrevería a cometer lo constituye la miniserie “Memorias de La Sierra”. Se trata de una parodia de lo que fueron guerrillas montadas por el movimiento 26, bajo la comandancia de Fidel Castro en su lucha por el poder, bajo el pretexto de derrocar a Fulgencio Batista. En el proyecto participan otros actores, entre los que vale destacar a Vladimir Escudero en su interpretación del comandante Juan Almeida, quien en esta ficción se mantiene bajo el acoso sexual permanente de Raúl Castro interpretado por Maikel, encargándose su primo de darle vida al difunto Fidel Castro.
Pero la cosa no ha quedado ahí los Pichy Boys han vuelto a la carga atacando un medio que parecen conocer muy bien el de la televisión oficial cubana, lo hacen bajo el título de “Noticiero Combativo” en el que el papel protagónico lo lleva, Escudero, reactivando, al presentador oficialista Rafael Serrano un personaje que ya había interpretado en un canal de la tele hispana de Miami antes de marcharse a Las Vegas.
Pero el retorno de Serrano no ha sido sin pena ni gloria. Es verdad que burlarse del personaje no es difícil, ya existe en las redes todo un ejercicio de lo mismo que aprovecha desde el descuido de las cámaras nacionales que por descuido le presentaron abanicándose en un estudio que debería contar con aire acondicionado, hasta su viaje o el de su mujer a la capital de ese mismo exilio que atiza el noticiero, sin pasar por alto su extemporáneo bigotazo.
Sin embargo cuando se ve el Serrano anterior y se le compara con el actual se nota cierta evolución del personaje en cuanto a su capacidad de retener al espectador algo que es lógico en la experiencia que va acumulando el actor más la influencia de su nuevo entorno el de la interacción con los pícaros Pichy Boys, uno de los cuales le habla en off simulando una suerte de director de programa o camarógrafo entre lo tonto e ineficiente que parece inspirado tanto en los que acompañan al Serrano verdadero como aquellos de los que se asiste Alejandro Otaola en sus programas.
El Serrano renovado de Escudero “tiene los suyo” y la oportunidad de expresarlo se la ha dado la polémica desatada tras la burla del personaje, lo que era de esperar del vocero gubernamental que representa, de los organizadores de una manifestación cubana frente a la Casa Blanca, en Washington el pasado 20 de marzo. Lo que no era de esperar fue la reacción de un de los atizados por el Serrano ficticio, el presidente del grupo Somos Más Eliécer Ávila, al que se califica en el Noticiero Combativo de cabo Malanga’ y se le muestra montando una carriola, comiendo pizza y bebiendo cerveza en la heroica jornada. La respuesta de Ávila ha sido de la de un Quijote al que se le devuelve la razón en medio de lo que él cree.
Más inteligente ha sido la estoica no reacción de otro de los organizadores de la manifestación el presentador Carlucho quien junto a su equipo de humoristas recibió un varapalos tan fuerte o más duro que el del joven político con aspiraciones a presidir una Cuba democrática. Aspiración que ha quedado hecha talco gracias a la respuesta intolerante dada por Eliecer, más el remate de su cadáver político hecho por el pseudo vocero oficial en un segundo “Noticiero combativo”, donde se le vuelve a sacar partido al apodo de Cabo malanga, se responden las insinuaciones de que el equipo de los Pichy Boys trabaja para el gobierno, con viejas y evidentemente demagógicas declaraciones ofrecidas por Ávila en la televisión oficialista y por su fuera poco mostrando una foto de futuro presidente, en calzoncillos acompañado de un texto donde se coquetea con un amigo fisicoculturista. No se sabe si esto es una broma o es serio, pero en cualquier caso inhibiría a buena parte de votante cubano que pese a los esfuerzos del Centro de Educación Sexual que regente Mariela Castro, y los mensajes de los medios culturales se encuentra aún lejos del homonormatividad que poco a poco se trata de imponer en occidente.
