El Presidente del Barça y La Duquesa Negra

Por Félix Antonio Rojas.

Dos mujeres sonrientes, van corriendo por la explanada del Camp Nou bajo la lluvia y una de ellas exclama: ¡¡¡Joan, Joan!!!, ¿puede usted hacerse una foto con la ¨nena¨ ?

“Con mucho gusto señora, será un placer “, contesta el aludido cuando las dos mujeres llegan a su encuentro…

Desde su mansión en Santa Bárbara, la Duquesa de Sussex nos cuenta sus tribulaciones y el infierno vivido dentro de la Casa Real Británica. Una novela de terror que experimentó como consecuencia de las estrictas reglas y formalidades preceptivas de la Corona, y la absoluta falta de libertad que sintió desde su llegada a la City. Imagino, por sus palabras, que a un nivel estilo Corea del Norte.

En una dilatada entrevista en la cadena CBS, la ex miembro de la nobleza confesó que en varias ocasiones pensó en el suicido como solución, debido a la presión psicológica sometida por el estricto protocolo, que se remonta a tiempos medievales. Durante el breve tiempo que pasó en la Casa de Windsor, nos dice la millonaria Meghan, que fue objeto de discriminación racial, anulada como un objeto decorativo, desprotegida e injustamente atacada por la prensa sensacionalista y despojada de toda libertad y derechos bajo el rígido yugo de la Reina.

Confiesa, a la otra millonaria Oprah Winfrey, que se vio lanzada a la zona oscura, rodeada de un ambiente hostil propiciado por la propia familia real, ¨un pensamiento continuo y terrorífico¨, añade la entrevistada; ¨era un infierno sentir que estaba vigilada las 24 horas por temor a lo que pudiera hacer¨, además de que el Príncipe se veía incapaz de pedir ayuda psiquiátrica por miedo a la reacción de la prensa y su familia.

La Empresa, como se refieren los tabloides a los habitantes del palacio de Buckingham, controlaba todos sus movimientos, relata la millonaria de Santa Bárbara, “no podía ir a cenar con mis amigos ni hacer las cosas que hacía cuando era actriz en Hollywood, muy poco podía moverme sin copar las portadas de los periódicos amarillistas”, sostuvo la mujer que no quiso ser princesa dentro de la familia real, pero que continúa ostentando su título nobiliario de Duquesa.

Antes de que naciera su primogénito, narra la Duquesa de Sussex, en la Corte se podían palpar las preocupaciones y las intrigas palaciegas, y las apuestas a la gama de color de piel del futuro nieto de Charles. De hecho, el niño no recibió título de príncipe –dijo, obviando que el título del nieto solo podrá ser recibido cuando Charles herede la Corona- ni el equipo de seguridad correspondiente por ser un miembro de la familia de la Reina.

¨Cuando decidí ser parte de la Familia Real, fue la última vez que vi mis llaves, mi carnet de conducir y mi pasaporte. Todo se torció¨.

Debido a los interminables conflictos y a una situación insostenible relacionada con las estrictas normas y a la falta de comprensión y apoyo, deja entrever que se les condujo a ella y a Harry a tomar la definitiva decisión de casi independizarse y abandonar el averno de la Casa Real, según contó en la exclusiva.

En la actualidad lejos del frío y la niebla de Londres y de la mirada severa de la Reina, se gana la vida con contratos millonarios por producir contenido para humildes y austeras empresas como Spotify y Netflix. Planifica y disfruta como un final feliz, para un príncipe blanquito y pelirrojo, que un día en su juventud se disfrazó de nazi, y la discriminada princesa negra, que vive en una chabola de 15 millones de dólares en el exclusivo barrio de Montecito, California.

Vivimos en un mundo que transita del primitivismo del machismo, al futuro avanzado del hembrismo, donde se ha impuesto como una moda diabólica la manipulación y la descontextualización de cualquier hecho sin pruebas refutables, donde la nueva secta de ofendidos, dan rienda suelta a sus fobias y conspiraciones partidistas. Y es el caso sufrido por el elegido nuevo presidente del FC Barcelona Joan Laporta.

En un video que se hizo viral ayer en las redes, donde se veía al reciente presidente del Barça decir a una seguidora sin que a ella se le viera el rostro, ¨cuando tengas 18 me llamas¨, de una forma irónica, en plan de broma y entre risas, causó un revuelo y una multitud de críticas y de acusaciones exageradas, sin pruebas definitorias por los medios de comunicación y las redes sociales.

Hasta los periodistas deportivos de RAC1 y Catalunya Radio, que son emisoras afines al Club, soltaron el lastre a la cacería de brujas de sus líneas editoriales, acusándolo de machista retrógrado, de misoginia, de desigualdad y violencia, de ser un individuo cavernícola del pasado, un inadaptado que vive en una sociedad progresista y moderna. Y para colmo, también lo acusaron de ser una persona insensible, en víspera del día internacional de la mujer.

Fue tan alto el nivel de extremismo infundado por parte de la prensa y las redes sociales, que la supuesta menor de edad, de nombre Marta, tuvo que salir pasado un corto tiempo, a corregir y zanjar la supuesta ofensa del presidente del Barça.

En su cuenta de Tweet se puede leer:

¨Hola buenas noches. Soy la chica del vídeo con Joan Laporta. La ¨nena¨ tiene 30 años. Me ha hecho una broma, porque mi tía siempre me llama “nena”, y le ha pedido una foto para la “nena¨. ¡Visca el Barça!

Félix Antonio Rojas es friki freelancer.