Por Nedda G. de Anhalt.
A las 6:40 del sábado 13 de febrero, recibí la llamada de María Teresa Vales Cuadra (más conocida por su nombre artístico: Tere Vales) anunciándome la muerte de su esposo, Ángel Cuadra, a las 2 a.m. de ese sábado. Horas antes del viernes en la noche llamé a Cecilia Sarraf, una amiga leal de ambos, que me dijo: “nada por hacer”. Ángel Cuadra había tenido una fallida operación de rodilla que le había provocado numerosas caídas, en la última se rompió la cadera y hubo que operarlo. Parecía una “fantasía para el viernes”, pero no, sino, “esa tristeza que nos inunda” al escribir estas líneas.
Ángel Cuadra (La Habana, 1931 – Miami, 2021) compartió tantas actividades durante su vida: fue poeta, abogado, actor y fundador de grupos teatrales, opositor de la dictadura de Batista y posteriormente, de la tiranía castro-comunista de la Isla. Sufrió quince años de prisión en las cárceles del castrismo; el PEN Club de Suecia, lo consideró un “miembro de honor” y Amnistía Internacional lo eligió como el prisionero de ese mes del mundo; era profesor universitario, periodista, miembro activo del grupo de ex prisioneros políticos cubanos, investigador histórico y merecedor de múltiples premios. Cito algunos: “Rubén Martínez Villena” de la Universidad de La Habana en 1954, el del “Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos de Nueva York” en 1956, el Premio Presidencial del PEN Club de Los Ángeles en 1986; el “Amantes de Teruel” (España), 1988; el “José María Heredia”, de la Asociación de críticos y comentaristas de Arte (ACCA) de EUA en 1993; Premio internacional “Martín García Ramos”, de Almería, España, en 1993.
De su última entrevista que forma parte del libro Cubanos (2020, Editorial Ariadna), recupero una reflexión suya: “lo que más siento es el tiempo que le he robado a la poesía: un gran amor que uno deja para después” (p. 26).
Que en paz descanse Ángel Cuadra, un hombre bueno, ético, valioso, sin duda fue una de las voces inevitables de este exilio histórico cubano quien creyó en “el mañana” y en el “futuro” como una señal y un sueño de esperanza y libertad para el sufrido pueblo cubano.
Nedda G. de Anhalt es escritora y periodista cubano-mexicana.
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Triste su partida, pero consuelo es su obra.