El debate está servido y el consenso mayoritario entre los influencers libres cubanos es el de que, al margen de lo acertado o no de la burla de los Pichy Boys, Eliecer nunca debió responder como lo hizo a los comediantes cubanos, los cuales por su parte no han perdido la tabla, dando la razón a Eliecer sumándose a la condena contra “Serrano” al que acusan de usurparles el canal desde La Habana. Todo un ejemplo de judo retórico en el que el Gurú de Somos más solo tiene cinta blanca.
De todo lo que se ha dicho sobre el tema, sin embargo, la posición más malévola ha sido la de Otaola, quien, simulando equidistancia, al tiempo que le dice a Eliecer que no escandalice, le recomienda que demande legalmente a los Pichys, en otras palabras, que utilice el recurso con el que se silencia a cualquiera bajo la democracia liberal, diga lo que diga la Constitución sobre la Libertad de expresión.
A parte de la lección sobre sí mismo que se debe haber dado a estas alturas Eliecer; hay algo muy positivo en todo lo que ha pasado: es el modo en que, gracias a la tragicomedia del cabo malanga y fascinado con las respuesta de “Serrano”, se ha tragado el anzuelo de la contrapropaganda el llamando Guerrero Cubano, hoy por hoy medio de al servicio de la ideología gubernamental que más siguen los acólitos del gobierno cubano y por supuesto modelo de ciberclaria, como se denominan a los agitadores digitales contra la oposición .
Resulta que este “influencer”, en su afán de desprestigiar a Eliecer, al que usa como paradigma de la nueva oposición cubana, ha reproducido casi íntegramente y si apenas critica la respuesta dada por el Serrano Ficticio a la pataleta de Ávila. De este modo en su afán de desacreditar al Cabo Malanga y muriéndose de risa, el Guerrero le ha dado visibilidad y fama, frente sus propios seguidores, a un espacio que no solo ridiculiza a Eliécer, sino a su compañero de trinchera, al Serrano real y de paso la institución propagandística que este representa el ICRT. El vocero parece pasar por alto, algo que se proponga por inconfesables razones, que a Eliecer se le compara, de manera no tan sutil y para mal con la Figura del Comandante en Jefe y su plaza. Es como si se dijera que lo malo de Eliecer es que es un Fidel en cierne, lo que implica decir que en sus inicios de su vida política el futuro Comandante en Jefe fue en Eliecer cualquiera, sin que el Guerrero diga nada que lo niegue. Avalándose de este modo, el canal de los Pichy Boys.
En resumen, que se ha premiado con alta resonancia, gracias al arrebato de Ávila, en un canal oficial, de los ataques más demoledores de la imagen de la “revolución” de los que se hacen desde el humor y en estos momentos en las redes, esas que con tanta destreza ya manejan Los Pichys y compañía, para desgracias de todos los “Fideles”.
Carlos Manuel Estefanía. Nacido en La Habana en 1962, realizó estudios de Filosofía en las Universidades de La Habana y Moscú, licenciándose en 1987 en la especialidad de Materialismo Histórico. Posteriormente realizó estudios de postgrado en materias tales como, economía, relaciones internacionales, periodismo, lingüística, teoría de la comunicación y semiótica. Así mismo recibió cursos por encuentro en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Habana, en materias tales como: Historia del Estado y el Derecho, Teoría del Estado, Derecho de Familia, entre otras. En mayo de 2009 recibió el título de Magister en Pedagogía del Español y de las Ciencias Políticas por la Universidad de Estocolmo.
Radica en Suecia desde 1993, donde es fundador e integrante de la directiva de la Sociedad Académica Euro cubana, así mismo, es presidente de la Asociación de Graduados Extranjeros en Suecia. Es además miembro de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Suecia (PROFOCA) y del Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba en el Exilio.
👏👏👏
Pingback: El Cabo Malanga como carnada – – Zoé Valdés
nunca mejor han hecho los Pichy en desbaratarle el teatrico al Cabo Malanga se destapo tal cual es el muy incapaz, egolatra que se hace llamar Presidente y como se hincha cuando se lo dicen andase a sembrar maiz y su porpia especie de malanga tronco de descarado ,Buen articulo